4. LA FACULTAD DE MEDICINA; ORIGEN Y CONSOLIDACIÓN

Oddone y Paris (16) vinculan los avances científicos de la medicina europea del siglo pasado al desarrollo de una concepción positivista de la medicina como ciencia natural (los trabajos de Bichat en el campo de la anatomía patológica, los de Claude Bernard que dieron lugar al desarrollo de la fisiología experimental, los trabajos de Pasteur en referencia a la microbiología y la labor de Virchov en torno a la patología celular). Esta concepción fue rapidamente adoptada por la escuela de medicina de Buenos Aires y sus contenidos prontamente se difundieron en Montevideo, de manera tal que al momento de fundarse la Facultad de Medicina los médicos que se hicieron cargo de ésta, compartían esas ideas.

Hubo otro elemento que incidió en la orientación cientificista de la medicina en nuestro país. Quienes tuvieron a su cargo las primeras cátedras de la Facultad - Julio Jurkowski en anatomía y Francisco Suñer y Capdevilla en fisiología-, eran médicos europeos que habían llegado al Uruguay como exiliados políticos. Sus ideas, por las que habían tenido que abandonar Europa, se identificaban, en el área de las ciencias, con el cientificismo positivista.

 

En 1875-6 se produce el proceso fundacional de la Facultad de Medicina. El comienzo de las actividades de la Facultad fue difícil. No sólo el Poder Ejecutivo retaceaba los recursos económicos a la Facultad por considerarla de escasa relevancia, sino que las condiciones en las que se enseñaba eran muy poco apropiadas. Con los hospitales en manos de la Comisión de Caridad y Beneficencia -integrada principalmente por católicos pertenecientes a las familias de mayor poder económico-, y administrados por religiosas, el ingreso de médicos y de estudiantes con fines docentes era una tarea sumamente dificultosa. La iglesia se oponía a la enseñanaza de la medicina en los hospitales al tiempo que ponía trabas en el suministro de cadáveres para el estudio de la anatomía (que por aquella época era una materia a la que se le otorgaba una gran importancia). En realidad este conflicto fue el epifenómeno de una confrontación ideológica más global entre el positivismo cientificista y las ideas del catolicismo, a lo que se sumaba el sector social que representaban cada una de las partes. En tanto los integrantes de la Comisión de Beneficencia eran católicos pertenecientes a familias de gran poder económico, las principales figuras de la facultad y aún la mayoría de los médicos formaban parte de la incipiente clase media.

Este mismo hecho, marca cómo en sus inicios la Facultad de Medicina no tenía mayor relevancia en la consideración social de la clase dominante y dirigente. Según lo señala Barrán, el estudiantado de medicina hacia 1898, desde el punto de vista socioeconómico, (17) era mayoritariamente perteneciente a los sectores medios de la sociedad, con una fuerte presencia de hijos de inmigrantes (sobre todo italianos). Cerca del año 1920 el porcentaje de estudiantes que pertenecían a las familias dirigentes era ya importante.

A fines del siglo pasado el acceso de docentes y estudiantes a los hospitales comenzó a facilitarse por el ingreso paulatino de médicos a la Comisión de Caridad y Beneficencia. La creación de la Asistencia Pública Nacional, fue en este sentido el punto final a la vieja discusión. Un aspecto resaltable de este conflicto es que a consecuencia del mismo, en 1896 bajo el decanato del Dr. Regules, se plantea por primera vez la necesidad de contar con un hospital con funciones primordialmente docentes. En aquella ocasión el Decano hizo la propuesta de dividir el Hospital Maciel en dos sectores, uno dedicado exclusivamente a la asistencia -en manos de la Comisión de Caridad y Beneficencia- y otro con funciones docente-asistenciales, administrado por la Facultad.

A partir de 1885 comienza un período de cambios de importancia en el ámbito de la Facultad de Medicina. El decanato del Dr. Carafí constituyó un elemento regulador y de oredenamiento de sus actividades. Asimismo, comezó durante su mandato, -y prosiguió luego durante el decanato de Regules-, lo que se llamó "nacionalización de la medicina". Los profesores extranjeros que hasta el momento, estaban a cargo de las pocas cátedras creadas, fueron paulatinamente sustituídos por médicos uruguayos. La mayoría de ellos habían completado sus estudios en Europa -particularmente en Francia-por lo que estaban profundamente influenciados por el cientificismo que en aquel continente imbuía a la medicina. En este sentido, el cambio aseguró la continuidad rspecto a la orientación que había tomado la Facultad desde sus orígenes.

Durante los decanatos de Scocería primero, y Navarro después, se crearon varios institutos dependientes de la Facultad y se instalaron laboratorios, que contribuyeron de manera sustantiva a la orientación científica de la formación médica. La creación, en 1895, del primero de estos institutos, -el Instituto de Higiene Experimental-, constituyó un evento de trascendencia al punto que a su inauguración asistió inclusive el Presidente de la República.

Con matices derivados de las personalidades de cada uno de los que ocuparon el decanato durante el período que se extiende desde 1885 a 1905, el proceso de crecimiento de la Facultad fue sostenido y de importancia. En opinión del Rector Eduardo Acevedo,(18) la Facultad de Medicina fue el servicio universitario de mayor desarrollo en todos esos años.

A esto contribuyeron diversos factores. Entre ellos cabe destacar la comunión de ideas que existía entre las autoridades de la Facultad y las del gobierno nacional, principalmente a partir de la primer presidencia de Batlle. Este tenía entre sus prioridades, el fortalecimiento de la enseñanza (incluída la universitaria) y entendía, al igual que la mayoría de los médicos, que la asistencia debía brindarse con independencia de criterios religiosos. Los proyectos de expansión de los servicios de la Facultd de Medicina se concretaron en gran medida por la asignación de recursos suficientes. Un símbolo muy claro de la importancia que se le dió a la Universidad en esos años, y en particular a la Facultad de Medicina, fue la construcción de edificios universitarios de relevancia desde el punto de vista arquitectónico. La actual sede de la calle General Flores comenzó a construirse en 1904 y terminó definitivamente de habilitarse en 1912.

El plan de estudios de la Facultad, tuvo una reforma significativa en 1905 a instancias de su decano el Dr. Navarro. Este plan, que en realidad era el plan de estudios francés con alguna variante, introducía una fuerte formación práctica a nivel del hospital y una menor incidencia de las clases teóricas. No obstante, en 1919, en ocasión de las Asambleas de Profesores y Estudiantes organizadas a instancias del decano Ricaldoni, los estudiantes señalaron que la formación "enciclopedista" del médico era uno de los aspectos que debía reformarse, en obvia referencia al exceso de contenidos teóricos.

Desde los inicios de la Facultad, y hasta mediados de la década del veinte, la influencia de la escuela de medicina de Francia fue clara y determinante en la formación de los médicos uruguayos. Esto implicó un tipo de atención médica que privilegió la observación y la descripción meticulosa y sistematizada de las enfermedades. La otra escuela importante en Europa en esos años, -la alemana-, que hacía más énfasis en el estudio de las ciencias básicas, tuvo menor influencia en el Uruguay. Sin embargo, constituyó desde 1910, la base de la escuela norteamericana de medicina.(19) La importancia creciente de los Estados Unidos en el contexto internacional en todos los campos, y sus logros en el ámbito de la medicina, llevaron a que prontamente se constituyera en la escuela paradigmática de la formación médica. El Uruguay sin renunciar totalmente a los elementos principales de la escuela de París, comenzó a seguir los lineamientos de aquella. Esto supuso una mayor importancia del estudio de las ciencias básicas en la formación médica, lo cual en definitiva generó un fortalecimiento de la tendencia organicista de la Facultad.

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