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Actitudes ante la pandemia del SIDA 

 El esfuerzo del SMU no se limita a los temas salariales

El viernes 16 de agosto se realizó en el Salón de Actos del SMU un encuentro organizado por la Comisión que estudia el Impacto Psicosocial del SIDA en los Trabajadores de la Salud, la Sociedad Uruguaya de SIDA y el SMU. El evento comenzó con un panel donde se dio a conocer el resultado de una encuesta sobre "Actitudes y prácticas de médicos y practicantes de medicina con respecto al VIH-SIDA, y culminó con una conferencia de la Dra. Antonia Novello, exministra de Salud de los Estados Unidos, que se refirió a la problemática "Mujer y SIDA", de cuyo contenido daremos cuenta en el próximo número de Noticias.

por Edward Stanley

Abrió el acto el presidente del SMU, Dr. Jorge Lorenzo, quien destacó el esfuerzo de la institución en torno a todos los temas que interesan al médico: "La realización de estos encuentros clarifica la responsabilidad y la seriedad del gremio por abarcar todos los aspectos de la actividad médica. Nuestro esfuerzo no se limita a las reivindicaciones laborales o salariales, sino que incluye los aspectos sociales, como en este caso concreto la pandemia del SIDA". A continuación la Dra. Beatriz Fonsalías, miembro responsable de la Comisión, reseñó las actividades de la misma. Recordó sus inicios en 1992 y 1993, con los doctores Somma y Bayardo -cuando este último prefería que la comisión se denominara Grupo de Trabajo -, que marcaron el camino para los numerosos encuentros multidisciplinarios organizados por la actual Comisión, integrada por los doctores Nelly Piazza, Mario De Pena, Julia Galzerano, Ana Visconti, Margarita Blengini, y el Padre Antonio Bonzani.

 

Una pandemia que excede el ámbito biomédico

La Organización Mundial de la Salud publicó un estudio estadístico en el que se estima que para el año 2000 habrá 40 millones de portadores de SIDA en todo el mundo, la mayoría perteneciente a sectores carenciados de países subdesarrollados. Justamente en dichos estratos no hay posibilidades de implementar programas de prevención y de asistencia. Estamos ante un problema acuciante, cuyas dimensiones y repercusiones exceden el ámbito biomédico, y abarcan los planos cultural, social, económico, político, ético, legal, etcétera. No es casual, entonces, que las actividades de esta comisión hayan congregado a lo largo del tiempo a representantes de los más variados ámbitos del espectro profesional, social y religioso.

 

Una información que los médicos se debían

El Dr. Mario de Pena señaló que el objetivo de la encuesta llevada a cabo entre socios del SMU, sobre cómo les afectaba la pandemia del SIDA, era el de tomar conocimiento de una realidad sobre la que no se tiene información actualizada ni siquiera en otros países. La Dra. Julia Galzerano fue la encargada de analizar los resultados de la encuesta. De un total de aproximadamente 900 formularios repartidos, se recibió respuesta de algo mas de 200 personas. Un 49% eran mujeres, 45% eran hombres, y 6% no declararon su sexo. Casi tres cuartas partes de quienes contestaron eran menores de 50 años. Entre los porcentajes mayores por especialidad, 32% eran médicos generales, 14% practicantes, 9% pediatras, 7% psiquiatras, 4% ginecólogos, y otro 4% cirujanos. El 65.5% del total de encuestados ha atendido pacientes con SIDA. Una tercera parte afirmó que tuvo que pedir un examen de detección de VIH en caso de seto quirúrgico, de pertenencia del paciente al grupo de conductas de riesgo (actividad sexual promiscua, drogadicción intravenosa, o alcoholismo manifiesto), y en casos de ETS.

 

La responsabilidad de informar

Entre los muchos aspectos que se consultaron por medio de la encuesta, la confidencialidad es uno de los más importantes, y así se pudo deducir de las respuestas. Casi la totalidad, 93%, respondió afirmativamente a la pregunta de si corresponde al médico tratante informar al paciente del resultado de un examen de VIH, cualquiera que sea. Interrogados acerca de quién debía conocer la condición de portador del paciente, los encuestados dijeron que con la anuencia del paciente se debía informar al ámbito familiar (41,8%), a la pareja sexual (80%), y al personal de salud (70%). Aun cuando ésta es una enfermedad de denuncia obligatoria al MSP con todos los recaudos de identidad para el afectado, los encuestados afirmaron que en caso de que el mismo no quisiera dar a conocer su situación, igualmente la pareja sexual (90%) y el personal de salud (65%) debían ser informados. En cuanto a la seguridad de los resultados, 35% de los médicos que pidieron un examen de VIH solicitaron reiteración en caso de resultado negativo. En los casos en que el examen es solicitado por el paciente, se pidió reiteración en 44% de los casos en que da negativo.

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