Mujeres médicas: por nuestros pacientes y nuestra calidad de vida

Dra. Soledad Iglesias

lunes 7 de marzo de 2022

Cada 8 de marzo se recuerda el día internacional de la mujer trabajadora, en referencia a un suceso trascendental que marco la historia del trabajo y la lucha sindical de las mujeres en el mundo, y las mujeres medicas de Uruguay no somos ajenas al mismo.

Como cualquier otra profesional, desde la etapa de estudiante de grado, de formación en la especialidad- residencia- vamos adquiriendo la experticia y ocupando el rol de mujer medica en el ámbito laboral, cada año la matrícula de mujeres estudiantes de medicina aumenta, hay cada vez más medicas recibidas, aumentan las residentes en las especialidades que antes eran “masculinizadas”, actualmente dos tercios de los profesionales médicos en nuestro país somos mujeres.
Las mujeres cumplimos un rol relevante en la sociedad, pero en lo referente al cuidado del otro ese rol nos encuentra como protagonistas, de causa multifactorial y a veces como un mandato, la tarea de cuidar se ha impuesto como parte de nuestra actividad diaria: cuidar a los hijos, a los padres cuando envejecen, cuidar del hogar y que este sea resguardo de la familia, cuidar a los amigos, cuidar el entorno, y entre las mujeres que trabajamos en el sector salud las médicas, estamos al cuidado de nuestros pacientes. Esa tarea la vamos asumiendo y aprendiendo a lo largo de la formación profesional, y el acompañamiento, el cuidado y el resguardo de nuestros pacientes son un objetivo central del ejercicio de la medicina. 

Cuidar y que ese cuidado sea de calidad requiere tiempo, concentración, formación y bienestar individual, y esa conjunción no ocurre de manera frecuente en el sector salud, veamos con un ejemplo la situación actual y cómo podemos cambiarla: imaginemos una médica de 35 años, especialista, docente, madre de 2 hijos/as menores de 5 años, jefa de familia, que ejerce la profesión en 4 instituciones de salud, una de ellas el hospital universitario, único empleo donde con contrato dependiente y, en los otros 3 facturando, con un promedio de trabajo de 60 hs semanales. No gozó de licencia maternal más de 45 días post parto, cuando nacieron sus hijos todos sus trabajos eran como facturadora. Sale de su hogar a las 7:30 am y regresa pasadas las 20 hs, así 5 veces a la semana, las otras 2 noches no regresa, tiene guardias nocturnas, y sigue la jornada laboral corrida de más de 36 hs continuas. Al regreso a su hogar es depositaria de la carga del cuidado de este y de sus hijos, el rol materno sin dudas es distinto al de otros integrantes de la familia, imposible de trasladar para la mayoría de las madres. Esto parece irracional, pero le sucede a diario a miles de medicas en Uruguay.

El multimpleo, la inestabilidad laboral, la precariedad contractual, la afectación de la formación, las extensas jornadas laborales, el escaso tiempo para valorar al paciente sin continuidad asistencial, el déficit de descanso, la mala alimentación, el escaso tiempo libre y el acotado con la familia, son todos factores que inciden en el resultado de la actividad de las médicas, tanto profesional como personalmente.  

Imaginemos ahora esa misma mujer médica, madre, jefa de familia, docente, que trabaja un promedio de 8 horas diarias, con una sola guardia nocturna semanal, que tiene incluidas en sus horas de trabajo horas para la formación continua, que logra un seguimiento longitudinal de sus pacientes, que mejora los resultados asistenciales, que logra estabilidad laboral, titular de su cargo, ejerciendo derechos que antes no tenía- licencias, aguinaldos- salario digno que logra ser el mismo que la suma de sus 4 trabajos previos, que mejora su estadía en el hogar, aumenta su tiempo de ocio, y mejora su descanso y alimentación. 

¿Podemos cambiar esta situación, y que suceda esto que imaginamos en segunda instancia? ¿Hay herramientas para la médica que imaginamos en el ejemplo primero pase a ser la médica del ejemplo segundo? ¿Hay una forma para dar un giro a lo que parece un camino natural y casi una ley de vida de las mujeres médicas? 

Claro que podemos, y la buena noticia es que es posible cambiar y virar el camino y lograr el objetivo excluyente a nivel profesional: cuidar al paciente, dar una buena calidad de atención y cuidarnos a nosotras. 

El SMU viene transitando ese nuevo camino desde hace más de 10 años, hemos pensado e impulsado la herramienta que ayuda a todos los médicos y médicas, pero en especial a las medicas jóvenes y madres de familia a avanzar para mejorar la calidad de la asistencia y el cuidado de los pacientes, mejorar el empleo – salarios y condiciones de trabajo- la formación profesional y la calidad de vida, que vaya si es importante. Esa herramienta en esencia tiene como premisa la concentración del trabajo en cargos titulares, con vínculos de relación de dependencia que aseguran un salario digno, con mejores condiciones de trabajo, con distribución de horarios en la semana y limitación de guardias nocturnas, con un diseño donde el centro sea el vínculo médico-paciente para mejorar la calidad de la asistencia, con horas pagas para la formación continua, con ejercicio de derechos en lo referente a licencia por lactancia materna (la extensión de la licencia maternal paga hasta los 6 meses de vida del hijo/a en el sector privado, y ahora vamos por el mismo beneficio en ASSE), y con estímulos para aquellas medicas que ejercen la docencia (1).

Actualmente hay más de 2500 de estos cargos, y entendemos que es hora de incorporar la reforma desde el inicio de la formación de las especialidades, para que los factores negativos que mencionamos se minimicen.

Ahora vamos por la profundización y avance en esta reforma en todo el sector salud, para lo cual se requiere contar con la voluntad del gobierno y de las empresas públicas y privadas donde las médicas ejercemos nuestras funciones, a eso apostamos y a eso convocamos a nuestras colegas para mejorar la atención a los pacientes y nuestra calidad de vida.  

#Las mujeres medicas juntas en defensa de todos los espacios

(1) Reforma del Trabajo Medico (RTM): Cargos de Alta Dedicación (CAD) y Funciones de Alta Dedicación (FAD)