Salud mental en Uruguay: avances, desafíos y caminos por recorrer

En el Día Mundial de la Salud Mental, entrevistamos a la Dra. Ximena Ribas, médica psiquiatra, psiquiatra forense en el Instituto Técnico Forense, y ex prof. adj. en la Cátedra de Psiquiatría de la UdelaR. En el Sindicato Médico del Uruguay es vocal del Comité Ejecutivo, integrante de la Comisión de Bienestar y la Comisión Directiva de la Colonia de Vacaciones 2023-2026.

Salud mental en Uruguay: avances, desafíos y caminos por recorrer

viernes 10 de octubre de 2025

— ¿Cómo evaluarías hoy la situación de la salud mental en Uruguay, tanto en lo que refiere al acceso a la atención como al abordaje desde el sistema de salud?  

Evalúo la situación de salud mental en Uruguay como compleja, ha habido avances como la aprobación de la ley de salud mental que implicó un amplio diálogo con actores técnicos y comunitarios, pero no se ha avanzado en la implementación de esta ley de la manera que se requiere. Todavía falta consolidar mejor el primer nivel de atención y los equipos de salud mental comunitarios y la creación de más dispositivos de apoyo para desinstitucionalizar.

— ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan los equipos de salud para brindar una atención integral en salud mental?

Los equipos enfrentan desafíos como la alta demanda y escasez de recursos, o recursos mal distribuidos y, por lo tanto, condiciones laborales exigentes para algunos de los técnicos. Hablando en el caso de la psiquiatría, creemos que hay que formar de manera más adecuada o hacer hincapié en la formación de los médicos del primer nivel de atención —no especialistas— para la detección de situaciones a atender en cuanto a salud mental, también para tratar enfermedades de alta incidencia como son los trastornos depresivos y los trastornos de ansiedad. Además, rearmar los equipos de salud mental comunitarios que están desarticulados con todo el personal de psiquiatría, psicología, asistencia social, enfermería especializada, técnicos en rehabilitación.

Es importante destacar que lo sanitario o la responsabilidad del sistema sanitario es solo una parte, ya que también la comunidad tiene una gran responsabilidad en el cuidado de salud mental, en todas las áreas, como educación, vivienda, necesidades básicas satisfechas. Hay que dar alternativas, no sólo educativas formales, a los niños, niñas y adolescentes, sino también otras alternativas que tienen que ver con el arte, la recreación, el deporte. Falta brindar mayores posibilidades de acceso a la actividad y ejercicio físico, como parte de otras estrategias de prevención en salud mental.

Seguimos en el modelo hospitalocéntrico, seguimos priorizando la internación en centros psiquiátricos monovalentes como el Hospital Vilardebó, las clínicas, o las colonias CE.RE.M.O.S (Centro De Rehabilitación Médico Ocupacional y Sicosocial), cuando realmente nosotros los y las psiquiatras creemos que la internación tiene que ser una parte, una etapa del proceso asistencial, y que muchas veces puede y debe ser llevada en hospitales generales; sin embargo, el modelo sigue siendo hospitalocéntrico. No se prioriza la formación o la reformulación de los equipos de salud mental comunitarios y los servicios, así como tampoco los dispositivos para internaciones más prolongadas, hogares de medio camino y toda la parte de rehabilitación.

— En un contexto de alta demanda y sobrecarga laboral, ¿cómo se está atendiendo la salud mental de los propios trabajadores y trabajadoras de la salud? ¿Qué aspectos deberían fortalecerse?

Desde el Sindicato Médico estamos trabajando atentamente en la temática del bienestar de los médicos y médicas, como parte de los equipos de salud. Estamos tratando de abordar aspectos de prevención que tienen que ver con acciones básicas pero fundamentales, como la alimentación saludable, el ejercicio físico, estrategias de manejo del estrés. Además, en el área de salud mental las condiciones de trabajo son muy importantes. Los médicos psiquiatras plantean muchas dificultades por sus condiciones de trabajo: la imposibilidad de atender con mayor frecuencia a sus propios pacientes; la imposibilidad de contar con camas de internación cuando se requieren; no poder seguir a sus pacientes apenas se han dado de alta; la falta de una enfermería especializada; la necesidad del trabajo en equipo y tener horas para coordinar. Por otro lado, en cuanto al apoyo psicoterapéutico, también en el Sindicato Médico hemos trabajado en la difusión de las alternativas de tratamientos que hay desde el año 2011 y que no se usan por los médicos, que son las prestaciones en psicoterapia que brinden los prestadores, gratuitas cuando son por temáticas laborales o con costos muy accesibles cuando son por otras situaciones.

— ¿Qué papel juegan la prevención, la educación y la comunicación pública en la construcción de una cultura de cuidado en salud mental?

Es importante atender el aspecto del estigma social. El estigma de la enfermedad psiquiátrica atraviesa a todas las sociedades y lo venimos arrastrando desde hace cientos de años; desde la creación de los hospitales alejados de las ciudades para poder apartar a «los locos» que podían dañar a la población; es decir, separarlos, olvidarlos, esconderlos. No estamos muy distantes de eso ahora cuando utilizamos términos que son diagnósticos como insultos o comentarios peyorativos; lo vemos todo el tiempo en las redes sociales o en la prensa, utilizados por personas con formación y directores de opinión que insultan a personas con diagnósticos psiquiátricos. Este tipo de situaciones dificultan mucho el tratamiento y la ayuda que le podemos dar nosotros, los técnicos de salud mental, a los pacientes, para que puedan entender que lo que les pasa es una enfermedad crónica, como es la diabetes o la hipertensión, que no hay que tener vergüenza. Una de cada cuatro personas en el mundo tiene o tuvo alguna sintomatología psiquiátrica, pero si no empezamos a cambiar cómo nos comunicamos es difícil romper con el estigma.

— ¿Qué mensaje final le gustaría transmitir a los equipos de salud y a la sociedad sobre la importancia de atender y cuidar la salud mental?

Como mensaje final, yo puedo hablar como cualquier médico, las mismas estrategias y recomendaciones en prevención en salud que puede dar, por ejemplo, un cardiólogo, las va a dar un psiquiatra. Buena alimentación, buen descanso, hacer ejercicio físico, mantenerse en contacto con otras personas, establecer tiempos de ocio, disfrutar de la naturaleza, y en cuanto exista alguna sintomatología, no tener miedo en ir a consultar al médico, medicina general, para que detecte si hay alguna cosa que haya que tratar, o son situaciones de la vida cotidiana que no son enfermedades y que hay que transitar, como los duelos, la tristeza, las dificultades cotidianas de la vida.

Necesitamos que la ley de salud mental se empiece a cumplir. Necesitamos que se priorice el fortalecimiento del primer nivel de atención y los equipos de salud mental comunitarios, y que existan nuevas estructuras alternativas a la internación asilar para los pacientes crónicos.