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Un problema que necesita urgente solución

Cuando no se puede ser paciente

El Servicio de Enfermedades Infecto Contagiosas (SEIC) atiende al 60% de la población portadora del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Cada 20 horas, un nuevo portador se suma a la estadística pero, si no se aumenta el presupuesto, es impredecible saber cuántos pacientes podrán recibir tratamiento.

por Isabel Fernández

fotoEl 1º de junio del corriente año, el diputado Gustavo Amen solicitó al subsecretario del Ministerio de Salud Pública, doctor Luis Fraschini, información sobre la suspensión del ingreso de nuevos pacientes portadores de VIH al tratamiento con el Triple Plan, que se lleva a cabo en el servicio de enfermedades infecto-contagiosas. El doctor Fraschini respondió que "en la actualidad el MSP y ASSE continúan proporcionando la medicación necesaria para efectuar el Triple Plan a aquellos pacientes que están en tratamiento o que tengan indicación de estarlo en el futuro, pero con el rigor y la responsabilidad que corresponda. Esto responde a comentarios de prensa que expresaban que se ha interrumpido el tratamiento a determinados pacientes, lo que en la realidad no ha ocurrido".

En Uruguay las cifras de personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana continúa en aumento, registrándose un nuevo portador cada 20 horas. Sólo el SEIC del MSP-ASSE recibe promedialmente 1.600 consultas ambulatorias por mes, siguiendo al 60% del total de la población infectada en el país.

A principios de mayo, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) comunicó a la dirección del instituto que, debido a un recorte presupuestario, no se podría iniciar el tratamiento de pacientes portadores de VIH y se tratarían de mantener los tratamientos en curso, de los que se benefician 385 pacientes.

Un refuerzo insuficiente

Actualmente existe un cupo mensual de 3 millones de pesos (unos 300 mil dólares), que se invierten casi en su totalidad en la compra del famoso Triple Plan que consta de 19 drogas antirretrovirales (siete se adquieren por medio de licitación y 12 son exclusivas).

Noticias consultó a las doctoras Liliana Calandria y Nora García, quienes afirmaron que dicho presupuesto no alcanza a cubrir los tratamientos en curso, quedando por el camino los planificados. Para ello se necesitaría una inversión mensual de 4,5 millones de pesos, sin contemplar los nuevos tratamientos.

Edvard Munch (1863-1944): Pubertad
Edvard Munch (1863-1944): Pubertad

Por su parte, el director general de ASSE, doctor Fernando Repetto, declaró ante la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes que hubo cierta demora para brindar los medicamentos, pero "eso no quiere decir que se haya interrumpido algún tratamiento. Eso no ocurrió, y la causa de esto no fue por recorte presupuestal, puesto que no se le aplicó al instituto, sino por dificultades en la compra y cambios en la normativa vigente. De hecho, el presupuesto que estaba asignado, sin recorte, no alcanzaba, por lo que ya se tramitó y se autorizó el refuerzo de rubro correspondiente. Así mismo, la dificultad que hubo en el mecanismo de compra quedó resuelto".

De acuerdo con la información obtenida por Noticias, el doctor Repetto obvió un dato por demás importante: gracias al "refuerzo de rubro" se llegó a los 4,5 millones, lo que habilitó que el presupuesto quedara cubierto, pero fue una partida fija por única vez. Recientemente se resolvió asignar un incremento de 1.200.000 pesos por el lapso de tres meses a partir de julio, cifra totalmente insuficiente para solventar los tratamientos ya existentes y menos aún para comenzar los nuevos. Luego se volverá a los viejos 3 millones.

VIH: Implicancias del retraso

La magnitud del problema que genera la falta de dinero, provoca que los médicos que cumplen funciones en el servicio ambulatorio queden desprovistos para indicar el tratamiento más adecuado: "Se necesitan ciertos parámetros como la carga viral, la población linfocitaria, un hemograma, cosas básicas y exclusivas que no las tenemos en tiempo y forma: si un paciente tiene que esperar cuatro o cinco meses para hacerse una carga viral, en el momento que llega el resultado ya es viejo y no sirve para una correcta evaluación. En más de una ocasión debemos tomar medidas concretas utilizando la intuición en lugar de verdaderos parámetros. Por ejemplo: una de las pautas para modificar el tratamiento es la falla inmunológica o virológica -que la población de linfocitos CD4 o la carga viral se alteren-, tenemos que detectar esto antes que se manifieste a través de síntomas y ahí es donde podemos llegar tarde. Además tampoco hay cupo para todos los pacientes. Desde mayo se está dando día y hora para población linfocitaria para el mes de setiembre. Como si esto fuera poco, actualmente están suspendidas las cargas virales por falta de reactivos".

En la reunión del 1º de junio, el doctor Fraschini también aclaró que "existen dos aspectos a tener en cuenta. Uno de ellos es de conocimiento y tiene que ver con que la medicación del Triple Plan está regularizada. Con respecto a los tratamientos futuros es cierto que hubo un retraso en algunos pacientes. Estamos analizando y revisando cuidadosamente todo lo actuado en el marco del Programa Nacional de Sida a los efectos de ajustar las pautas técnicas para asegurar el urgente y correcto tratamiento de los pacientes. Por supuesto que el programa de tratamiento no está suspendido. Se analizaron las informaciones y recomendaciones de dos comisiones de expertos en el ámbito del MSP. La primera de estas comisiones funciona en esta cartera y está integrada por cuatro expertos; la segunda funciona a nivel del Programa Nacional de Sida".

Sin duda las afirmaciones del subsecretario ministerial fueron claras, el inconveniente surgió cuando se solicitó la opinión de las doctoras del instituto: "el hecho de que un paciente sea portador de VIH no quiere decir que se le inicie el tratamiento, se espera el mejor momento. Para los que ya están bajo el Triple Plan, el buen cumplimiento ayuda a la eficacia". Esto significa que si se abandona el tratamiento, el organismo puede crear resistencia al mismo. Evidentemente una situación así implicaría un problema mayor, "por eso hay que tener mucho cuidado: cuando se comienza, se debe tratar de mantener y el cuerpo médico tiene la obligación -hasta se podría decir que ética- de evitar que la medicación falte".

Los estudios realizados a nivel mundial son claros: es mucho más económico medicar al paciente con VIH y evitar que desarrolle en una etapa temprana un sida a tener que tratar las complicaciones que la enfermedad genera.

En Uruguay el porcentaje de abandono es relativamente alto, pero no más que en el resto del mundo. Mientras que en Estados Unidos las cifras marcan un 50%, aquí son un 40% los que quedan a mitad de camino.

De aguda a crónica

Una enfermedad que era aguda y mortal gracias a la medicación de alto impacto que se aplica desde 1996, ha logrado transformase en una patología crónica y bastante controlable.

Si una persona inicia el tratamiento tardíamente, la probabilidad de desarrollar el sida y morir es mucho mayor que quien lo comienza en el mejor momento.

Una mamá embarazada antes no tenía posibilidad de tratamiento pero, un dato alentador, indica que la transmisión de madre a hijo (llamada «vertical») se redujo enormemente a partir de tratar a la madre y al recién nacido. Esto, que en Uruguay se instituyó a partir de 1997, nació en Estados Unidos en 1994: mediante monoterapia con AZT a una mujer embarazada, se veía que la probabilidad de riesgo de infección del recién nacido bajaba de 33 a 8%: "Sólo utilizando este método, y contadas veces biterapia, hemos logrado bajar la transmisión materno-fetal a un 1% en la población asistida en el hospital Pereira Rossell".

Quizá sea más fácil valorar el servicio que brinda el SEIC a sus pacientes, si se analiza el porcentaje de mortalidad dentro del nosocomio, ya que los números indican que sólo el 6,6% estaba en tratamiento en el momento del deceso, de lo cual surge que 93,4% de los fallecidos carecían de atención sanitaria continua.

En el siglo XVI, la sífilis hacía estragos en la población mundial. Pero recién en 1928 el bacteriólogo británico Alexander Fleming (1881-1955) descubrió las propiedades del hongo Penicillium notatum, que pudieron ser concentradas diez años más tarde por Ernest Boris Chain y Howard Walter Florey. Después de quince años de haber sido descubierta y de tres siglos de entierros, se demostró la supremacía de la penicilina sobre la sífilis.

Muchos dicen que el sida es la sífilis del siglo XXI. Aún no se le ha descubierto cura, sólo el Triple Plan que mejora la calidad de vida de quienes padecen este mal. Sin duda aparecerá un Fleming pero, mientras tanto, el virus continúa su avance ajeno a todo presupuesto.

Sin declaración oficial

Conocida la problemática de los pacientes portadores de VIH (ver nota central), Noticias solicitó la opinión de la directora del Programa Sida, doctora Margarita Serra, quien llegaba recientemente de un congreso en Brasil, razón por la cual consideró que el doctor Ignacio Mirazo, director del SEIC, estaría más actualizado.

A su vez, el doctor Mirazo afirmó que "por disposición de mis superiores, no estoy autorizado para efectuar declaraciones".

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