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Decisivo rol médico en el control del tabaquismo

Una guerra muy difícil

En su condición de líderes de opinión, los médicos tienen un papel de primer orden en el control del tabaquismo. Y ayudando al paciente, muchos se pueden ayudar a sí mismos. Esa es la propuesta
de la nueva comisión formada en el SMU,
que comienza a corregir una omisión poco justificable.

por Sergio Israel

Fumar es un placer. Y un derecho indiviual. Pero también es una estupidez si se tiene en cuenta que un consumidor a largo plazo tiene 50% de probabilidades de morir prematuramente a causa del tabaquismo, y, a su vez, la mitad de esas muertes ocurren en personas de edad media, perdiéndose entre las mismas unos 20 a 25 años de vida.


Dr. Eduardo Bianco, miembro responsable de la Comisión de Tabaquismo del SMU

Estas y otras espeluznantes cifras, más su experiencia como cardiólogo, llevaron al doctor Eduardo Bianco a escribir una nota dirigida al presidente del SMU, doctor Juan Carlos Macedo, y a comenzar de hecho todo un movimiento. La carta, enviada en marzo pasado, afirmaba que "existe una imperdonable omisión" de parte del Sindicato al no haber tomado posición sobre el tabaquismo, principal drogadicción del mundo.

Bianco llamaba la atención sobre dos aspectos del problema: la condición de "rol de modelo" o líderes de opinión que representan los médicos en la población y la propia salud de sus colegas.

La respuesta no se hizo esperar: en estos días está comenzando a actuar oficialmente la Comisión de Tabaquismo del SMU, que integran, además de Bianco, su miembro responsable, los doctores Beatriz Goja, Gerardo Tucuna, Silvia Brea y Fernando Ayala. La comisión espera nuevas incorporaciones de colegas.

Prepárese para dejar de fumar

El hecho de que exista un número significativo de médicos fumadores (cifras oficiales no hay), lo explica Bianco por una razón muy sencilla: primero se hicieron adictos (durante las largas jornadas de estudio a puro café, mate y cigarros) y luego médicos. Es un dato comprobado que 80% de los fumadores comienzan antes de los 18 años.

En 1993, el Programa Nacional de Prevención del Cáncer de Pulmón solicitó al Instituto Nacional de Estadística información sobre la cantidad de fumadores. Esta última encuesta publicada arrojó que 22,3% de los uruguayos que viven en áreas urbanas son fumadores, siendo la prevalencia, según el sexo, de 31% para el hombre y 15% para la mujer. La tendencia en el tabaquismo es de un descenso en el hombre y un aumento en la mujer.

Siendo importante el consumo, Uruguay no está entre los países más adictos al tabaco. En Cuba, por ejemplo, llegó a consumir tabaco más del 40% de la población y aunque ha descendido, nunca se logra un abatimiento muy significativo.

Otro elemento que ayuda a entender mejor el problema: tres de cada cuatro fumadores piensan en dejar de fumar. Pero mientras las compañías tabacaleras constituyen un poderoso lobby, especialmente en los países subdesarrollados, que ha estudiado científicamente cómo ganar más dinero a costa de la salud de la gente, la sociedad recién en los últimos años ha comenzado a defenderse seriamente.

La Interamerican Heart Foundation, con sede en Canadá, elaboró un programa para ayudar a los médicos a que eduquen a sus pacientes contra el tabaquismo (véase recuadro). Uno de los resultados fue que muchos de los profesionales dejaron de fumar.

Como explica Bianco en su carta al presidente del SMU, en Uruguay "el Estado y los poderes públicos se demoran una eternidad en aprobar medidas que tiendan a frenar la epidemia del consumo de tabaco". Prueba de ello es que un proyecto de ley sobre la regulación de la publicidad de los productos del tabaco lleva años durmiendo la siesta en el Parlamento. Ello se explica por los cuantiosos intereses económicos en juego que ponen bajo sospecha a los legisladores y al gobierno de complicidad con las grandes compañías.

Una fuente médica dijo a Noticias que, a diferencia de otras acciones de bien público, los grandes medios cobran rigurosamente las tarifas por publicidad contra el tabaco, una manera de no enemistarse con los fabricantes, que son sus clientes importantes.

Para entablar el combate al tabaquismo, quedan además otras vías. Una de ellas es que estructuras supranacionales, con peso sobre los gobiernos, presionen sobre éstos para que existan -y se cumplan- normas que regulen y combatan el consumo. Bianco propuso al SMU formar parte de la Tobacco Free Iniciative impulsada por la OMS.

La otra opción es la organización de la sociedad; "dada la inoperancia de las organizaciones que deberían protegerla", es necesario trabajar en movimientos o agrupaciones que reúnan a personas que entiendan que el control del tabaquismo es una prioridad sanitaria.

Un grupo de profesionales de la salud está impulsando la creación de un movimiento local, denominado Uruguay sin tabaco (USINTA), que aspira a integrar no sólo a profesionales de la salud, sino a educadores, abogados, expertos en marketing y comunicación, legisladores, dirigentes sindicales, etcétera.

Para Bianco, "el SMU no sólo no debería quedar al margen de una iniciativa como ésta, sino liderarla".

Entre las propuestas concretas que formulará la novel comisión está la realización de un estudio en el ámbito nacional sobre el tabaquismo de los médicos. Bianco explicó que este tipo de relevamiento ya se viene realizando en forma periódica en Argentina con buenos resultados. El paso siguiente sería organizar un programa de apoyo para aquellos médicos que no puedan lograrlo por sus propios medios, una medida que encontraría eco en las empresas farmacéuticas que tienen productos para el tratamiento del tabaquismo.

Otra acción necesaria es dotar a los colegas de los instrumentos para el tratamiento del tema con sus pacientes. "No hemos asumido la responsabilidad y tenemos una actitud totalmente pasiva", dijo Bianco a Noticias. Según explicó el responsable de la comisión "no se trata de asustar a la gente ni de llevársela con el poncho", sino de aportar los elementos y el apoyo necesario para aceptar y asumir que se está ante una enfermedad de carácter adictivo que tiene componentes biológicos, psicoemocionales y sociales.

En cuanto a los componentes biológicos, Bianco explicó que la nicotina y otros químicos que se le agregan al tabaco actúan más rápidamente aun que la cocaína y la heroína. Luego de una breve calada, en siete segundos el efecto ya está en el cerebro. Respecto a los factores psicoemocionales, es preciso tener en cuenta que en la relación con el tabaco, en los fumadores se producen automatismos y condicionamientos que hacen más difícil abandonar la adicción.

Entre las dificultades para el tratamiento del tema en la relación médico-paciente se encuentra el que "no existe en la Facultad de Medicina una formación adecuada para preparar al futuro médico en el manejo de la prevención y tratamiento de la adicción al consumo de tabaco" (sólo una clínica lo aborda en forma curricular), mientras que "tampoco los médicos en actividad reciben regularmente cursos de formación".

La falta de herramientas adecuadas, y, por tanto, de resultados tangibles, lleva a que en la mayoría de los casos el médico abandone rápidamente los intentos de persuadir a su paciente para dejar la adicción, debido a la frustración que le produce la falta de éxito. El tema termina siendo ignorado por ambos.

Otra dificultad radicaría en que si bien el MSP ha desarrollado acciones de divulgación, éstas se realizan sin poner énfasis en el carácter de adicción de esa conducta. Por otra parte, tampoco el Ministerio ha instado a las IAMC a incluir dentro de la cobertura asistencial el tratamiento del tabaquismo, (algunas lo hacen por propia iniciativa) a pesar de que está incluido desde hace años en el código internacional de enfermedades.

"El fumador"
"El fumador" Secuencia gráfica a cargo del Estudio de la Calle San Juan

¡

Aléjese de los cigarrillos!

"Hoy es su primer día sin fumar. ¡Debe sentirse orgulloso de usted mismo! Su objetivo para el día de hoy es mantenerse ocupado y sintiéndose bien sin fumar. Durante las siguientes dos semanas deberá pensar que cada día es la fecha en que decidió dejar de fumar. Manténgase ocupado, aléjese de los cigarrillos y dése una recompensa por sus esfuerzos."

La Guía para un futuro libre de tabaco, elaborada por la Interamerican Heart Foundation, es un sencillo y breve instructivo pensado para cada etapa en la que se encuentre el adicto. Cubriendo desde los que proclaman "No pienso dejar", hasta los que dicen orgullosos "Ya dejé y quiero saber más", pasando por las fases intermedias, el folleto aporta la información y experiencia que se supone precisa cada candidato a ex fumador.

"La tarea más difícil al decidir dejar de fumar consiste en comparar los 'pro' y los 'contra' del fumar". La guía propone algunas cosas sobre las que deberá reflexionar:

  • su salud
  • su autoimagen
  • dinero
  • su vida social
  • el medio ambiente
  • la salud de su familia
  • lo que piensan, tanto su familia, como sus amigos
  • cómo lidiar con el estrés

Por si lo que le falta son argumentos en contra, la fundación le aporta al candidato algunos datos más: el tabaquismo duplica el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes vasculares; trae una disminución de la resistencia física e impotencia en los hombres; representa 90% de los cánceres de pulmón y 30% de todos los cánceres.

También se propone al adicto que aprenda a conocer cuáles son las causas que lo hacen querer fumar. Existen lugares, personas, estados de ánimo y actividades que le producen una sensación de urgencia de fumar. Los disparadores más comunes son el alcohol, al terminar de comer, el miedo a subir de peso, la tensión emocional, estar con otros fumadores, el café.

La propuesta es sencilla: aléjese de esos disparadores durante las primeras semanas, cambie su rutina y elabore un plan para lidiar con ellos. Los especialistas tienen claro que se trata de una decisión difícil de tomar. Para combatir los síntomas de abstinencia recomiendan mantenerse ocupado, hacer ejercicios de respiración profunda y beber agua, mucha agua. El manual propone la posibilidad de solicitar ayuda a amigos y familiares para que lo apoyen. Siga tomando mucha agua y, en determinados casos, consulte a su médico.

 

Especialista cubana Nery Suárez Lugo

Un marketing de la vida sana

Asustar a la gente no sirve de mucho. Para obtener éxito en contra del tabaquismo (y otras plagas de la vida moderna) la experiencia de la OPS-OMS indica que hay que fomentar los valores positivos, desarrollar un marketing de la vida sana que haga ver a los fumadores y potenciales fumadores las ventajas de no hacerlo.

Si bien es cierto que alguna gente deja de fumar a causa de un gran susto, la mayoría desarrolla defensas contra esas acciones y el resultado no es bueno. Según explicó a Noticias la doctora cubana en Ciencias Sociales, Nery Suárez Lugo, las acciones deben fomentar valores positivos pero además en forma coordinada. De nada sirve una campaña muy fuerte contra el tabaquismo a través de los medios, sino se actúa, por ejemplo, sobre la accesibilidad, el hecho de que el cigarrillo está a la venta en todas partes.

Suárez Lugo, que trabaja en la Escuela Nacional de Salud Pública de su país, se afilia a la tesis de que promover la vida sana como un valor positivo da mucho mejor resultado que cualquier otra medida. La idea es contrarrestar los valores que promueven las compañías con acciones de marketing tanto o más atractivas.

Limitar los lugares donde se puede fumar, educar a los niños, educar a la población a través de campañas masivas, actuar sobre la comercialización por medio de impuestos, introducir limitaciones a la accesibilidad y control férreo a los menores, aparecen como las medidas más importantes para bajar el consumo de tabaco, según la experiencia de esta especialista que estuvo en Montevideo para el Día Mundial de Lucha contra el Tabaquismo.

Los casos cubano y chino resultan bastante ilustrativos para entender la penetración de la adicción. En ninguno de los dos países existe publicidad para fomentar el consumo. Sin embargo, ambos son productores e importantes consumidores. Para Suárez Lugo, ello se debe a que forman parte de la cultura de esos pueblos. En el caso cubano, la producción de puros es una de las industrias que distinguen al país desde hace siglos.

Las campañas promovidades desde el Estado han tenido relativo éxito, aunque igual que en todo el mundo, las arcas públicas se benefician por la recaudación. Se da entonces una contradicción aparente entre la economía y la salud pública que hace más difícil controlar el tabaquismo.

La experta cubana afirmó que se trata de un trabajo que exige concientizar a toda la sociedad. Si bien es cierto que resulta muy difícil de aplicar la erradicación de las plantaciones de tabaco, aunque en principio podría verse como un perjuicio para la economía, a la larga reducirían los gastos en salud que su consumo provoca.

 

Industria del humo

La producción industrial de cigarrillos ha descendido en los países desarrollados gracias a la conciencia que ha tomado parte de la sociedad con relación a las enormes desventajas que acarrea el hábito de fumar. Ello no ocurre así en los países subdesarrollados, un mercado sobre el que están actuando en forma muy agresiva las grandes compañías, como forma de revertir el descenso de sus ganancias en los países del norte.

Recientemente se informó que el gigante Phillip Morris adquirió el conglomerado alimenticio Nabisco, conformando así la principal multinacional de la alimentación, una señal de diversificación a causa del descenso del consumo de derivados del tabaco en los países ricos.

Desde que Mc Laren, el famoso vaquero que hizo la publicidad de Marlboro, murió de cáncer de pulmón, con poco más de 50 años cumplidos, las cosas parecen no ir tan bien para la industria del humo. El hermano de Mc Laren encabeza ahora un movimiento antitabaquismo.

Pero ello no fue siempre así. Entre 1910 y 1912 se introdujeron en el mercado las primeras máquinas de tipo moderno que permitieron un rendimiento del orden de 600 a 800 cigarrillos por minuto; en 1905 se había inventado en Francia la primera máquina empaquetadora de tabaco. En 1927, una máquina inglesa logró aumentar la producción hasta 1.200 por minuto. La producción mundial de tabaco era, a fines de la década del 70, de 5,7 millones de toneladas. Los primeros productores mundiales fueron China, Estados Unidos, India, Brasil y Turquía. Aunque otros pueblos ya lo usaban desde mucho antes, Colón descubrió el uso del tabaco en Cuba y la difusión de su consumo en Europa estuvo vinculado a la polémica sobre presuntas propiedades curativas.

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