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Día Internacional del Médico

Bienvenida multicolor

La tradicional celebración del Día Internacional del Médico se realizó este año en los salones del SMU, donde cerca de cuatrocientos invitados disfrutaron del evento. Entre los asistentes se destacó la muy alta participación de médicos recién egresados, quienes en muchos casos junto a familiares y allegados recibieron la bienvenida de las autoridades del SMU. La reunión fue posible gracias a la colaboración de los laboratorios CIBA y SANDOZ.


La lluvia no aguó la fiesta

Negros nubarrones ensombrecían el cielo de Montevideo y el pronóstico de "tormentas con intensos chaparrones aislados" obligó a los organizadores a tomar las providencias del caso. Así fue como se colocó una gran carpa para proteger a los asistentes en el amplio espacio al aire libre que se encuentra a los fondos de la sede social.

El Salón de Actos, la cafetería, los espacios vecinos, y el ya mencionado espacio libre fueron adornados con telas, globos y luces que fueron pacientemente colocados desde el día anterior.

A medida que aquellos invitados que se atrevieron a desafiar las inclemencias del tiempo iban llegando, eran recibidos por las chicas de CIBA y SANDOZ, quienes entregaban a las damas una flor al tiempo que les señalaban sus ubicaciones.

Al promediar la reunión, los recientemente egresados fueron obsequiados con una escarapela del SMU, testimonio de su condición de médicos acogidos en su casa.


Palabras del Presidente

El Presidente del SMU, destacó a Noticias lo significativo de la fecha así como la complacencia por la nutrida asistencia a la celebración: "El 3 de diciembre es un día muy especial para todos nosotros. Celebramos el Día Internacional del Médico. Tradicionalmente nos reunimos con los colegas que egresan en el año. Es una invitación que supone un vínculo con el SMU y al mismo tiempo una invitación a incorporarse a la vida gremial, al trabajo en las distintas comisiones. El SMU requiere en forma permanente el aporte y la creatividad de las jóvenes generaciones para continuar desplegando su vida gremial. Estamos satisfechos con la concurrencia de tantos colegas en la noche de hoy y queremos agradecer el papel de todos aquellos que trabajaron en la organización de la fiesta y muy especialmente a los laboratorios CIBA y SANDOZ por colaborar con nosotros".


Los médicos no saben bailar

La fiesta fue amenizada por Patricia y Luis Eduardo Lazaroff, quienes se encargaron de movilizar a la concurrencia de sus asientos. A determinada altura de la noche, demostrándose un verdadero despliegue de ingenio por parte de los organizadores, se decidió instrumentar una actividad no prevista: concurso de baile. La iniciativa fue rápidamente acogida por decenas deparejas de todas las edades, quienes al ritmo del rock and roll, marcha, samba, tango y milonga, demostraron sus habilidades. Una sorpresa mayúscula invadió a los asistentes cuando a la hora de otorgarse los premios se supo que ella era amiga invitada de una colega recientemente graduada y él un joven médico... veterinario. ¿Será que los médicos no saben bailar? ¿Habrá que tenerlo en cuenta para los futuros planes de Educación Médica Contínua?



REQUIEM (para mis tantos años)

Este que aquí veís, de pelo ya canoso,
y un corazón muy grande y ya gastado,
amó mucho en la vida y tiene dudas,
si alguna vez fuera también amado.

Pasó su vida luchando noche y día,
pues muchas veces la vida nos aprieta,
y hay quienes dicen que tuvo la osadía,
de sentirse también algo poeta.

Nunca, jamás puso en camino su alma,
en pos de las riquezas o las dotes,
nunca fué su modelo Sancho Panza,
pero tuvo, sí, la estirpe del Quijote.

Luchó siempre con fé y buen sentido,
tratando de ser siempre coherente,
y hasta llegó a ser un buen marido,
simpático, cordial y ¡hasta ocurrente!

Muchos dirán: "qué halago más barato,
y qué desfachatez...vaya cinismo"
y estas expresiones las rebato:
¡Sería estúpido hablar mal de uno mismo!

Proyectos tuvo a miles, no logrados,
quizá por desidia o por pereza,
y como cualquier mortal afortunado,
tuvo también momentos de grandeza.

Hoy no proyecto más, soy algo viejo,
y la vida su traba nos impone,
además ya no puedo ir muy lejos,
¡ya que la muerte me pisa los talones!

Cuando mis huesos tiren en algún lado,
y mi alma vuele a la región secreta,
muchos dirán: "ha muerto un jubilado"
mas ninguno dirá "murió un poeta"

 

Sculapio Malamusa
(Armando Paternó 1996)

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