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Dr. José Rossemblatt*

El primer médico judío graduado en la Universidad Mayor de la República

El hombre ha sido creado como una unidad, a fin de enseñar que, quien destruye una vida, la Torah, lo considera como que ha destruido el mundo entero; e inversamente, aquel que salva una vida, es como si hubiera salvado a toda la especie humana. (Mishnah)

Dr. Samuel Liondas

A lo largo de su extensa historia, el pueblo judío -entre otros aportes a la humanidad- se ha destacado por la presencia de médicos famosos salidos de su seno.

1925.
Dr. José Rossemblatt en la
casa paterna,
en compañía
de su huésped,
Prof. Alberto Einstein

En estos dos últimos milenios, en que debió vivir exiliado de la tierra de sus ancestros, este pueblo se dispersó por todo el mundo conocido. En esa diáspora, por lo general, fue discriminado y perseguido tanto en el mundo cristiano como en el musulmán, no obstante lo cual, los médicos judíos fueron respetados y solicitados por los gobernantes de esas confesiones, para ser asistidos por ellos.

Un estudio reciente muestra que a pesar de que los judíos constituyen hoy en día el 0,3% de la población mundial, el 30% de los Premios Nobel de Medicina son de origen judío. Nuestro país no es una excepción; así -como veremos- el primer médico de la colectividad fue Medalla de Oro de su promoción y culminó su carrera docente como Grado IV (Profesor Agregado) de la Facultad. Las generaciones siguientes también tuvieron una actuación destacada, como lo demuestra la existencia de una docena de docentes judíos que llegaron a la dignidad de profesores titulares (Grado V) y de jefes de Servicio.

La presencia judía en el Río de la Plata se remonta a los primeros conquistadores provenientes de la Península Ibérica, luego del descubrimiento de las «Indias» por parte de Colón, cuyo origen judío es motivo de discusión histórica. Seguramente entre los tripulantes españoles y portugueses que se establecieron en estas tierras, no pocos debían ser cristianos nuevos, es decir, judíos que se vieron obligados a convertirse al cristianismo y de los cuales un número difícil de determinar mantuvieron su fe en secreto, ya que al ser descubiertos eran condenados como «judaizantes» y llevados a la hoguera, como surge de los autos de fe documentados de la Inquisición establecida en el nuevo continente.

La colectividad judía actual desciende de las corrientes inmigratorias de fines del siglo pasado y principios de este, provenientes de Europa oriental (askenazíes), y de la cuenca oriental del Mediterráneo (sefardíes).

En las últimas décadas del siglo XIX se suceden en Europa oriental una serie de movimientos políticos y sociales que enfrentan a los regímenes absolutistas de la región. Estos, como sucede siempre en épocas de crisis buscan un chivo emisario que les permita mantener sus privilegios, descargando la furia de los desposeídos hacia los judíos que durante generaciones vivían segregados y discriminados del resto de la población.

En esa época se sucede una serie de pogroms alentados por las autoridades y facilitados por la «enseñanza del desprecio» que durante esos 2000 años, las jerarquías cristianas dominantes promovieron con relación al pueblo judío.

En 1890, al amparo de un decreto del gobierno argentino autorizando la inmigración de judíos rusos, se establece la primera colonia agrícola en la provincia de Entre Ríos. Algunos de nuestros primeros médicos descienden de estos «gauchos judíos» entrerrianos.

Esta corriente inmigratoria continuó durante las primeras décadas de este siglo, y dadas las condiciones en que vivían en sus países de origen llegaban a estas tierras con lo puesto.

«M'hijo el dotor»

Aquí se encontraron con un país que ofrecía una educación laica y gratuita en todos sus niveles, desde el escolar hasta el universitario, situación completamente diferente a las de las regiones de donde provenían. Esto permitió asegurar a los hijos de los inmigrantes el libre acceso a la educación superior y su ingreso a las clases profesionales.

Dentro de las profesiones universitarias, la Medicina era una de las que proporcionaba mayor prestigio social y también progreso pecuniario, por lo menos en aquella época, de ahí que el sueño de nuestros padres era el tener un hijo doctor -y por lo tanto- con chapa en la puerta.

Este anhelo se veía no sólo en nuestras «idishe mames», sino también en otros contingentes inmigratorios, españoles e italianos sobre todo, con los que compartían las bodegas de los barcos que los traían a estas costas. La famosa obra de Florencio Sánchez, M'hijo el dotor, es un ejemplo; lo mismo que el tango inmortalizado por Gardel Giusseppe el zapatero.

El Dr. José Rossemblatt fue el primer médico judío. Se recibió en 1922 en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.

Su padre, Nahum Rossemblatt, nació en Odessa (Rusia) y llegó con sus padres a la República Argentina integrando la colonia agrícola de Moisesville, en la provincia de Entre Ríos.

En 1904 se traslada a Montevideo, donde se instala con una casa de confecciones de ropa para hombres. Luego puso una mueblería y abrió una agencia de cambio y venta de pasajes marítimos. A través de esa agencia pudo ayudar a muchos correligionarios a traer a sus esposas e hijos que habían quedado en Europa.

Aparte de sus negocios, Nahum tuvo una activa participación en la vida comunitaria y una acción filantrópica en el ámbito de los inmigrantes más carenciados, al igual que su esposa, Esther Filevich, que integró diversas comisiones de beneficencia. Ésta tuvo un fin trágico como consecuencia de un accidente: en el año 1928, viajando por la rambla en un auto conducido por su hijo Octavio, éste chocó con tanta violencia que su madre salió despedida del vehículo, falleciendo poco después de ser llevada a un sanatorio.

Sus tres hijos varones fueron los primeros estudiantes judíos de la Universidad: José y Octavio se graduaron de médicos, y Gregorio de odontólogo.

El mayor, José, nació en 1896 en Argentina. Sus padres posteriormente se radicaron en nuestro país, aparentemente para evitarles a sus hijos el servicio militar obligatorio vigente en la vecina orilla.

El joven José

Aquí, José, además de destacarse en sus estudios regulares, mostró vocación por la música, estudiando violín en el Instituto Carnot.

En 1914, a los 18 años de edad, ingresa a la Facultad de Medicina. Como practicante, debemos destacar su actuación como voluntario en una misión sanitaria para combatir una epidemia de gripe en la ciudad de Salto. Posteriormente hizo un semestre en el pabellón de leprosos, en el hospital Fermín Ferreira, con el Prof. Stirling. Como hecho anecdótico, acostumbraba comer con el profesor junto a los enfermos.

En 1919, pasó un grave trance, sobre todo para esa época, ya que hizo una peritonitis apendicular, complicada con una pleuresía purulenta, y milagrosamente salvó su vida luego de una serie de intervenciones quirúrgicas practicadas por el Prof. Piquerez en el Hospital Italiano.

El 30 de setiembre de 1922, se recibió a la edad de 26 años. En aquel entonces se acostumbraba realizar la colación de grados conjunta de todos los titulados de la Universidad. Es así que se realizó la ceremonia el 19 de enero de 1923, en un acto presidido por el ministro de Instrucción Pública, Dr. Pablo Blanco Acevedo, con la presencia del rector de la Universidad, Dr. Elías Regules, y de los decanos de las distintas facultades, entre ellos, el de Medicina, Dr. Manuel Quintela.

El Consejo Directivo de la Facultad, en base a su escolaridad, resolvió exonerarle de los derechos del título y distinguirlo con la Medalla de Oro de su generación.

Fue jefe de clínica de la Clínica Médica del Prof. Ricaldoni, donde tuvo como practicante interno a Rodolfo Talice, quien lo recuerda como un excelente docente, y a quien el profesor apreciaba por su bondad en el trato de los pacientes.

Posteriormente, obtuvo el cargo de Médico Forense por concurso de méritos y oposición. Este concurso tuvo un trámite irregular, ya que de los dos candidatos presentados, el Tribunal, en una primera instancia, declaró como ganador al contrincante de Rossemblatt. Pero resultó tan evidente la superioridad de José en las sucesivas pruebas, que finalmente se hizo justicia y se le otorgó el cargo concursado. Esto dio lugar a un homenaje ofrecido por sus compañeros, en el cual el Dr. Mario Simeto, redactor del Boletín Oficial del Sindicato Médico del Uruguay (que posteriormente pasó a llamarse Acción Sindical), describió las «mil facetas de su personalidad de estudioso, virtuoso y laborioso».

José Rossemblatt culminó su carrera docente en la Facultad, como Profesor Agregado de Medicina Legal.

En 1925, Alberto Einstein, en el curso de una gira por América Latina, llegó a nuestro país, invitado por la Facultad de Ingeniería para dictar conferencias. Este sabio llegó al puerto de Montevideo procedente de Buenos Aires. Aquí lo esperaba un comité de recepción integrado por autoridades universitarias, representantes del gobierno y de la colectividad judía.

El Ing. Luis P. Ponce, le dio la bienvenida, en nombre de la Municipalidad, ofreciéndole alojamiento en el Parque Hotel, pero Einstein, agradeciéndole la atención, tuvo que declinarla ya que previamente lo habían invitado a residir en la casa de la familia Rossemblatt, en la Avenida 18 de Julio. Allí, nuestro joven médico le sirvió de cicerone durante su estadía en nuestro país, y también tuvo ocasión de practicar el violín junto a su ilustre huésped, ya que este sabio, tal como lo declaró en una conferencia de prensa «como todo matemático, era un entusiasta por la música».

El primer médico de nuestra colectividad falleció en 1953, a la edad de 57 años, por una afección cardíaca, tres meses después de la muerte de su esposa.

Referencias

  • Levy, N. Judaism and Medicine, seminario realizado en Bnei Zion, Israel, 1999.

  • Gergely, T. Juifs et Medecins in Vesalius, IV Nº sp. Nov. 1998.

  • Isaac, J. L'enseignement du mépris Fasquelle Edit., Paris, 1962.

  • Nemirovsky, I. Albores del judaísmo en el Uruguay Edic. del autor, Montevideo, 1987.

  • Datos biográficos del Dr. Rossemblatt: proporcionados por: su hija, señora Esther Rossemblatt de Andreu, radicada en Israel; una prima que en su juventud vivía en casa de los Rossemblatt; una entrevista con el Prof. Dr. Rodolfo Talice.

  • Visita del Prof. Alberto Einstein: crónicas periodísticas de la época (diarios El Día y El País).

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