17 de setiembre: Día Mundial de la Seguridad del Paciente.

"Si bien la atención médica conlleva un alto riesgo de complicaciones, estas se minimizan cuando el trabajo se realiza en equipo. Incluso hasta el 50% de los daños pueden ser evitados con medidas sencillas” dijo a Ser Médico el especialista en Medicina Intensiva Juan Pablo Soto sobre la Seguridad del Paciente.

martes 17 de septiembre de 2019

La Asamblea Mundial de la estableció a partir de este año la conmemoración del Día Mundial de la Seguridad del Paciente con el objetivo de ayudar a sensibilizar a las personas a ser más conscientes y participar de forma activa en su propia atención de salud y autocuidado.

Asimismo se encuentra necesario concientizar también a los responsables de las políticas públicas en salud sobre la necesidad de pensar en términos de seguridad del paciente, alentando acciones en ese sentido.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 2,6 millones de personas mueren cada año por daños que pudieron ser evitados en situaciones de atención médica y hasta un 25% de la población general experimenta daños que pueden ser evitados durante la atención.

Uno de cada 10 pacientes sufrirá algún tipo de daño durante la hospitalización y uno de cada 300 por la atención médica en general. Dentro de estos daños las infecciones hospitalarias afectan a 7 de cada 100 pacientes ingresados.

En Uruguay desde la Medicina Intensiva específicamente a través de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) se ha trabajado activamente en esta temática desde hace varios años.

Ser Médico consultó al Dr. Juan Pablo Soto, médico intensivista, ex Presidente de SUMI quien explicó que “la Seguridad del Paciente es la ausencia o reducción, a un nivel mínimo aceptable, de riesgo de sufrir un daño innecesario en el curso de la atención sanitaria. El nivel mínimo aceptable, hace referencia al nivel de conocimiento actual, los recursos disponibles y el contexto en que se produce la atención frente al riesgo de no tratamiento u otro tratamiento”.

Ante esta situación, la Seguridad del Paciente se ha constituido como una verdadera disciplina, se ha afianzado como una respuesta organizada de parte del Sistema Sanitario y sus Usuarios, para prevenir, interceptar y mitigar estos eventos no deseados.

“Toda esta respuesta organizada se materializa en el 2004 en una iniciativa de la OMS: La Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, donde destacaba algunos puntos relativos a la seguridad que son por demás elocuentes. En ellos resaltaba que la seguridad del paciente es un problema grave de salud pública en todo el mundo” recordó Soto.

El médico destacó que “si bien la atención médica conlleva un alto riesgo de complicaciones, estas se minimizan cuando el trabajo se realiza en equipo. Incluso hasta el 50% de los daños pueden ser evitados con medidas sencillas”.

El análisis y la respuesta frente al error ha cambiado en los últimos años. La creencia de que adjudicar culpas y errores a un solo individuo solucionará el problema, y lo que es peor, que no se repetirá, es una visión equivocada explicó Soto.

“Esto ha llevado a un progresivo «abandono» de la perspectiva individual a la hora de estudiar el error por una perspectiva organizacional y sistémica. Es decir el que falla es el sistema y no solo la acción individual. Por más que en muchos casos sea fácil señalar al individuo en particular como responsable de todo el error, y por lo tanto el fusible más fácil a sustituir” sentenció.

Soto considera que desarrollar estrategias para disminuir el error en la asistencia sanitaria es “un imperativo ético, e incluso económico, dado que estudios internacionales determinan que cerca del 7% del gasto en salud es el costo de los eventos adversos en sistemas sanitarios del primer mundo”.

Soto comentó que desde la Medicina Intensiva se ha tomado el tema con gran interés. “Desde hace varios años, estos temas forman parte de los cronogramas de los diferentes congresos de la especialidad a nivel nacional e internacional. Nosotros consideramos que lo más importante es saber distinguir entre accesibilidad y seguridad. Es decir, intentar primero tener las condiciones máximas de seguridad frente a cualquier procedimiento que vayamos a realizar, pero que su ausencia no sea impedimento para poder realizarlo. Es decir, los procedimientos no deben estar “atados” a una determinada especialidad o condiciones, sino intentar garantizar la realización de los mismos con las máximas garantías que se tienen en ese momento y en ese lugar. Si bien hay maniobras y destrezas que son características de la medicina intensiva, y por lo tanto, lo ideal es que sean realizadas por intensivistas, hay situaciones que frente a la ausencia de un especialista, la atención sea igualmente garantizada aunque eso no implique el escenario ideal”.

 

Por más información consulte la web: https://www.who.int/campaigns/world-patient-safety-day/2019

Aquí encontrará la declaración de la Asociación Médica Mundial acerca de la Seguridad del Paciente. https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-la-amm-sobre-la-seguridad-del-paciente/