ADVERTENCIA: El recurso que está visitando fue creado hace mucho tiempo y no ha sido revisado recientemente. Se mantiene como acervo de la Institución pero tenga en cuenta que puede contener información no relevante o desactualizada.

Un libro de Celso Silva y Dora Szafir

Error quirúrgico inexcusable
¿A quién demandar?


Fue presentado en el salón de actos del Sindicato Médico del Uruguay el libro Error quirúrgico inexcusable ¿A quién demandar?, del Prof. Dr. Celso Silva y la abogada Dora Szafir. La obra fue introducida por el jurisconsulto y catedrático de Derecho Civil de la Facultad de Derecho, Prof. Jorge Gamarra. La edición corresponde a la serie Anuario del Derecho Civil Uruguayo del Fondo de Cultura Universitaria.


por Armando Olveira

El profesor Gamarra sostuvo que «el primer aspecto notable aparece en la tapa del libro. Un médico y un abogado logran fundirse en un lenguaje común para realizar un aporte objetivo y equilibrado. Sólo un doctor en medicina y abogacía podría escribir individualmente sobre responsabilidad médica. Y conozco apenas un caso: Jean Ferrer».

Gamarra afirmó que «la interacción de dos profesiones permite construir una hipótesis jurídica basada en el profundo conocimiento del ambiente quirúrgico y la integración del grupo de trabajo... Si nos referimos a la omisión de asistencia, debemos tener en cuenta que no es una figura médica, sino jurídica».

Sobre la justicia uruguaya dijo que se ha mostrado «ecuánime y prudente ante casos de responsabilidad médica. Aquí ni existen los excesos que conocemos en Estados Unidos y algunos países de Europa. Si bien se acepta el derecho del paciente a demandar, también se pone énfasis en las garantías que debe tener el profesional para demostrar ausencia de responsabilidad».

Estuvo de acuerdo con la Dra. Szafir en un concepto básico. «La demanda surge cuando se rompe el respeto y la preocupación mutua entre médico y paciente», interpretó.

También consintió una explicación de Silva sobre la naturaleza del pleito civil. «El primer factor desencadenante es la falta de comunicación. Cuando el médico no informa correctamente a su paciente o éste no comprende cabalmente el acto al que debe ser sometido... en ese momento se abre la caja de Pandora que suele culminar en la Justicia. En el otro extremo, un consentimiento informado correcto disminuye sustancialmente los riesgos».

Responsabilidad del equipo

Estuvo de acuerdo con Silva en la idea de que «el cirujano no debe ser considerado el capitán del barco; y por ello no es el sujeto exclusivo de eventuales demandas legales...».

«En el gran tema de la responsabilidad quirúrgica se plantea siempre cuál es el peso de lo colectivo y lo individual... Los autores prefieren darle mayor peso a lo individual. Y es aceptable. Presentan un estudio sobre competencias y sectores de actividad de cada profesional. En el acto quirúrgico no hay un capitán que responda por todos. El cirujano no responde por el instrumentista o el anestesista. El error puede surgir en cualquiera de las áreas de trabajo, bajo la responsabilidad de cada integrante del equipo», detalló.

Gamarra aprobó la idea central del libro: «No es admisible una responsabilidad colectiva del grupo quirúrgico... El artículo 1330 del Código Civil (responsabilidad solidaria) no es aplicable al acto médico. El autor del error médico debe ser individualizado por el demandante para que responda por su acto».

Se refirió a un caso relativamente común dentro de las demandas civiles: el oblito de seguridad. «Si bien es cierto que el cirujano no debe retirarse del campo operatorio antes de comprobar que no han quedado instrumentos fuera de su lugar (obligación de seguridad), el recuento es tarea específica de instrumentistas y enfermeras. Los más célebres casos de oblitos de seguridad por olvido de gasas o instrumentos dentro del cuerpo del paciente confirmaron una presunción de culpa por negligencia... frente a la cual hay que determinar responsabilidades».

Para la abogada Doris Szafir el trabajo conjunto con el profesor Silva fue «una experiencia valiosa» que «permitió la búsqueda de soluciones equilibradas, entre ámbitos a veces opuestos, como Derecho y Medicina».

Szafir no dudó en aclarar que «si bien existen abogados que especulan con la industria del juicio, en los hechos son muy pocos. La inmensa mayoría de colegas actúan dentro de la ética profesional. Ellos son los inspiradores de este libro».

La jurista cerró su participación presentando una visión crítica de la responsabilidad médica. «Creo que la mejor forma de analizar autocríticamente el tema puede iniciarse a partir de una pregunta que no es sencilla: ¿Seríamos capaces como pacientes, de ponernos en nuestras propias manos? Creo que el buen médico debe responder sinceramente esa cuestión», finalizó Szafir.

/