81º Aniversario del SMU

1920 - 11 de agosto - 2001

Acto de entrega de Distinciones Sindicales

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Hoy 11 de agosto conmemoramos el 81 aniversario del Sindicato Médico del Uruguay.

Se encuentran en este año presidiéndolo el presidente del Sindicato Médico del Uruguay el doctor Barrett Díaz Pose, otros miembros del Comité Ejecutivo la doctora Ana Inés Ruiz, el doctor Alberto García Unzaín, el doctor Escandor El Ters, el doctor Carlos Montejo. Se encuentra presente también el profesor doctor Walter Alallón, Decano interino de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.

Vamos a decir que durante el transcurso de este acto se entregarán las distinciones sindicales 2001 y se realizará la entrega simbólica de los diplomas correspondientes a los socios honorarios de nuestra institución.

Para comenzar la parte oratoria hará uso de la palabra el presidente del Sindicato Médico del Uruguay el doctor Barrett Díaz Pose.

Dr. Barrett Díaz Pose

Sean bienvenidos a ésta, que es literalmente hablando, vuestra casa.

El aniversario de nuestro Sindicato suele ser ocasión propicia para una revisión histórica, que ya es rica y extensa al transitar la novena década.

Sin embargo, las autoridades actuales, previendo este aniversario, y analizando el momento que se vive, quisieron que más bien habláramos del presente y de las perspectivas difíciles aunque también -como veremos- esperanzadoras que se nos presentan.

En ese sentido, puedo comenzar dando una buena noticia, aleccionante en cierto modo, que pudo haber sido directamente la opuesta, y es que hemos llegado en la tarde de ayer a un pre-acuerdo con una empresa de seguro parcial, una empresa asistencial muy conocida en el medio, respecto a la cual el núcleo de base -recientemente conformado- de nuestros médicos que allí trabajan -dicho sea entre paréntesis en lo que es una actitud del Sindicato Médico de organizarse en cada lugar de trabajo, donde todos nos conocemos y podemos solucionar mejor los problemas y hallar soluciones que es lo que importa- nos había presentado luego de extensísimas negociaciones -que se arrastran a años de problemas, de desconocimiento de sus derechos, y muchos meses de atraso en los pagos, situaciones provocativas como ser el cumplimiento parcial de los acuerdos previamente concertados. Pero adviértase en qué sentido era parcial el cumplimiento: se había acordado una cierta rebaja en los ingresos y como contra partida se iban a pagar los adeudos, los salarios atrasados, se venía cumpliendo muy bien con la primera parte del acuerdo y se desconocía la segunda, así cualquiera llega a acuerdos con el gremio médico- y se nos planteó el conflicto, y el apoyo tajante del Sindicato Médico. Analizando lo difícil del momento, ese fantasma que tenemos de que a cada puesto laboral que de pronto sea declarado un estado de conflicto o que quede bajo situación de paro, pueda tener la apetencia de tanto y tanto sub y desocupado, que la situación general ha creado. Sin embargo, el Sindicato Médico decidió jugar sus fuerzas con firmeza, anunciándole a la empresa que lisa y llanamente iban a ir al paro con el respaldo del Sindicato Médico y que nadie seguramente iba a ocupar esos cargos con nuestra avenencia y se iba a exponer a las disposiciones del Estatuto del Sindicato Médico.

Logramos el pre-acuerdo.

Sobre esto quiero hacer una reflexión porque es una noticia buena pero aleccionante. ¿En qué sentido aleccionante?

Yo tengo a mi frente -lamentablemente todos ustedes tienen a su espalda- la célebre frase de Carlos María Fosalba.

Esa frase -como recordaremos- fue dicha en el año 1936 en ocasión de hacerse un balance del primer aniversario del Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay, el CASMU.

En ese mismo balance, presentado como pieza oratoria por el doctor Fosalba, él hacía la siguiente reflexión: "Se dice que no podemos dedicarnos a grandes empresas porque el Cuerpo Médico está apático y no nos acompaña. Y yo -decía Fosalba- quisiera invertir el pensamiento diciendo que el Cuerpo Médico tal vez no nos acompañe porque no nos lanzamos a grandes empresas".

Lo aleccionante de la experiencia de ayer respecto al acuerdo y al avance que logramos, es que debemos -tal vez- dar vuelta el pensamiento generalizado de que como Cuerpo Médico organizado no podemos enfrentarnos a las difíciles situaciones y conflictos que se generan porque los médicos no nos acompañan.

Hoy aquí, tal vez podamos dar vuelta el pensamiento y decir que tal vez no nos acompañan si no enfrentamos a todas esas situaciones injustas y desdorosas para el Cuerpo Médico.

Por eso la lección es: enfrentemos los problemas, planteemos nuestras soluciones y probablemente tengamos un creciente apoyo del Cuerpo Médico, que está ya absolutamente más allá del límite de lo tolerable en cuanto a condiciones laborales, de trabajo y de consideración ante la sociedad y las empresas empleadoras.

Por supuesto, el resto del panorama laboral es muy difícil. Ante ese éxito parcial de la tarde de ayer debemos contraponer las enormes dificultades que estamos transitando.

Hoy mismo tenemos grupos de trabajo analizando la muy difícil situación laboral de los colegas de las cerradas mutualistas MIDU y COMAEC, para tratar de reinsertarlo en las condiciones más justas posibles. Pero es muy difícil.

Sin embargo, no nos queda otra alternativa que transitar el fortalecimiento de la actitud gremial.

Nosotros representamos una de las dos grandes concepciones que en este momento se presentan y entrechocan en el escenario nacional e internacional en materia de Salud, y dentro de ello de trabajo médico.

Para nosotros, desde la fundación de este Sindicato, el proceso médico lleva implícito un conocimiento científico pero también una actitud ética.

El siglo pasado fue el escenario de la interposición entre el médico y el paciente que milenariamente cumplían el rol de la medicina laboral, de la intermediación institucional y también de la intermediación tecnológica, que muy a menudo en vez del rostro de un paciente nos presenta los resultados de una pantalla.

Frente a eso hemos logrado ir conformando el acto médico -como siempre lo fue- conocimiento científico más actitud ética.

La semana próxima la Comisión de Bioética de este Sindicato va a realizar con expertos internacionales en el Hotel Alción un Encuentro Taller sobre la Ética de la Investigación Científica, que entre otras cosas, apunta a dar cumplimiento a las Resoluciones de Manila, de la Asociación Médica Mundial que rechaza la inequidad de realizar investigación solamente en pacientes de hospitales públicos.

Pero quisiera agregar para terminar, que a esa interposición entre el médico y el paciente de la milenaria relación que nos trajo el siglo XX, aparentemente este siglo nos va a interponer cada vez más a un actor de primer orden, que cada vez debemos conocer porque cada vez está más presente, ese es el mercado.

Las dos grandes concepciones en que hoy se puede mirar la Salud, son aquellas que se ubican exclusivamente en la perspectiva de un mercado todopoderoso, regulador de cada uno de nuestros actos y aquellos que creemos que en materia de Salud, existen conocimientos científicos, actitudes éticas a ser respetadas y que acotan el poder del mercado.

Esas concepciones están presentes y se entrechocan. Las instituciones que aparecieron en nuestro país -incluso antes del siglo XX, ya en el XIX- hoy día presentan una situación realmente inaceptables para todos, que nosotros queremos modificar y apuntar a una cobertura integral de la Salud, a un financiamiento solidario de la Salud. Queremos hacer que los procesos diagnósticos y terapéuticos sean hechos con criterio riguroso de selección de tecnologías, que la gestión administrativa sea profesionalizada, sea cristalina y auditada. O sea, queremos cambiar y mucho el actual modelo asistencial tanto público como privado, solucionando la ineficiencia y evitando la corrupción que hoy día encuentra bolsones acolchonados y protegidos para su desarrollo.

Queremos cambiarlo.

Lo que no queremos es destruirlo para abrirle el camino al mercado todopoderoso.

Ahí, en este dilema, entrechocamos con otros actores de la sociedad, que quieren imponer el predominio absoluto del factor del mercado, a lo largo y a lo ancho del sector de la Salud.

No quiero extenderme más porque la ceremonia tiene otros objetivos.

Diría finalizando, que la historia -que hoy no apareció verbalmente dicha, pese a todo lo rica y jugosa que es para este Sindicato- no puede evitarse y hoy está presente.

No está en forma verbal sino carnal, personalizada, a través de tantos y tantos queridos colegas que hoy van a recibir la distinción sindical o el reconocimiento de ser Socios Honorarios.

Repasando la lista personalmente, encuentro docentes de la etapa preclínica, clínica, del post grado y aún más, docentes del ciclo secundario de Educación.

Encuentro -y esto cuesta un poco más decirlo- compañeros que cursaban los años superiores de la carrera cuando yo ingresé a Facultad -porque descubre un poco las edades-. Encuentro a integrantes del Comité Ejecutivo de 1973 que compartieron con nosotros el momento en que se estableció la dictadura, el momento en que seguimos funcionando bajo la dictadura, cuando no nos permitían realizar elecciones pero nos llamaban casi cotidianamente a los Departamentos de Inteligencia a responder por las actitudes del Sindicato Médico. Esos compañeros estuvieron allí, hasta que llegó luego la etapa de la Intervención.

Entonces, la historia está presente, porque este Sindicato Médico se asienta en su historia. Y enmarcado en este calor humano, apoyado en esta historia, con la lucidez que tratamos de tener sobre el presente, para poder encarar los tan difíciles problemas que nos enfrentan, es que creo que puedo terminar abriendo paso a la emoción y diciendo, sinceramente, que todos aquí debemos compartir un muy feliz aniversario.

Muchas gracias.

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