miércoles 12 de marzo de 2014
Este es considerado un avance importante para el desarrollo de los tejidos artificiales, que hasta ahora no tenían esta parte fundamental para su estudio.
La investigación liderada por la científica de materiales, Jennifer Lewis, logró este avance gracias a una impresora 3D con cuatro cabezales creada específicamente para el estudio, que posee una tinta «que desaparece», según publica el portal Tecnology Review del MIT.
Para ello se creó un parche de tejido que contiene células de piel y material biológico estructural entretejido con formaciones similares a los vasos sanguíneos.
El trabajo fue presentado en la revista Advanced Materials. Allí detalla que el tejido se fabrica primero mediante impresión en 3D para incluir vasos sanguíneos potencialmente funcionales incrustados entre múltiples tipos de células.
En el último tiempo ha habido avances significativos en la creación de tejidos y órganos de laboratorio. Sin embargo, hasta el momento los proyectos de regeneración siempre encontraban el mismo problema: la falta de vasos sanguíneos.
Según se explica en el artículo, la investigadora de Harvard resolvió esto a través de la creación de estructuras huecas en forma de tubo dentro de una malla de células impresas gracias a una «tinta» que se vuelve líquida al enfriarse. El tejido se construye en la impresora 3D mediante capas.
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