In memoriam

Dr. Guillermo Serveri

Fallecido el 22 de marzo de 2012

No es fácil despedir a un compañero, a un amigo. Guillermo Severi médico uruguayo, falleció en un accidente aéreo, el 22 de Marzo, trabajando como médico durante el traslado de un paciente crítico en Chile. Guillo, como lo conocíamos, fue un estudiante y médico activo, dinámico, un ser vital, lleno de energía y buen humor. Nunca midió riesgos cuando algo le interesaba, curioso, emprendedor, es fácil imaginarlo entusiasmado en cumplir con una función que exigía el valor de enfrentarse a situaciones nuevas. Sus amigos y compañeros de la generación 86 lo recordamos alegre, solidario, con el encanto de esa torpeza algo atropellada, como si la vida lo urgiera a disfrutar sin demora. Guillo era una persona original, con esa modalidad suya tan particular que marcaba los vínculos con un sello inconfundible. En la amistad, en los afectos pero también en la lucha, siempre fue un hombre pasional, auténtico, fiel a si mismo y sus emociones. Con él no había lugar a las confusiones, siempre claro y sincero en sus ideas y relaciones.

Militó en la AEM con alegría y convicción, participó en la agrupación 98, pero sobre todo fue un gremialista de pensamiento libre y crítico.

Con la traza inconfundible de los Severis, de sonrisa y mirada viva y profunda, disfrutó del deporte como maratonista.

En Facultad de Medicina conoció a su esposa Raquel y fueron siempre una pareja vital, de un amor alegre, espontáneo y auténtico que se fortaleció con el tiempo y la vida juntos .Raquel fue para él una compañera inteligente y sensible, su cable a tierra, que lo dejó ser y crecer. Tuvieron tres hijos: Rodrigo, Bruno y Julia. Para todos los que conocimos su vida en familia, la solidez de un hogar creado con placer y amor, sentimos con especial dolor la tristeza que deja su ausencia.

Se caracterizó por ser un luchador creativo, que no dudó en buscar nuevos caminos cuando no pudo derribar las dificultades que imponía el sistema. Desde el año 2006 se encontraba viviendo junto a su familia en Santiago de Chile, trabajando como médico intensivista y docente.

Guillo fue una persona original, de esas que dejan una marca, una huella imborrable que acompaña.

En tiempos en que los médicos nos vemos sujetos a cuestionamientos sociales éticos y humanos, Guillermo Severi es ejemplo de un médico ligado a su trabajo y función social, sensible al sufrimiento, disponible, luchador por la vida y los derechos de los hombres.

Acompañamos el dolor de su familia: de su mujer Raquel, compañera y colega lúcida y vital, de sus afectuosos hijos, de sus padres y hermanos, y el de los médicos todos, que perdimos con él un colega incansable, generoso y solidario, comprometido con las demandas sociales y el dolor humano.

Con él volvemos a pensar que las personas mueren, no se pierden. Lo vamos a extrañar. Lo recordamos como vivió, con una sonrisa.

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