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Regresó el primer grupo de la Misión Solidaria del SMU a Honduras

«Esperamos haber cumplido»


El segundo grupo de voluntarios uruguayos ya se encuentra en plena tarea humanitaria en Marcala y Taulabé, luego que sus predecesores tuvieran un mes de intensa experiencia humana y profesional. El recambio tuvo lugar el 8 de este mes. De esta forma, se cumple la segunda etapa de la misión solidaria con comunidades rurales hondureñas que sufrieran la devastación provocada por el huracán Mitch.


por Armando Olveira


L
os primeros veinte profesionales habían viajado el 11 de abril. Para Renata Ferrari, coordinadora de la Asociación Cristiana de Jóvenes que permanecerá durante los 60 días de misión, «el segundo grupo ve facilitada su acción por la experiencia y la comunicación ya instalada por el primero». «La expectativa era muy grande, esperamos haber cumplido», señalaron los voluntarios tras su regreso a Montevideo.

El grupo de uruguayos que representa a la Asociación Cristiana de Jóvenes, al Sindicato Médico y a la Federación Médica del Interior, trabaja en régimen de siete días a la semana, en las diferentes comunidades hondureñas. Recorren muchos kilómetros por día y duermen en iglesias, escuelas y carpas. Las propias comunidades indígenas son las encargadas de proporcionarles el alimento.

«Los horarios de la gente en las comunidades son muy tempranos. Las mujeres se levantan a las tres de la mañana a cocinar, los hombres salen a las cuatro a trabajar en el campo con la comida preparada para el día. A las 20 ya están todos durmiendo por la falta de luz», señala la informante.

«El machismo es muy marcado. Se puede ver a las mujeres caminando unos pasos detrás de los hombres, con toda la carga en la cabeza. Por su parte, él va muy tranquilo en su mula», relató Ferrari tras su visita a Quiscamonte.

«El tema sexual es un verdadero tabú, lo que hace muy difícil una educación. Nos contaba un voluntario local, José Manuel, que la primera vez que se mostró un preservativo, la gente no se animaba a tocarlo. Lo mismo ocurre con cualquier método anticonceptivo. No son conocidos. Es común que una mujer de poco más de 20 años tenga ya cinco o seis hijos», aseveró la trabajadora social. Resaltó que «no obstante los problemas, la gente vive con gran expectativa la presencia de los uruguayos». Por lo informado, esa ilusión fue colmada, «gracias al trabajo de profesionales de la salud, recreadores y asistentes sociales».

Tras el paso del huracán Mitch, a fines del año pasado, la región centroamericana enfrenta nuevos problemas sanitarios que afectan a más de cinco millones de personas, de las cuales tres millones perdieron sus viviendas. Además provocó 20 mil muertos y desaparecidos.

«Aún existe la amenaza de cólera por la falta de agua potable, malaria y dengue por mosquitos que proliferan en el líquido estancado», subrayó el coordinador Carlos Montejo, quien regresó con la primera delegación.

El huracán devastó a Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala y afectó a Costa Rica y Bélice. En Honduras, el 85% del territorio llegó a estar bajo agua. En Nicaragua afloraron minas antipersonales de la época de la guerra civil. En El Salvador, muchas regiones quedaron devastadas y en Guatemala se perdieron casi todas las cosechas.

Los primeros pasos

Pese a las dificultades de comunicación, a causa del atraso tecnológico del interior hondureño, los voluntarios trasmiten información desde aquella zona, casi diariamente. Los primeros días de estadía de los coordinadores hasta la llegada de los brigadistas fueron detallados en correos enviados a la ACJ y el SMU.

  • 5 de abril. Los coordinadores de las brigadas, Renata Ferrari (ACJ) y Dr. Carlos Montejo (SMU), parten con destino a Tegucigalpa.
  • 6 de abril. Arribo a la capital hondureña y reunión con el equipo de trabajo de la ACJ de Honduras.
  • 7 de abril. El viceministro de Salud Pública del país anfitrión recibe a los coordinadores de la brigada de voluntarios.
  • 8 de abril. Ferrari y Montejo se encuentran con líderes de las comunidades: Quizca-monte (Marcala) y Ocomán (Taulabé), para la preparación del arribo de los profesionales uruguayos. También se registra una reunión con los directores departamentales del Ministerio de Salud de ambas zonas.
  • 9 de abril. Primer encuentro directo con las comunidades y reunión con la directora del centro de Salud de Taulabé.
  • 12 de abril. Reunión de los coordinadores con la agencia británica Save the Children. Arribo de los brigadistas al aeropuerto de Tegucigalpa y conferencia de prensa internacional. Traslado de la delegación a un centro de la pastoral juvenil donde se alojaron el primer día.
  • 13 de abril. Recorrido por la capital y preparación para el traslado a las aldeas.
  • 14 de abril. Salida hacia Marcala y Taulabé. Los grupos de trabajo de cada zona fueron armados desde Uruguay, según las distintas disciplinas y tratando de contemplar afinidades.

Características de las aldeas

En su comunicación desde territorio hondureño, los coordinadores explicaron las características generales de las aldeas visitadas.

  • Las parejas se forman a partir de los 14 años, tanto de mujeres como de varones. El sistema funciona en base al «robo» de la muchacha y la convivencia en la comunidad durante 15 días. El padre y los hermanos de la muchacha, en principio amenazan con matar al «ladrón». Luego de pasado el furor llega la etapa de la «resignación». En ese momento la pareja vuelve y se instala en la casa de uno de los dos padres («Se trata de algo parecido a la tradición de la campaña uruguaya del siglo pasado», interpretó Ferrari).
  • El horario de las comunidades comienza a las tres de la mañana para las mujeres y las cuatro para los hombres. A las ocho de la noche ya están todos durmiendo.
  • Los domingos de mañana, las familias bajan a los mercados para vender sus productos y abastecerse. Si el grupo está fuertemente organizado baja solamente el jefe de familia.
  • Los campesinos toman mucho alcohol (bebidas duras, de alta graduación). Hay poco control social sobre el alcoholismo, lo que provoca violencia familiar.
  • Las familias están formadas por seis o siete personas. La unidad básica se integra así: padre, madre y cuatro o cinco hijos. Suelen agregarse uno o dos abuelos supervivientes.
  • La autoridad familiar recae sobre el dueño de la tierra, el dueño de casa o el que trae el sustento.
  • Cuando llega la cosecha del café (noviembre-febrero) la familia deja su casa para sumarse a esa actividad. No importa la edad, todos trabajan. Es el único ingreso en dinero que reciben durante el año. El resto es subsistencia con huerta familiar. Mitch fue causante de la pérdida total de la producción cafetalera.
  • En todo el país, el año escolar va de febrero a noviembre, pero la escolaridad no es prioritaria para las comunidades. Solamente en Tegucigalpa, el año lectivo es similar al de Estados Unidos.

Marcala y Taulabé

Marcala es «una zona montañosa y selvática (de 1.000 a 1.600 metros de altura) con fuerte influencia de la cultura lenca», explicó Ferrari en uno de sus mails. «Los días son calurosos y las noches frías. Las casas están bastante separadas entre sí en las nueve aldeas de la región; el terreno hace difícil el traslado y las formas de movilización son elementales», agregó. No hay electrificación, ni centros de salud y se comparte un único teléfono. Los principales alimentos de la comunidad son frijoles y tortillas de maíz y la bebida típica se denomina «fresco» de mora o maíz.

Taulabé es «una zona de llano, con aldeas más compactas y mejor comunicadas. No hay electrificación, ni centros de salud, ni teléfono». «En las nueve aldeas hay población mestiza que tiene la misma alimentación que sus similares de Marcala». Los días y las noches son calurosos y abundan los mosquitos.

La salud

  • Existe un certificado de vacunación similar al uruguayo. Enfermeras del Ministerio de Salud se encargan periódicamente de este trabajo, salvo en aquellas zonas de difícil acceso (que sí fueron visitadas por los brigadistas que realizan rondas conjuntas).
  • El traslado en ambulancia es casi imposible; hay una sola unidad en toda la región.
  • Los integrantes de comités de salud tienen alguna experiencia previa. El gobierno ha designado a una persona por aldea, con cierto entrenamiento en primeros auxilios. Las enfermeras del Ministerio invitan a pobladores locales a trabajar en forma conjunta y les enseñan a colocar inyecciones.
  • El sistema de salud hondureño cubre el 50% de la población (95% urbana). El resto (95% de la rural) no tiene cobertura.
  • Los botiquines comunitarios donados por los brigadistas tienen un responsable. Fueron entregados a la comunidad como «capital-semilla» con la condición de que haya una responsabilidad comunitaria por el mismo.
  • Se cobra una módica suma por cada servicio, para asegurar la continuidad del trabajo (por ejemplo un jarabe que cuesta 75 lempiras es cobrado 7 lempiras). Aquella comunidad que no logre hacer sustentable su botiquín o que su comisión de salud no participe de las instancias de capacitación, no recibirá más donaciones ni apoyo para su botiquín. La propia ACJ de Honduras considera que es la mejor forma de estimular el trabajo comunitario.

Trabajos de campo

Ferrari informó a las autoridades de la ACJ y del SMU que «es despareja la actividad recibida desde las zonas donde se efectúan los trabajos de campo». Mientras que es abundante desde Marcala, existen problemas de comunicación con el grupo de Taulabé.

El trabajo de campo de Marcala se inició en la aldea de San Miguelito y Zácate Blanco (15, 16 y 17 de abril):

  • La llegada fue a las 11.40, pero ya había gente haciendo cola desde las siete de la mañana.
  • Se transformó el salón comunal en seis consultorios, enfermería y despacho de medicamentos.
  • Hubo una primera etapa de atención ininterrumpida con apenas una rotación para el almuerzo. El primer día fueron atendidos 66 pacientes, hasta las 18. A esa hora ya no hay más luz.
  • En el primer encuentro hubo dificultades de entendimiento por las fuertes barreras culturales.
  • Se realizaron entrevistas con el presidente del patronato, la maestra y el miembro más viejo de la comunidad (74 años), quienes fueron los primeros en atenderse.
  • El primer caso grave fue la neumonía de una bebé, cuya madre no accedió trasladarse al centro de salud. La pediatra fue a la casa para darle la primera dosis de medicamento y efectuó un seguimiento diario del caso.
  • El segundo día se atendieron 110 pacientes y se efectuaron ocho encuestas de diagnóstico. «Las viviendas están muy distantes entre sí y cuesta mucho llegar relativamente rápido», explicó Ferrari.
  • Se realizó una actividad recreativa con 140 alumnos de la escuela.
  • La vacunadora llegó el mismo 16, aprovechando la presencia de los brigadistas. Fue una tarea muy ágil y facilitada por la interacción de ambos.
  • Previo a la partida, esa noche, la aldea organizó una fogata en honor de los uruguayos, en la que participaron más de 30 pobladores.
  • La última mañana se realizó en la escuela una actividad de prevención de la salud. Se hizo un intercambio de cartas con una escuela del Paso de la Arena.
  • En la enfermería se hicieron curaciones hasta el último día de permanencia de la primera brigada. Tarea que es ahora continuada por la segunda. Se tratan infecciones y lesiones de piel que podrían haberse evitado con una mínima prevención.
  • Además de curar, la enfermera enseña a las madres a realizar esa tarea y a prevenir lesiones e infecciones.
  • Los niños prepararon una canción de agradecimiento y despedida para la brigada, que fue interpretada en una emotiva ceremonia que se realizó en el lugar de consulta.
  • El mismo 17 de abril, a las 16, los brigadistas llegaban a la escuela de Zácate Blanco, donde fueron recibidos con una cena de honor (que incluyó pollo) organizada por los aldeanos. El trabajo fue similar al realizado en San Miguelito.

Taller de capacitación

El 24 y 25 de abril se realizó un taller de capacitación de la salud en Agua Zarca, Las Marías, Los Planes, San Miguelito y Zácate Blanco. Participaron 24 personas, entre aldeanos, jóvenes de la ACJ de Honduras, partera, guardianes de la salud y presidente del patronato.

Fueron docentes: Prof. Enrique Cal (moderador y dinamizador); Dra. Virginia Perdomo (prevención, vacunación, promoción, diarreas, Iras, parasitosis, infecciones de la piel); practicante interna María José Servioli (prevención y promoción del embarazo); Dr. Miguel Pizzanelli (control del embarazo); Lic. William Ruiz Díaz (primeros auxilios); Silvia Golber (observadora no participante, responsable de la evaluación grupal en ausencia de Cal).

 

 

Un proyecto con muchos «cómplices»

El Sindicato Médico del Uruguay, la Federación Médica del Interior y la Asociación Cristiana de Jóvenes, agradecieron a las instituciones y empresas que colaboraron con la Misión Solidaria a Honduras. La reunión contó con la presencia del cónsul honorario de Honduras en Uruguay, Luis Ramón Ortiz; el presidente del SMU, Dr. Juan Carlos Macedo; el vicepresidente de FEMI, Dr. Uruguay Russi y el titular de la ACJ, Mario Pazos.

La parte homenajeada estuvo representada por el inspector Guillermo Rodríguez y la oficial María Graña, por la Dirección Nacional de Policía; Susana Fernández, por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP); Daniel Montero por la tarjeta VISA de Banco la Caja Obrera; Adriana Suñol y Patricia Sueyras, por American Airlines y los ingenieros Danilo Ríos y Garat.

El director de Servicios Metropolitanos de la ACJ, José Verrastro, sostuvo que «el proyecto tiene muchos cómplices». «Debemos empezar por el distribuidor textil Luis Lubisnky, a quien convencimos en menos de tres minutos para que donara las telas de los uniformes y a los costureros del CASMU, quienes no ocultaron su emoción, el día que le entregan su trabajo a los muchachos».

Siguió con «Edita, la secretaria del ministro de Salud Pública, Dr. Raúl Busto» y con «Susana Fernández, de la OPP, para quien no fue difícil conseguir los pasaportes oficiales».

Verrastro recordó al coronel Carlos Tanso, («un experimentado hombre de las misiones de paz de ONU en Guatemala») y a los ingenieros de OSE (Ríos y Garat), «quienes aportaron su invalorable experiencia personal en la zona de desastre».

Subrayó que la Dirección de Policía fue «la encargada de transportar el equipaje de la misión, mientras que Adriana y Patricia, de American Airlines, no dudaban en retrasar un vuelo regular para que los voluntarios tuvieran la tranquilidad de un buen viaje». «A ello debe agregarse que la empresa permitió el embarque de un metro y medio cúbico de equipaje con medicina del Ministerio de Salud Pública».

Definió a Florencia, la secretaria del Consulado de Honduras, como «una verdadera oficina migratoria portátil. "Por su parte, María Elena, de ASSE, fue la encargada de obtener las licencias correspondientes».

Por último subrayó la colaboración prestada por el Banco la Caja Obrera, como emisor de la tarjeta internacional VISA. «Debemos agradecer al amigo Daniel Montero, quien hizo posible el otorgamiento de una tarjeta gratuita para los voluntarios, con un crédito a su favor y, lo que es más importante aun, con todos los servicios de VISA internacional».

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