SMU rechaza declaraciones del Rector de la Universidad Católica
El Sindicato Médico del Uruguay rechaza enfáticamente los comentarios realizados por el rector de la Universidad Católica del Uruguay, Eduardo Casarotti, quien declaró a El País, entre otras cosas, que los médicos que cobran “más de 300.000 pesos por mes” deberían hacer un aporte distinto a través de un Fondo de Solidaridad diferenciado para las personas que más ganan, ya que “hay médicos que ganan 300.000 pesos por mes y una persona que no pudo mandar a sus hijos a la Universidad le ha pagado la formación”.
El SMU entiende que Casarotti confunde la financiación individual que una persona realiza con la financiación colectiva que la sociedad realiza para formar a los recursos humanos calificados que el país precisa en todas sus áreas.
Además, creemos inconveniente la sugerencia del Rector de crear un Fondo de Solidaridad diferenciado porque:
- Los médicos, como todos los profesionales universitarios egresados de la Universidad de la República, devolvemos a la UdelaR lo que la sociedad nos dio a través del Fondo de Solidaridad creado para que más uruguayos tengan la posibilidad de acceder a carreras terciarias.
- La generalización sobre el salario percibido por los médicos es equivocada, al igual que los médicos sean los que más ganan. En el caso de que hayan médicos que ganen 300.000 pesos mensuales, que los hay, realizan sus aportes al fisco como corresponde.
- Recordemos que, por ejemplo, los internos cobran $68 la hora y los residentes unos $130 por cargos full time. Además de los aportes anteriormente mencionados, los médicos “devolvemos” a la sociedad lo que la sociedad nos da a través de trabajos que no son remunerados.
Finalmente, creemos que es improcedente que el rector de la Universidad Católica del Uruguay haga este tipo de declaraciones sobre cómo debería gestionarse la Universidad de la República, teniendo en cuenta que la UdelaR posee mecanismos para discutir, entre otras cosas, la sustentabilidad de sus prestaciones, y que para hacerlo estigmatiza a un colectivo profesional y comprometido con la realidad social como somos los médicos.
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