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Jornada del Hospital de Clínicas en el SMU

La refundación del hospital universitario

La Universidad aprobó un proyecto de refundación del Hospital de Clínicas que apunta a la modernización tecnológica, mejora en la eficacia de la gestión y profundas transformaciones en la atención a los pacientes, además de definir al hospital universitario como un centro de referencia nacional de alta complejidad y abierto a la comunidad. Para aportar a esta crucial transformación, el SMU realizó el 3 de junio una jornada de debate.

por Sergio Israel

"En nuestra condición de cogobierno, como egresados, nos preocupa mucho el pasado, el presente y el futuro del hospital", dijo durante la inauguración de la Jornada, el Dr. Eduardo Navarrete. El representante del presidente del SMU señaló que ello es más importante aun "en un tiempo de reciclado y aggiornamiento, de modernización tecnológica, de mejora en la eficacia en la atención y de lograr la profunda transformación en el programa de asistencia al paciente".

Hizo referencia a la necesidad de procurar acortar la "larga internación del paciente" en el hospital y afirmó que "se están tomando las medidas para llevar a aproximadamente diez días" el tiempo de internación, "como ocurre en el mundo".

Esta última apreciación provocó polémica; cuando la directora Graciela Ubach (*) hizo uso de la palabra señaló que no existe un patrón internacional para determinar el tiempo de internación y que cada centro debe buscar el suyo.

Villar: una visión retrospectiva

Dr. Hugo Villar
Dr. Hugo Villar

La evolución histórica del hospital estuvo a cargo del Dr. Hugo Villar, quien se refirió, ilustrando su intervención con esquemas y fotografías, al período de gestación, a la construcción, a la posterior polémica por su administración, a la administración por parte de la Universidad, a lo que llamó "la creación de un nuevo modelo" y, finalmente, a la intervención durante la dictadura y al proceso de recuperación y desarrollo.

Villar recordó que ya a fines del siglo XIX, en una carta del decano Elías Regules al rector Vázquez Acevedo, se planteaba la necesidad de crear un hospital para la enseñanza de las clínicas médicas. La misma se realizaba entonces en el Maciel, con "clases casi a escondidas". En 1906, el ingeniero Víctor Sudrier presentó un proyecto y, posteriormente, en 1910, el doctor Manuel Quintela elevó un informe solicitando la construcción de un hospital universitario de 500 camas. La ley fue votada el 14 de octubre de 1926, incluyendo además el Instituto de Higiene y la Escuela de Odontología. Fue entregado en 1950 y recibió el nombre de Manuel Quintela en honor de su impulsor, que había fallecido en 1928 en la propia Facultad de Medicina.

Villar se refirió también al proceso de compra y selección del terreno, la quinta de Cibils, "elegida entre cuatro o cinco alternativas". El ex director recordó que en la fundamentación de su elección, se decía que se trataba de un "terreno alto y seco, con vistas agradables, saneamiento fácil y económico (está 34 metros sobre el nivel del mar), con cómodos medios de comunicación", que contaba además con libre circulación de aire, ventilación, "aunque la ciudad crezca" y ubicado cerca del Pereira Rossell. Opinó que esto mantiene su validez incrementada en la actualidad, ya que "se trata de un punto estratégico, casi en el centro de la zona poblada, con grandes arterias; no hay otro lugar con tal confluencia de avenidas".

Villar hizo referencia al papel jugado por Carlos Surraco, el arquitecto que resultara seleccionado en el concurso de proyectos para la construcción del Clínicas y recordó que la piedra fundamental se colocó en la Nochebuena de 1930, el mismo año que fue inaugurado el Estadio Centenario. "Cuando se compró el predio no estaba proyectado el estadio, fue el estadio que vino a construirse frente al hospital", precisó.

El proyecto de Surraco, señaló Villar, fue "la primera obra importante construida en hormigón armado", pero tiene la "flexibilidad y capacidad de adaptarse a los cambios", haciendo referencia a la polémica iniciada por el presidente Jorge Batlle respecto a la no conveniencia de su reciclaje, un punto sobre el que prefirieron no tomar partido, en sus intervenciones posteriores, el decano Luis Calegari y la directora Ubach.

"Conozco pocos hospitales que sean tan simples", dijo Villar, elogiando el trabajo de Surraco, a quien conoció y tuvo como asesor, aunque señaló que el hospital no es el edificio sino la gente. "Es muy bueno tener edificios bien proyectados como éste, pero es mucho más importante tener personal calificado, con selección rigurosa, en el que todos entraran por méritos propios y no por recomendaciones; ese es el recurso más importante que tenemos que cuidar", afirmó.

Sin embargo volvió a referirse al tema edilicio: "Llegan consultores y en pocos días hacen un informe; llegó uno que dijo que el hospital era grande, viejo e ineficiente. Un atrevimiento: ¿Grande? ¿En relación a qué? ¿Viejo? No tiene 50 años de funcionamiento. He visitado los mejores hospitales de Europa que son centenarios. ¿Cuál es la diferencia? Hay responsabilidad en el mantenimiento. Es absurdo hablar de que es viejo", concluyó.

Calegari: ética y excelencia

Decano, Dr. Luis Calegari
Decano, Dr. Luis Calegari

"Hay una historia tremendamente rica que no tenemos que olvidar, que nos tiene que enorgullecer como país, como universitarios, como Facultad de Medicina", dijo el decano Luis Calegari, quien habló después de Villar. "En este momento -afirmó- pretendemos refundar el hospital sobre esas bases históricas, pero también sobre nuevas bases que se asoman y se nos ponen como desafíos".

El decano hizo referencia a los cambios en la concepción de salud, desde la basada en una ayuda a los indigentes a una idea de derechos de las personas, como parte de su calidad de vida.

Calegari afirmó que "este cambio en el concepto de la salud como derecho, tratando de superar su inequidad en todo el mundo" es un proceso lento y complejo. También hizo referencia al concepto de salud "entendida como algo que deja de ser exclusivo de los médicos para pasar a ser de un conjunto de técnicos que podemos considerar del área de la salud y otros que tienen que ver con ella".

También se refirió a la situación general del sector en Uruguay. "Tenemos que hacer los máximos esfuerzos para rescatar el modelo solidario" , del que existen "pocos similares en el mundo".

Calegari afirmó que aparecieron nuevas necesidades de educación terciaria de la sociedad y se manifestó partidario de "horizontalizar todos los programas; tenemos que acompasar estos cambios en lo educativo". Hizo referencia a "los retrocesos en la Universidad durante la dictadura", y a la necesidad de rescatar "bases que nos sirvan para saltar adelante", teniendo en cuenta que hubo "una tendencia a que se perdieran algunos principios éticos bajo el título de modernidad".

"El hospital es parte de un gran engranaje, en todos los niveles de la salud, incorporando a todos los sectores involucrados cuya misión es: máximo respeto y compromiso a las personas, excelencia, integralidad, eficiencia y continuidad", donde debe haber "un marco adecuado del binomio docente-asistencial". Calegari dijo que ello determinará que "cada acción en salud se constituya en un acto docente, riguroso en cuanto a todos los planos de la investigación y crítica continua de todo el modelo asistencial". El decano resumió el proyecto en una visión que contemple ética y excelencia.

En otra parte de su intervención, afirmó : "La Facultad de Medicina tuvo un despertar, logró sacarnos de un aletargamiento en el que habíamos caído, el demos se ha puesto a rediscutir el futuro de la formación de los recursos humanos, nos llena de alegría y de satisfacción, más allá de que nos llena de problemas, porque, como en el fútbol, aquí aparecen 50 mil directores técnicos y cada uno tiene la razón, esos problemas son un lindo desafío".

"La parte arquitectónica del hospital sí vamos a tener que discutirla, pero no en este momento", dijo el Dr. Calegari contestando una pregunta.

Alallón: momentos difíciles

"La década del 90 fue una etapa complicada, pero hermosa. Se habla de calidad, pero la misma debe lograrse al nivel de la formación" y en cuanto a la gestión y a lo económico-financiero, "se necesita un gran esfuerzo para lograr la mayor productividad que se pueda con el dinero que es de todos", dijo el ex director interino Prof. Dr. Walter Alallón.

Señaló que los índices de internación se han mantenido, ha habido poca variación. Respecto a los estudiantes, dijo que "el número de inscritos, la matrícula sí aumentó, pero los que están cursando son menos".

También recalcó que "cuatro de las seis salas han sido transformadas, dando preferencia a los sectores de internación. No se olvidó tampoco que es un hospital universitario y todos los baños y locales de trabajo han sido remodelados".

El ex director interino, aludió además a la realización de "modificaciones importantes en el CTI, bloc quirúrgico y cirugía cardíaca", y a "la mejora de gestión en servicios de computación, en instalaciones y planta física para cumplir con los objetivos".

Indicó que en el año 1998 se produjo la delegación de funciones: "Fue muy importante para tener mayor libertad en el manejo de recursos humanos, aunque es perfectible".

También se refirió a las dificultades presupuestales: "En inversiones, con el conflicto universitario se logró una partida extra", y al número de funcionarios.

Dijo que en 1991 eran alrededor de 2.900 funcionarios no docentes, pero que en 1994 hubo un descenso muy significativo, a cerca de 2.400 y actualmente se está en unos 2.200. "El hospital universitario es una ciudad que se mueve con unas ocho mil personas por día, queremos mucho a su gente, a la que trabaja en ese hospital. Normalmente se menciona a los que tenemos responsabilidad, pero desde los servicios generales hasta los docentes, todos tienen idéntico nivel de compromiso, por eso, a todos ellos muchas gracias. A uno le ha tocado una encargatura en momentos muy difíciles", concluyó.

González Pose: si no sale es culpa nuestra

Especialista en la elaboración de proyectos, el economista Ernesto González Pose, responsable del Proyecto de Desarrollo del Hospital de Clínicas y de la Formación de Recursos Humanos en Salud, precisó que "la finalidad última es contribuir a elevar el nivel de calidad de la salud de la población del país".

Explicando el proyecto ahora aprobado por el Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad, advirtió que "no hay un modelo de salud definido con precisión para el país, sino que esto es un proyecto que se va elaborando, pero que se tiene que tomar en cuenta para hacer que se inserte en ese modelo de atención. Se asumió un modelo de atención de salud centrado en el usuario y no en el hospital, fortaleciendo el rol del profesional de la salud generalista como responsable en el contexto de una red integrada de servicios a formar".

En cuanto a las metas, dijo que "nos planteamos dos objetivos centrales: adecuar y mejorar la formación de recursos humanos según el modelo de atención asumido y desarrollar el hospital universitario en el marco de la red de servicios de salud".

Haciendo referencia al proyecto arquitectónico, González opinó que "tiene que ser la expresión física de un proyecto de acción, de qué es lo que vamos a hacer y después vamos a definir cuál es el lugar, cuáles son las características del edificio y si conviene más, para volver al tema de moda, hacer uno nuevo o reciclar el existente".

Hablando de los contenidos, el economista afirmó que "en un proyecto de salud, hay una demanda de servicios, dada por las necesidades docentes, las acordadas a través de convenios y las que pudieran surgir a través del FNR. Eso va a definir el tamaño, que normalmente se expresa en el número de camas; es una variable que puede dar una idea, pero hay muchas actividades que pueden desarrollarse en la actualidad que no dependen tanto del número de camas como de la modalidad de gestión que adopta la institución".

En cuanto al sistema de gestión señaló que "en Uruguay es uno de los temas más complejos; curiosamente, una empresa pública fue la que comenzó antes el cambio en la tecnología de gestión, fue UTE, con un éxito que no fue igualado por nadie. Es un elemento fundamental que antes se menospreciaba, era la cuestión de todos los días; resolver la gestión con el menor costo y en el tiempo oportuno, y eso en una institución que funciona las 24 horas del día todos los días del año no era fácil".

Vista aérea
Vista aérea del Hospital de Clínicas

"En la circunstancia actual -aseveró González sobre el final- el proyecto cuenta con una ventaja muy importante en términos del clima interno de la Universidad, si bien como todo proyecto complejo va a seguir generando polémicas, eso es un indicador de vitalidad de una institución en la medida que se conduzcan sobre márgenes razonables". Para González, "hay un apoyo de parte del Poder Ejecutivo que no existía hasta marzo de este año. En el gobierno anterior, hiciéramos lo que hiciéramos, creo que no teníamos un proyecto aprobado y sino lo aprueba el Poder Ejecutivo, el BID no puede financiar". Concluyó que ahora "si el proyecto no sale, sólo puede ser por culpa nuestra".

Banchero: un cambio trascendente

"Este querido Hospital de Clínicas que ha sido y es un referente desde su creación, que ha pasado por etapas muy difíciles, pero que con el apoyo de todos y me refiero a los universitarios (estudiantes, docentes y graduados), a los funcionarios y a todos sus usuarios que, en definitiva, es la población del país, ha logrado ir 'sobreviviendo', porque esta es la expresión, y mantener sus puertas abiertas y sus funciones (asistencial, docente, de investigación) en mayor o menor grado persistente, pero no escapa a nadie la influencia que ha ejercido en la formación de recursos humanos en el área de la salud en nuestro país, ni que ha sido fermental en el campo de la investigación a pesar de sus carencias", dijo en una parte de su ponencia el representante de los egresados, Dr. Andrés Banchero.

Banchero afirmó que el hospital "se encuentra en un momento histórico trascendental por varios motivos, el primero es el acuerdo y la coincidencia a distintos niveles de los actores sociales, la Universidad y el poder político de enfrentar y resolver en una discusión abierta y productiva la importancia y necesidad de dimensionar e integrar al Hospital de Clínicas en el sistema de salud como se ha proyectado. El segundo motivo es la posibilidad real de obtener la financiación que permita hacer viable este cambio cultural e institucional, fundamental para el país, en un momento que se vive una honda crisis en el sector".

Hablando del papel de los egresados, Banchero recordó que "no existe mandato imperativo, pero frente a situaciones conflictivas hemos intentado acompañar las posiciones consensuadas en nuestra comisión", y ello se realiza "con la particularidad de adoptar una posición más equidistante, ya que no ejercemos una tarea asistencial ni docente en el hospital y esta distancia nos daría un cierto 'privilegio salomónico' en la evaluación de las opciones planteadas para la toma de decisiones, intentando compatibilizar las propuestas de trabajo mejor elaboradas y factibles para el medio".

La no existencia del mandato imperativo "podría llevar a un desinterés gremial en la interna del Hospital de Clínicas, pero esta hipótesis es muy poco probable como vimos, por la respuesta que desde hace dos años ha dado el SMU generando comisiones y subcomisiones".

Banchero afirmó que "nuestro aporte debe ser recoger e incluir la discusión de todos los aspectos, no rehuir a ningún tópico, claro está que manteniendo siempre el don de la oportunidad. Pese a que las discrepancias son cíclicas y algunos problemas constantes, no debemos olvidar que las soluciones están siempre presentes, solamente que además de encontrarlas debemos aplicarlas en el momento oportuno. A Dios no se lo adora, se lo encarna", dijo Banchero, ilustrando el aserto con una parábola.

Refrán

"Me acordaba de un viejo refrán español", dijo al final de la Jornada, el Dr. Edmundo Batthyány: "Tres cosas son necesarias para la justicia alcanzar. Primero: tener razón; yo creo que nosotros tenemos razón. Segundo: saberla pedir; creo que hemos sabido pedirla y tercero: que la quieran dar. Esto último es lo que yo no sé. Seguimos en la misma duda".

 

Fortalezas del modelo

El modelo de atención actual tiene fortalezas que nosotros marcamos: alto nivel cultural de la población, una raíz solidaria que ha permitido hacer avanzar en nuestro país fenómenos como el Fondo Nacional de Recursos (FNR), que tiene en sus raíces un elemento solidario y, por supuesto, raíces más antiguas que tienen que ver con toda la instalación del mutualismo en nuestro país. El país tiene una cantera de recursos humanos muy buena; algunos dicen que sobran, nosotros decimos que tenemos un capital del cual muchos países carecen. Uruguay tiene un capital acumulado y una capacidad instalada de servicios de salud pública y privada también muy importante.

 

Debilidades del modelo

Es un sistema inequitativo, no todas las personas tienen las mismas posibilidades de atención, no es adecuado a las necesidades de la salud, no es integral, hay una inadecuada distribución de los recursos humanos que se concentran en la capital. Hay ineficiencia. Esta se aumentó por el pago por prestaciones, el pago por acto, y hay una desigual implementación por parte de las autoridades en lo que tiene que ver con las prestaciones de los servicios de asistencia médica colectiva y los servicios parciales que prácticamente no tienen regulación y desarrollan una competencia desleal con el mutualismo, una de las causas de la crisis que actualmente vive el sistema mutual.

 

Oportunidades

El Estado ha marcado una tendencia de reforzar -esperemos que se mantenga- el desarrollo de lo público, de buscar elementos de racionalización, de coordinación, de evitar superposiciones y de regular esas áreas que estaban desreguladas.

 

Líneas de cambio

Reforzar el rol de las autoridades sanitarias, llegando a un registro único de usuarios, en el sentido de establecer claramente la pertenencia y evitar superposiciones y un uso inadecuado de los servicios públicos por personas que están en el servicio privado.

 

Amenazas

Hay una tendencia a aumentar el gasto en salud; eso es difícilmente sostenible para el país porque implica destinar recursos que tendrán que ser sacados de otras áreas, teniendo en cuenta que el desarrollo, la posibilidad de crecimiento no se ve como una tendencia demasiado fuerte.

Hay una competencia inadecuada, hay políticas inadecuadas, hay servicios que claramente juegan con reglas más fáciles que otros; a esto se suma que hay una gran presión de los proveedores de la industria del medicamento para que se incorpore permanentemente tecnología distorsionando la adecuada utilización del medicamento con fines comerciales y no con fundamento científico. Se ha avanzado lamentablemente en la cristalización de intereses corporativos que sin duda no van a ser fáciles de limitar.

 

Amenazas para el hospital

La primera es que el presupuesto sea inadecuado a nuestras necesidades. Segundo, que no podamos avanzar, que no podamos ejercitar al máximo esos espacios que nos dio el Consejo Directivo Central; la amenaza de que se avance poco en políticas que nosotros veíamos con buenos ojos en el desarrollo de lo público; las debilidades serían la posibilidad de una frustración y el miedo al cambio; en estos años hubo avances y retrocesos y se puede decir, "¿esta no será otra cosa más que quede inconclusa?".

La alta rotación del personal es otra de las debilidades; por los bajos salarios y duras condiciones laborales tenemos una alta rotación de personal y a nivel de los trabajadores docentes, 80% del personal con mayor carga horaria sobre la asistencia tiene cargos a término. La otra debilidad es que el hospital tiene una incorporación tecnológica muy precaria, hay áreas de punta y hay otras con un relativo retraso, ello significa tirones a la hora de repartir los recursos.

 

Fortalezas del hospital

Es un hospital docente, donde están las personas más capacitadas, no sólo de los docentes, sino también funcionarios formados en actividades complejas e ingresados por concurso. Existe la convicción de cambios profundos para mejorar. El hospital es valorado socialmente; no hay quien no tenga un conocido que no esté agradecido al hospital. Como hospital-escuela, integrante de la Universidad de la República, tiene capacidad y la responsabilidad de participar en las discusiones para transformar el sistema sanitario.

 

Planta física

El hospital tiene que mejorar sustancialmente la operativa y la seguridad de la planta física: sanitaria, baños, tisanería, enfermería, todos los elementos de la circulación vertical, porque como no lo podemos cortar no tenemos más remedio que hacer que funcione bien. Con una mayor autonomía, es decir con una gestión más apropiada, pero reforzando los elementos de responsabilidad en la gestión de los dineros públicos y de la rendición de cuentas de en qué se gastan esos 30 millones de dólares que destina la sociedad para el trabajo nuestro.

 

TECNOLOGÍA

La incorporación de tecnología es importante para la formación de recursos humanos y creación de conocimiento. Uruguay, como la mayoría de los países subdesarrollados, es comprador de tecnología. Desde 1975 ha habido un crecimiento importantísimo de la tecnología, al cual se adjudica el mayor porcentaje del aumento del gasto del PBI en el rubro salud. El otro problema es que la incorporación tecnológica se centró en bienes de capital, en equipos y que está localizada en el subsector privado; esta incorporación tecnológica se basó en una estrategia comercial; las instituciones pretenden diferenciarse y decir: "Somos los más completos, tenemos las máquinas más sofisticadas".

¿Todas las técnicas que están siendo financiadas por el FNR podemos seguir considerándolas como nueva tecnología? ¿No habrá algunas que ya son tecnologías corrientes? Sin embargo, hasta ahora, desde que se creó en FNR se fueron agregando procedimientos y no han bajado uno. La tendencia es a la superposición, a la subutilización o a la sobreutilización. En el Clínicas tenemos instalados equipos de última generación pero no nos llegan los pacientes, en otros están sobreutilizados, lo cual, a uno lo hace dudar si reciben un adecuado mantenimiento, una adecuada preparación y si realmente esos servicios siguen siendo de la misma calidad.

 

Los participantes

La Jornada del Hospital de Clínicas la organizó la Comisión de Asuntos Universitarios del SMU, cuyo miembro responsable es el Dr. Edmundo Batthyány. En representación del presidente del SMU intervino el Dr. Eduardo Navarrette. Asistieron el Prof. Dr. Henry Cohen, presidente de la Comisión Directiva del hospital y el Dr. Alejandro Gerardi, representante de OPS-OMS en Uruguay, entre otros. Panelistas: Prof. Dr. Hugo Villar, ex director del hospital; decano de la Facultad de Medicina, Prof. Dr. Luis Calegari; directora del hospital, Prof. Dra. Graciela Ubach; ex director, Prof. Dr. Walter Alallón; responsable del proyecto Ec. Ernesto González Pose y delegado del SMU a la Comisión Directiva del hospital, Dr. Andrés Banchero.

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