Nobel de Medicina fue a tres investigaciones de “gran impacto” sobre el proceso de transporte de las células del cuerpo

Los investigadores James Rotheman, Randy W. Schekman y Thomas C. Südhof recibieron esta semana el premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos que, por separado, permitieron entender “un importante sistema de transporte en las células”, estableció el comité que otorgó el galardón.

El investigador responsable del Grupo de Biología Celular de Membranas del Instituto Pasteur de Montevideo, Pablo Aguilar, explicó que las tres investigaciones han tenido “gran impacto” para trabajos posteriores. Según el comité Nobel, los aportes de los dos estadounidenses y el alemán podrían permitir en el futuro curar trastornos inmunológicos y encontrar una solución a la diabetes, entre otras enfermedades.

Aguilar explicó que “el reconocimiento a este trabajo hecho hace 20 años atrás, a principios de los ’80, explica de manera molecular y mecanística algo que ya se sabía de manera descriptiva a nivel celular”. “El gran impacto de los tres es que han posibilitado el entendimiento de la mecánica por la que una célula organiza a dónde va a parar cada cosa”, agregó.

Schekman utilizó la levadura de pan como modelo para “identificar genes que tuvieran que ver con la organización del tráfico de la célula” y descubrió “el esqueleto” de ese tráfico dentro de una célula. En tanto, Rotheman “utilizó la entrada de un virus a una célula”, identificó la “ruta definida” por la que este entra y sale y empezó a “aislar las proteínas de las células responsables de dirigir la entrada y salida del virus”. Sudhof, en tanto, se enfocó “en la liberación de neurotransmisores”, explicó el investigador del Instituto Pasteur.

“Es como mirar una ciudad de lejos y sólo se ve gente que se mueve. Algunos van solos, otros en grupo, algunos rápido y otros siempre al mismo lugar. De repente, se empiezan a ver calles y aceras, autos y ómnibus; eso explica algo pero no todo. La contribución de estos investigadores consistió en descubrir las instrucciones que cada línea de ómnibus sigue para ir a un destino y no a otro, porqué un grupo de automóviles se dirige a la Ciudad Vieja y otro al aeropuerto”, ejemplificó.

El transporte celular defectuoso está involucrado en el desarrollo de la diabetes, de enfermedades neurológicas y de desórdenes inmunológicos. Por eso es que el trabajo de estos investigadores puede ayudar en el futuro a curar varias enfermedades.

En la actualidad, su aporte ya ha sido fundamental para el desarrollo biotecnológico de métodos de producción de proteínas industriales y biofármacos en células eucariotas.

También el mecanismo cosmético de acción del botox o el medicamento antiepiléptico Levetiracetam fue posible gracias a los descubrimientos de estos investigadores.

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