Ensayo sobre el pensamiento del Dr. Carlos María Fosalba en las postrimerías del siglo XX

Algunas reflexiones finales

Podría resultar superficial y excesivamente simplificador procurar una visión resumida del pensamiento de Fosalba y su vigencia al finalizar el siglo XX.

Porque con la dinámica de su talento, seguramente, de haber vivido en los años siguientes a aquel funesto 1946, habría tenido ocasión de interactuar con una realidad continuamente cambiante, que le ofrecería a cada paso nuevos desafíos. Y posiblemente hubiera efectuado revisiones y cambios a su carta de navegación, para sortear, una vez más, los obstáculos que aparecieran, con el optimismo y la creatividad que le fueron tan característicos.

No cabe duda que en su corta vida pudo enriquecerse intelectualmente y desarrollar una intensa actividad primero estudiantil, luego profesional, docente, gremial y científica. Ello unido a su permanente vocación libertaria, su espíritu solidario y su inclinación social.

Siempre con su capacidad de análisis e interpretación de la realidad, pronto a sacar conclusiones terminantes sobre los hechos y sus circunstancias, sobre los caminos a recorrer.

Seguramente, como han ilustrado varios de los referentes empleados, su amplia cultura general le fue valioso instrumento para mejorar su talento natural. Y junto a ambos, talento y cultura, un desbordante optimismo, una confianza sin límites en el espíritu humano, para emprender y triunfar ante cualquier desafío.

Aquellos quince puntos que con maestría anotó, como pilares de la obra de renovación sindical, en 1934, constituyen en cierta medida, una brújula, útil en todo momento para ubicar el rumbo acertado. Tal vez, uno de los más señalados logros de la prédica de Fosalba, en lo auténticamente sindical, fue marcar una clara orientación al Sindicato Médico, haciéndolo participar y conocer las características del medio social, para entender mejor cómo servirlo y transformarlo. La preocupación por lo que ocurría en la región y en el mundo, fue otra de sus tendencias. Y la vocación por la solidaridad, la libertad y la democracia, fueron valores muy firmes y que arraigaron muy hondo en la evolución futura de la Institución.

La concepción del Centro de Asistencia adscripto del Sindicato Médico, es uno de los ejes de su pensamiento. Se constituyó con el tiempo, en la mayor realización de toda su serie. Anotamos, de paso, que en ninguna de sus ponencias o escritos Fosalba lo denominó CASMU, que es una simplificación de la modernidad y que podría corresponder a aquella denominación, o a cualquier variante de ella, como ya se intentó durante la Intervención.

Y el propio Servicio de Urgencia, que se adelantó en el tiempo, siendo el germen del Centro de Asistencia, tuvo una organización muy simple y un propósito muy claro: servir a la población y dar trabajo a los jóvenes médicos recién egresados. Es fundamental destacar que siempre mantuvo presente el principio de que debía darse trabajo a los colegas, brindando la mejor atención a los pacientes, porque en eso radicaba una de las principales falencias de lo que él denominó "mal mutualismo", el que por igual trataba mal a médicos y a usuarios. Ambos -el Servicio de Urgencia y el Centro de Asistencia- nacieron y funcionaron en el Sindicato Médico y fueron condicionando en su desarrollo y expansión, las nuevas necesidades edilicias recíprocas, procurando siempre formas comunes de convivencia, para preservar en el tiempo esa identidad de origen.

Interesa consignar cómo han podido valorar la obra de Fosalba en el Centro de Asistencia, los médicos de la región. Numerosos han sido en las décadas del 50 y 60 los encuentros con delegaciones médicas de algunas provincias argentinas (Santa Fé, Córdoba) para profundizar en el conocimiento de la experiencia tan singular de los uruguayos y extraer enseñanzas para su propia aplicación. Los colegas del Paraguay emprendieron en la década del 70 una experiencia de inspiración similar. Un médico chileno, de raíz gremial, y representante del Colegio Médico de Chile ante el Sindicato Médico, durante la dictadura militar de su país, consignó estos conceptos (87):

"Así, la gremial médica, el S.M.U., emprende un camino propio para encontrar la solución a los problemas que enfrenta: económicos, éticos y de perfeccionamiento. En un camino para autorresolver estos problemas. Es una forma particular de búsqueda para satisfacer las necesidades de sus asociados que no se observa en otras gremiales médicas de Latinoamérica.

En ellas, otras gremiales médicas de Latinoamérica, se busca el camino de la representación de los valores académicos y científicos y se evade la búsqueda de la solución económica. Esto los lleva a no enfrentar el sistema social causa de la pauperización médica en la mayoría de sus países. Y cuando el problema económico se hace acuciante surgen agrupamientos de médicos al margen de esas organizaciones que toman la reivindicación económica y que desaparecen al lograr parcial o totalmente su objetivo. Ejemplo: en 1960 en Chile se crea la AMECH (Asociación de Médicos de Chile) que lidera un paro médico por mejores salarios y que desaparece al no estar ya el motivo económico.

Si bien durante esta época el Sindicato Médico principalmente a través de los Editoriales de Acción Sindical, tiene presente la cuestión social, la solución buscada se encuadra en el sistema de salud, con la esperanza de "socializar la medicina de la clase media a través del CASMU".

Existe unánime opinión, de que el CASMU es una de las mayores realizaciones del Sindicato. Su desarrollo es constante y progresivo: "...15.000 abonados activos al finalizar el primer año; 30.000 a los diez y 60.000 a los veinte, traducen un crecimiento inigualado en las sociedades mutualistas."

El ejemplo de Fosalba en su dedicación a la obra sindical, volcando sus energías a la producción de proyectos, publicaciones, conferencias y toda clase de intervenciones lúcidas y combativas, marcando sus tiempos, nos ilustra sobre el grado de compromiso para hacer realidad una propuesta. Fosalba luego de una trayectoria breve y brillante en el Sindicato Médico, volcó su esfuerzo preferente al montaje y organización del Centro de Asistencia, en el que comprometió sus energías principales. Fue el gran animador de esa removedora obra sindical, sin detentar ningún cargo, pero gozando del reconocimiento y el afecto general.

Desarrolló y dio forma a una de las viejas líneas sindicalistas, para expandir el ejemplo del Sindicato Médico y de su Centro de Asistencia, aún en su etapa de proyecto, al resto del país. Ello constituye una clara demostración de las rectas intenciones que desde siempre albergó la gremial médica de Montevideo, respecto al desarrollo de sus colegas de todo el país. Con una marcada definición de autonomía y con un sentido federativo.

Esto, a cincuenta años de la muerte de Fosalba es una realidad muy fuerte, que en el interior del país se evidencia en el establecimiento de una red de instituciones de asistencia médica organizada por los profesionales de cada departamento y con un sentido federativo. Y que -dicho sea de paso- aseguró que el mutualismo montevideano, aquél que Fosalba combatió, llamándolo "mal mutualismo", definitivamente no entrara en el interior. Pero aquellas instituciones no están hoy federadas en torno al Sindicato Médico, sino en torno a la Federación Médica del Interior. ¿Será una modificación de aquel proyecto fosalbiano? ¿O tal vez una solución diferente y novedosa para superar rigideces en el sistema y falta de flexibilidad para adaptarse a condiciones diferentes del entorno social, o tal vez al abandono -en los hechos, aunque no en el discurso- del proyecto por los herederos de Fosalba?

Es particularmente interesante que, un conductor de los quilates de Fosalba no se haya detenido en los límites de su profesión, para beneficiarla a ella, en exclusiva, con las bondades de la sindicalización, tal como él la concebía. Bregó intensamente por la constitución de los Sindicatos de Profesionales Universitarios, de los que hemos podido ver la constitución de uno de ellos, el de Odontólogos. No sobrevivieron hasta nuestros días, o se transformaron en otras entidades que sí conviven, pero bajo otras formas asociativas. ¿Por qué no prendió esa idea más allá de la década del 40?

El énfasis puesto en desarrollar las publicaciones médicas y muy especialmente las científicas de producción nacional, promoviendo la aparición de libros de destacados autores que eran además esforzados sindicalistas, cimentó un sólido prestigio al Sindicato Médico no sólo en el país, sino también en la región y el mundo. El intercambio que realizó la Editorial Científica con los principales medios académicos le valieron elogiosos comentarios en la prensa médica de esos países, principalmente en España y América. La División Científica, reuniendo la Editorial, las reuniones científicas sindicales, y la Biblioteca de Tesis y Revistas, fue uno de los grandes legados que dejó el proyecto sindical de Fosalba y un verdadero avance hacia lo que hoy se denomina la Educación Médica Contínua, de la que sin duda fue él precursor.

La rectitud de sus procederes, la honestidad sin tacha, el ejemplar desprendimiento durante toda su vida, hasta culminar en el punto de que se gestionara una pensión graciable para su familia, eximen de todo comentario.

Resulta particularmente admirable la multiplicación de su tiempo y de sus energías, para realizar, junto con tan magnas obras de bien social, una loable producción científica y una carrera docente que requirieron muchas horas, meses y años de estudio y de trabajo. No sólo podía participar en reuniones, estudiar y meditar propuestas, redactar artículos, dictar conferencias sobre los más variados temas, dirigir una revista médico-gremial, sino que también podía realizar excelentes comentarios bibliográficos sobre libros de reciente aparición que iban llegando a la nueva Biblioteca de Revistas y Tesis, de lo que hay abundantes ejemplos en las páginas de ACCION SINDICAL.

Utilizó con su particular talento todos los medios de comunicación a su alcance para la época. La prensa sindical, la prensa diaria, la radiotelefonía, y no escatimó esfuerzos para difundir su mensaje a todos los públicos, pero fundamentalmente a sus colegas y a los universitarios. En eso también marcó un camino.

Es de la mayor importancia destacar que si bien Fosalba tuvo una clara definición ideológica, edificó toda la organización sindical moderna y principalmente el Centro de Asistencia, su obra principal, sin sectarismos, con tolerancia, logrando la cooperación de todos, amalgamando a los más brillantes valores de su generación e incorporando a esta legión a otros viejos sindicalistas que apoyaron con calor sus ideas y proyectos.

Era un auténtico predicador del pluralismo, como se denominaría en nuestros días.

Volvamos por un momento todavía a ROJAS (88), cuando nos dice:

"Fosalba era delgado, bajo, nervioso, de arrebatos luminosos. Así nos explicamos, que aún estudiante, propusiera la idea de la cooperativa de salud a los médicos: y citando a Juan Edmundo MILLER transcribe: "...y se hizo el gusto produciendo el milagro con su poderoso magnetismo de atracción, porque logró unir al libre pensador Elías Regules, con el católico militante Julio César García Otero; al valdense metodista Víctor Armand Ugón, al ortodoxo Pablo F. Carlevaro, al batllista Julio César Estrella, y a muchos otros, para no decir, a todos los médicos de tendencias distintas, de corrientes diversas que, sin abdicar de sus convicciones abrazaron la idea de la cooperativa"." Y prosigue ROJAS: "Su trabajo era múltiple: médico de consultorio, estudiaba y se preparaba para la docencia, director de revistas gremiales y científicas, redactor de artículos polémicos, integrante de comités solidarios de defensa de la guerra civil española, de la Segunda Guerra Mundial. Orador en mitines al que frecuentemente era invitado: "Siempre he vivido en serio" decía con frecuencia. Sus amigos le propusieron: destinar los sábados al descanso mental, porque su mente no se daba descanso. Pasaba de su profesión en consultorio y visitas a domicilio, a la revista gremial, a la editorial científica, a iniciativas permanentes para el diálogo trisemanal -y a veces diario- en la Junta Directiva, y la planificación de largo alcance como lo era su obsesión del Palacio Sindical."

Usando la figura empleada por Suárez Meléndez, ¿en qué situación estaría hoy el "Caballo de Troya", y cuantos soldados verdaderos habría dentro de él? ¿O tal vez el número de soldados haya sido ampliamente superado por el de los que no lo son? El Centro de Asistencia de hoy, ¿podría decirse que sigue encaminado en la misma dirección en que lo dejó Fosalba?

¿Hasta qué punto el Centro de Asistencia cumplió la meta trazada por su creador, de transformar eficazmente al Mutualismo?

Fosalba tuvo la dicha de presenciar y vivir la creación de la Ley de Mutualismo del año 1943, que reconocía la síntesis que magistralmente elaborara él mismo para la Primera Convención Médica Nacional, en 1939, titulada LA CUESTION DEL MUTUALISMO. Ese Decreto-Ley, que reconocía la existencia del Centro de Asistencia en un apartado específico y exclusivo, ha sido reemplazado por otro Decreto-Ley, N° 15.181, surgido durante la Dictadura militar (1973-85), y no modificado luego, que no reconoce taxativamente al Centro de Asistencia, sin que se haya hecho ninguna acción de firmeza sindical tendiente a obtener el reconocimiento necesario.

En los años siguientes a la muerte de Fosalba, su obra principal, se fue ensanchando, brindando cobertura social de salud en forma tan amplia como él la había pensado, a contingentes cada vez más vastos, de grupos de trabajadores, a través de los seguros de enfermedad parciales y las afiliaciones colectivas.

Sin embargo, el sentido de que el Mutualismo verdadero excluyera a los pudientes, y mantuviera aquella novedosa "Cuota de Asistencia" ideada en 1936 para solventar los mayores consumos, ha quedado por el camino. Los pudientes están hoy en todas las instituciones. Las cuotas de asistencia desaparecieron mucho antes de que hicieran irrupción los "tickets moderadores".

Posiblemente no tuvo Fosalba entre sus consideraciones, la transición demográfica y epidemiológica que vivió nuestro país en los últimos treinta años, y no pudo prever las consecuencias que ambas le imprimirían a los servicios de salud.

Tampoco pudo prever el desarrollo científico y tecnológico que sobrevendría en las décadas siguientes a las que él analizaba. El murió cuando nacían los antibióticos al uso general. No pudo imaginar que el desarrollo a largo plazo de su proyecto habría de incluir la terapia intensiva, los modernos equipos de diagnóstico por imágenes que podrían permitir los más acertados enfoques de aquellas estructuras que Fosalba tanto estudió en el Instituto de Neurología. Pensemos en el desarrollo que tenía el laboratorio clínico en su época, y el que posee hoy día, con los equipamientos automatizados, los diagnósticos por medio de radioisótopos, o cualquiera de las tecnologías hoy en uso, y en contínua renovación.

¿En qué medida el emprendimiento, la empresa que acometió Fosalba y el Sindicato Médico, de transformar la atención médica colectivizada, como se la denomina hoy, tuvo éxito? Pensemos que cuando en 1955 se terminaba la construcción del Palacio Sindical, las demás instituciones mutuales poseían viejas plantas sanatoriales, algunas con vestigios de sus edificios más primitivos. Pensemos en los viejos edificios, ya desaparecidos de la Asociación Española, la "Quinta de Salud" de Casa de Galicia, o el edificio ya demolido en pleno centro de la Asociación "Fraternidad". A partir de ese ejemplo magnífico, de poseer un excelente sanatorio para la época, y de diversificarlo por el crecimiento en progresión geométrica de su masa de usuarios, (que pasó de 60.000 en 1955 a 180.000 en 1965 y continuó creciendo hasta los 280.000 actuales), y de sus necesidades de servicios, en tres sanatorios más, aún insuficientes, se produjo una verdadera revalorización por todas las otras entidades de sus plantas físicas. A su influjo se asistió a un verdadero reverdecer de nuevas estructuras, más modernas y funcionales, de proyectos arquitectónicos hermosos. Incorporando mayores tecnologías, y estableciendo nuevos niveles y planos de competencia, que hasta entonces no se habían verificado.

Pero más importante que el cambio en la calidad de los recursos materiales, fue la modificación en la composición de sus recursos humanos. Antes de la fundación del Centro de Asistencia los cuerpos médicos mutuales no eran demasiado acreditados, por el nivel académico de sus componentes. La novedad que introdujo el Centro de Asistencia fue que, junto con la selección por concurso riguroso de pruebas para los cargos de inicio, luego esas personas, que en su mayoría seguían el Profesorado, daban una demostración magnífica de alto nivel de calidad y competencia profesional, que en el medio no se hallaba. Pero fue a partir de la gran expansión que experimentó su masa social, desde 1958 en adelante, como consecuencia de las sucesivas leyes de seguros de enfermedad parciales para distintos núcleos de trabajadores organizados, que las demás entidades mutuales comenzaron políticas de imitación a esta novedad introducida -desde su propio origen- por el Centro de Asistencia. Así fueron incorporando a sus planteles a Profesores de la Facultad de Medicina, que prestigiaron con su trabajo, el cambio de la calidad de sus prestaciones asistenciales. Este punto, tan importante en la remodelación del sistema de salud, tuvo igual fuerza en otros sectores, profesionales y no profesionales. Pensemos, por ejemplo, en la rápida incorporación de la enfermería profesional a los ambientes hospitalarios privados y públicos, sustituyendo a los viejos enfermeros hispánicos que habían acompañado a los médicos, en esos mismos ámbitos, desde el siglo pasado. Y esa sería también una de las principales contribuciones, a largo plazo, de las propuestas de Fosalba. Ejercer un auténtico liderazgo para cambiar radicalmente la calidad y la eficiencia de las prestaciones.

Es destacable, también, porque ha sido un aspecto poco estudiado, que desde el origen Fosalba defendió la inversión publicitaria para desarrollar el Centro de Asistencia. De aquellos $ 10.000 iniciales, tres mil fueron para publicidad. Y gracias a ello, con los medios de la época, se logró un crecimiento explosivo, absolutamente impensado y sólo comparable al logrado en nuestros días por la expansión de la telefonía celular (89):

A un mes de la inauguración del Centro de Asistencia

Si hasta hace un mes todo lo que dijéramos del Centro de Asistencia podía ser interpretado como producto exclusivo de nuestro optimismo, hoy, a 30 días de su inauguración, podemos asegurar sin temor de que tal interpretación pueda ser dada, que el Centro de Asistencia constituye un triunfo rotundo y definitivo para el Sindicato Médico del Uruguay.

El 30 de junio, víspera de su inauguración, 3300 personas al solo anuncio de que el Sindicato Médico organizaba con nuevos rumbos una institución de mutualidad, ingresaron a los registros del Centro de Asistencia. El día 30 de julio registramos 5200 afiliados. Es decir que en un solo mes de funcionamiento ingresaron 1900 socios nuevos. En esa proporción ascendente, que todos los cálculos y probabilidades hacen suponer cada día mayor, no es difícil concebir el extraordinario poderío que habrá de adquirir el Centro de Asistencia en un plazo no mayor de un año.

La realidad, cosa rara, ha superado los cálculos más optimistas; mientras que la Junta Directiva calculaba una cifra de 6000 socios para el 3er. mes de su funcionamiento, los hechos demuestran que ella será superada ampliamente al promediar el segundo mes." Y agregaba:

"La cuota aparentemente elevada, que alarmó a algunos colegas, no ha constituído el más mínimo obstáculo, sino al contrario ha dado al público la seguridad de que en el Centro de Asistencia será bien asistido y que allí no se establecen cuotas seductoras para sugestionar la ingenuidad del futuro socio, sino por el contrario que aquí se tiene el propósito de cumplir lo que se promete sin engaños ni promesas excesivas, que resultan tales cuando los servicios que se ofrecen son demasiados para las cuotas ridículas que otras instituciones, con fines de atracción comercial han señalado a sus afiliados."

Aquel primitivo Servicio de Urgencia, con el que debutó el Centro de Asistencia, llevando a los médicos en un Ford modelo 1929, y que luego pasó a ser parte fundamental de él, ¿cómo aparecería frente a las unidades de emergencia médica móviles de hoy, con toda su parafernalia?

¿Fosalba las habría aceptado como parte del progreso tecnológico y organizativo, las habría incorporado, o se habría embanderado en una batalla sindical quijotesca contra ellas?

Lo fundamental del aporte de Fosalba al proyecto del Sindicato Médico fue la propuesta removedora que significó el Centro de Asistencia, como alternativa a la afligente situación de falta de puestos de trabajo para los médicos jóvenes, y a la vez como medio de dignificar la asistencia de los pacientes, eliminando la intermediación parásita. Pero no puede olvidarse todo lo que significó, a la vez, para la propia renovación del gremio médico, el aporte de todo el conjunto de sus audaces y creativas propuestas.

Debe señalarse, porque es uno de sus puntos más altos, que Carlos María Fosalba desarrolló sus proyectos a largo plazo y los concretó en un período muy breve de tiempo. En solo un año de pasaje por el Comité Ejecutivo y por ACCION SINDICAL, pudo precipitar un amplio abanico de realizaciones que todavía, a cincuenta años de su muerte, perduran. Es sin duda un modelo en cuanto a desarrollo de estrategias institucionales de valor permanente.

No debería terminar el siglo XX, sin que el Sindicato Médico reuniera, en una edición, la totalidad de la obra escrita de Fosalba, para que las generaciones actuales y venideras puedan tener una referencia cabal de su auténtico pensamiento, más allá de interpretaciones. Su publicación permitiría divulgar su auténtico y original pensamiento, eliminar dogmatismos que no le eran propios, y ayudar en la búsqueda de nuevos caminos. Incluso a la reformulación de sus viejos y queridos proyectos. Sin duda sería un auténtico aporte a la mejor tradición de los valores de la Medicina de nuestro tiempo.

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