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El Dr. Milton Mazza defiende proyecto de colegiación profesional

«Una cuestión de tiempo»

El Dr. Milton Mazza, presidente de la Academia Nacional de Medicina, dijo que la «colegiación profesional es un problema jurídico y político... pero de política nacional. Es un tema que debería preocupar al Estado y que llevará algún tiempo de discusión». Recordó que «la única crítica a la iniciativa es por su supuesta inconstitucionalidad... Algo pueril, sin seriedad». «Cuando los profesionales uruguayos empecemos a quedar relegados en nuestro país por el impulso de migraciones desde Brasil y Argentina, surgirán naturalmente las voces en favor de la colegiación. Es sólo una cuestión de tiempo.» Dr. Mazza, ¿cree, que la colegiación provocará un debate técnico previo a su tratamiento parlamentario o será sólo político?

Aunque aspiramos a que se adopte una decisión más técnica que política, sabemos que en realidad será al revés, porque pasará por una gran discusión legislativa. El instituto de la Colegiación será creado a través de una ley de la Nación. No obstante, es bueno que haya varios ámbitos de discusión, con ideas enfrentadas y mucha argumentación. Eso enriquece el contenido del futuro cuerpo. La colegiación no es solamente un problema jurídico, sino también político, pero de política nacional. Es un tema que llevará algún tiempo de discusión, técnica y política. Creo que tendrá una resolución definitiva recién en el próximo milenio... (sonrisas). Es tan grande la perspectiva de un gran caos administrativo, por el ejercicio profesional sin control de universitarios, o, lo que es peor, seudouniversitarios provenientes de países vecinos, que la propia realidad nos obligará a adoptar medidas de protección.

¿Prevé oposición al proyecto en el Legislativo?

No sé si tanto. Pero, en definitiva, está bien que así sea. Será muy interesante ver el debate, escuchar a quienes estén en contra. Por ahora, las razones expuestas no parecen sólidas. Vamos a ver si surgen argumentos sustanciales cuando se inicie el debate parlamentario. Si el sustento contra la iniciativa es una supuesta inconstitucionalidad... bueno, es hasta pueril. Cualquiera que lea la Constitución se da cuenta que la colegiación no colide con ninguno de los artículos.

Dicen que atenta contra la libertad laboral...

Si es por eso, la exigencia de un título profesional es una limitación para la libertad de trabajo. En el caso de los médicos, por ejemplo, si hubiera una desregulación total, un curandero podría ejercer de la misma forma que alguien que pasó años en una Facultad. Para ejercer la medicina hay que recibir una habilitación, hoy, del Ministerio de Salud Pública. Las agrupaciones universitarias decimos que esa habilitación debería ser extendida por un colegio profesional.

El Dr. Ramón Díaz, abogado y exjerarca del Banco Central, decía que es absurdo el intento de promover la colegiación profesional. Se remitió a algunos casos particulares, e incluso presentó el de Chile, donde se abolió la obligatoriedad hace algunos años, citando el caso de los médicos.

Fue durante la dictadura de Pinochet. Recordar eso es la mejor respuesta a ese comentario del Dr. Díaz. El ejemplo chileno es una excepción. Podemos señalar que en los países desarrollados se mantienen los colegios existentes y se crean nuevos. Pienso ahora en la Orden de los Médicos Franceses, una institución de gran tradición, que acaba de producir un código deontológico prologado por el gran pensador Paul Ricard. En América del Sur tenemos el Colegio Médico del Perú, un caso notable de protección profesional. También es así en España, con su Colegio Nacional y sus colegios provinciales; y los exigentes cuerpos de Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña. Diría lo contrario a lo que dice el Dr. Díaz: el mundo avanza hacia una mayor protección del ejercicio profesional y un mejor control ético. Chile fue un ejemplo de funcionamiento hasta 1981. Lamentablemente, la dictadura constitucionalizó la destrucción de derechos elementales de la población. No es un caso que debamos tomar en cuenta. Se equivocan aquellos críticos que pretenden presentar la colegiación como un fenómeno retro.

En algunos ámbitos se señala que la mayor oposición al proyecto es de los profesionales jóvenes y que la colegiación preocupa sólo a los académicos de mayor trayectoria y edad. Hay algo de verdad en esa idea de que un tema tan importante no parece ser preocupación para los más jóvenes. Estamos viviendo en una época posposmoderna. Ni siquiera vivimos la posmodernidad. Enfrentamos un mundo cuyos líderes parecen no interesarse por distinguir el bien del mal. El sistema tiene la astucia de hacernos creer que hoy es fácil distinguir lo bueno de lo malo, pero al mismo tiempo se crean los mecanismos para que esa distinción no sea posible. Si la sociedad sostiene el «todo vale», que todo es igual, en definitiva se dice que «nada vale». ¿Cómo restituir una idea ética? Justamente, el fortalecimiento de cuerpos de control colaboran en ese proceso. Es cierto que los médicos más jóvenes parecen ajenos a esta iniciativa, pero hoy es un problema de todas las profesiones. La FEUU no ha demostrado interés en esta iniciativa y ha presentado todo tipo de reparos. Quizá, para los más jóvenes parece que no hay una necesidad de defender su profesión. Pero es un problema, porque serán ellos los más perjudicados por el caos. Nosotros, los más veteranos, ya hicimos nuestra vida y creo que la hicimos bastante bien. De pronto, lo mejor hubiera sido lavarnos las manos. Pero no va con nuestros códigos de ética.

Otro temor es que podría transformarse en un poder sin control, que, a través de un espíritu de lobby, tapara errores frente a la Justicia. Muchos se refieren al caso de los médicos.

Es un temor infundado. Las facultades de los organismos públicos pueden ser ejercidas indebidamente, como desviación de poder. Puede pasar, pero son episodios muy raros. En el caso de los médicos, se creará un tribunal disciplinario idóneo para juzgar lo que está bien y lo que está mal en el ejercicio profesional. En este momento existe un Consejo Arbitral del Sindicato Médico que juzga procederes incorrectos. Y lo hace muy bien. Pero es insuficiente en casos que necesitan algo más que una censura ética. Este cuerpo es un referente complementario y aun piedra angular para la creación de un Colegio Médico. Por ello también el apoyo del SMU y la Femi. Por algo los doctores Macedo y Mogni siguen muy de cerca este proceso. En lo personal, me preocupan algunas modas impuestas desde hace algún tiempo, siempre vinculadas al posposmodernismo. Una es el uso y abuso de la publicidad indirecta a través del seudoperiodismo médico. ¿Qué diferencia hay entre informar y vender servicios propios o de terceros? ¿Está mal hacer publicidad indirecta? ¿Está bien? No hay criterios para juzgarlo. Ese será un papel fundamental del futuro Colegio Médico. Recuerdo ahora un caso, muy difundido, de dos colegas (los doctores Tabaré Vázquez y Raúl Bustos) que debieron dirigirse al Sindicato Médico para dirimir su conducta ética. Pero no es el organismo mas apropiado para ese juzgamiento. Es un gremio. Esa instancia podría ser el Estado, pero en ese nivel se entiende que conviene trasladar esas dilucidaciones a un ámbito público no estatal. Creo que eso es lo correcto y existen condiciones para que así sea.

¿Todas la profesiones universitarias son colegiables?

La gran mayoría son colegiables, pero hay otras en las que hay aspectos que todavía no son totalmente claros. Vemos lo que ocurre ahora con los psicólogos. Primero deben resolver temas fundamentales para poner en funcionamiento un Colegio.

¿La larga trayectoria de los colegios de Brasil y Argentina significa una ventaja ante la falta de un cuerpo similar uruguayo?

Sin dudas, porque ambos países ya están preparados para enfrentar el embate de la libre circulación de profesionales en la región. Sus colegios están prontos para analizar planes de estudio, antecedentes universitarios y profesionales de quienes intenten ingresar para ejercer tareas altamente competitivas. La ventaja es de más de veinte o treinta años. Sin embargo, nosotros seguimos discutiendo.

¿Este proyecto tiene antecedentes históricos?

El primer intento corporativo de crear colegios profesionales data de 1941. Uno de los grandes defensores de la idea fue una gran personalidad de la medicina... nada menos que el Dr. Carlos María Fosalba. Desde entonces se han planteado varios intentos, que fracasaron por falta de conciencia colectiva y voluntad política.

¿Qué ha cambiado hoy para observar el actual proceso con cierto optimismo?

Lo fundamental, el escenario político de la región. Cuando los profesionales uruguayos empecemos a quedar relegados en nuestro propio país por el impulso de migraciones desde Brasil y Argentina, surgirán naturalmente las voces más potentes en favor de la colegiación. Es sólo una cuestión de tiempo. Que no sea demasiado tarde.

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