jueves 14 de enero de 2016
Si se me descongeló el pollo, pero no completamente, ¿puedo volver a congelarlo? ¿Tengo que prestarle atención a la fecha de vencimiento, o es una mentira del capitalismo apátrida? Si es casero no puede hacerme mal, ¿o sí? ¿Cuál es la forma realmente segura de preparar una vianda? ¿Es verdad que el fuego mata todo? ¿Es riesgoso comer sushi? ¿Y un pancho en la calle? ¿Cómo pudo llegar una bacteria a la torta de cumpleaños si quedó fuera de la heladera sólo un par de horas? ¿No es raro que la carne envasada al vacío se vea más oscura? ¿Qué cosas tendría que mirar en un delivery para despejar cualquier duda?
Preguntas como estas nos acompañan al supermercado, se quedan en casa –y no sólo en la cocina– y hasta salen a comer con nosotros al restaurante y al picnic.
Diariamente, se produce en el mundo una enorme cantidad de casos de enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA) a pesar de que sólo quedan registrados entre el 1% y el 10% de ellos.
Escuchá la entrevista a la bioquímica Mariana Koppmann.