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Jornada de Evaluación de Tecnologías

Portillo: "En Uruguay no siempre se gasta poco en salud,
pero casi siempre se gasta mal"

 El Dr. José Portillo presidió la Jornada de Evaluación de Tecnologías de la Salud realizada el 26 de julio en el Sindicato Médico del Uruguay. Se presentó un informe técnico del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Uruguay (CIESU), a cargo de los sociólogos Gisela Argenti y José Fernández y la Dra. Delia Sánchez. La actividad científica fue preparatoria del II Congreso Nacional y I del Cono Sur de Economía y Salud, que se realizarán en noviembre en Montevideo. Contó con el auspicio de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES-U)

 periodista

Para el Dr. José Portillo, miembro de la Comisión de Economía y Salud del SMU, "son cada vez más claras las paradojas que enfrenta el sistema de salud uruguayo. Aquí se gasta 9% del PBI en salud, mucho más que en Cuba o Costa Rica, pero se gasta mal". Desde su punto de vista, "esas paradojas son causadas por falta de racionalidad técnica y económica y carencias de coordinación en la aplicación de tecnologías".


¿Qué objetivos se planteó la Comisión de Economía y Salud al organizar la Jornada de Evaluación de Tecnologías?

El objetivo básico era continuar un proceso de reflexión ya iniciado, sobre problemas que plantean las nuevas tecnologías. Ingresamos en un proceso bastante organizado de discusión sobre cómo encarar una nueva organización de la salud. No debemos olvidar que detrás de este esfuerzo está latente una hipotética reforma que permita una transformación radical de los servicios de salud.

 

Se habla mucho de las nuevas tecnologías pero, ¿cuáles son los desafíos concretos que están planteados ante posible reforma de los servicios de salud?

Se plantean desafíos de muy diversa índole. Podemos remitirnos a un informe de la Comisión de Nuevas Tecnología al Ejecutivo del SMU, donde se señala que existen siete grandes problemas por resolver: investigación de nuevas tecnologías, evaluación de seguridad y eficacia, análisis comparativo, selección e inversión, financiación, acreditación de los técnicos y control de calidad.

Se hace imprescindible, entonces, desarrollar políticas nacionales que jerarquicen las necesidades y distribuyan recursos que siempre serán escasos. En ese sentido, el SMU debe mantener una permanente conducta de esclarecimiento, discusiócomo prioridad la economía como sinónimo de achicar gastos. Hoy por hoy, los médicos son sólo una parte de los sistemas de salud, otra muy importante la conforman economistas, sociólogos y abogados, entre otros.

Una de las principales razones para la existencia de la economía de la salud es que el aumento de tecnología provocó un fuerte incremento de costos. En los últimos treinta años, la química farmacéutica, los aparatos, la informática y las comunicaciones han disparado los volúmenes de inversión a cifras inimaginables.

En naciones desarrolladas y los grandes países de la región ya se están formando economistas dirigidos exclusivamente a la salud. Se trata de expertos que son mucho más que administrativos, porque además analizan temas macroeconómicos. En ese sentido, la economía es una multidisciplina imprescindible en los servicios de salud, ya sea para áreas médicas, clínicas, científicas o administrativas.

Para citar un caso, en la Universidad de York tenemos al servicio de los planes de salud a uno de los economistas más destacados de su generación: Alan Maynard. Pero, vale aclarar, en los países ricos también se gasta mucho y mal.

 

¿Usted quiere decir que aun en países que se presentan como paradigmas en el área de la salud, también hay desequilibrios que provocan ineficiencia?

En unos cuantos países se gasta mucho en salud, pero sin alcanzar resultados acordes con esas erogaciones. O sea que, salvo casos muy honorables (Holanda, Canadá, Cuba, Costa Rica, para citar algunos) en la mayor parte del mundo existen grandes zonas de ineficiencia.

 

¿Que pretende el SMU con la Comisión de Economía y Salud?

Fue creada hace tres años respondiendo a una excelente iniciativa técnica y administrativa. En casi todos los países existen asociaciones de economía, pero en Uruguay recién está en trámite. Diría que ésta es una de las grandes metas. En este momento, el Sindicato mantiene el liderazgo en la materia porque se trabaja bastante bien y con ideas claras. La idea es mantener un vínculo fluido con la Red Latinoamericana de Economía para los Servicios de Salud (REDEFSS) y seguir organizando actividades con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Mundial (BM).

Se está trabajando en la organización del II Encuentro Nacional y I del Cono Sur de Economía y Salud que se desarrollarán en noviembre. El primero tuvo lugar el mismo mes del año pasado.

Pero ya se hicieron dos actividades en 1996, además de la Jornada de Nuevas Tecnologías. Estuvo con nosotros el Dr. Carlos Del Prete, master en salud pública, secretario de Salud Pública de La Plata, quien habló de técnicas para alcanzar buenos promedios entre costos y beneficios. Del Prete es un muy buen especialista en análisis de costo-eficiencia y costo-eficacia.

En julio hubo un encuentro muy interesante que permitió el análisis de sistemas de salud eficientes, como los de Canadá, Australia y algunos países de Europa. A partir del conocimiento de distintas realidades llegamos a la conclusión de que los ajustes económicos deben seguir criterios técnicos racionales y no criterios puramente mercantiles.

 

Mucho se comenta sobre los desequilibrios del sistema uruguayo de salud y la falta de recursos. ¿Desde su punto de vista cuál es el debe del Estado?

Vamos a aclarar algunos puntos: Uruguay es, dentro de América Latina, uno de los países que más gasta en salud, 9% del PBI. Por aquí anduvo un consultor brasileño que fue muy claro en su diagnóstico: gastamos mucho y mal. Por ejemplo, se citó el caso de países como Cuba, Costa Rica o Chile, que gastan mucho, muchísimo menos, pero logran mejores resultados.

Siempre recuerdo una frase de quien fuera subsecretario del Ministerio de Salud Pública, el Dr. Abisab, que dijo que si alguna institución privada compraba un tomógrafo y perdía plata, ése no era un problema de política de salud y por tanto no le incumbía. Grave error, porque la falta de una política de racionalización tiene que ver también con los desequilibrios surgidos en el ámbito privado.

Personalmente, estoy en desacuerdo con aquello de que todo debe ser regido por el mercado. Por eso, estoy en desacuerdo con lo que hace esta administración y lo que hicieron las anteriores.

 

Cuando señala la necesidad de una racionalización económica de la salud ¿se refiere elípticamente a una quita de recursos?

No, para nada, al contrario. En las áreas donde se necesita más inversión hay que invertir y, por lógica, donde se necesite menos habrá que invertir menos. Lo mismo ocurre con los recursos humanos.

Me remito a la opinión del Dr. Renaldo Batista, presidente de la Sociedad Internacional de Asesoramiento en Tecnologías de Salud Pública. Batista nos decía el año pasado que: "... el campo de la evaluación consiste en investigaciones sobre intervenciones en el área sanitaria, intervenciones definidas en un modo muy amplio para incluir técnicas específicas, práctica, clínicas, programas y políticas". Para este reconocido experto, quien también es presidente del Consejo de Evaluación de Tecnologías de la Salud de Quebec: "... el mensaje es tener una visión sistemática de lo que hacemos. Son todas actividades muy importantes en un proceso de racionalización del sistema sanitario".

El proceso de evaluación consiste en tres acciones concretas: definir prioridades, elaborar documentos de síntesis y difundir la información correcta.

 

¿Cómo contribuye el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Uruguay (CIESU) con el trabajo de la Comisión de Economía y Salud?

Justamente, la Jornada de Evaluación de Tecnologías de la Salud tuvo como contenido un estudio de CIESU sobre el tema. La presentación estuvo a cargo de los sociólogos Gisela Argenti y José Fernández y la doctora Delia Sánchez.

Ellos elaboraron un proyecto con apoyo financiero y técnico del Parlamento de Canadá para iniciar una reflexión sobre tecnologías de salud en Uruguay.

El trabajo se realizó durante dos años, con base en relevamiento de información de dos patologías frecuentes: infarto de miocardio y cáncer de pulmón. De esta forma, se comparó el funcionamiento de distintos servicios de salud y el uso de la tecnología.

 

¿Qué conclusiones surgen del informe?

Creo que una conclusión es la falta de criterio que demuestran tanto el Estado como la actividad privada para definir prioridades en la adquisión y uso de la tecnología aplicada a la salud. Nos referimos, en concreto, a la compra, distribución y utilización de nuevos aparatos. Allí la falla es muy grande.

Otra conclusión se refiere a la falta de información sobre tecnología que surge de investigar en el ámbito estatal. Los técnicos del CIESU no ocultaronción que no poseen, por ejemplo, un tomógrafo computarizado, que allí se realizan tomografías mucho más rápidas que en lugares donde existe actualización tecnológica.

El informe resaltó las paradojas del sistema de salud uruguayo, causadas por la falta de racionalidad técnica y económica y las carencias de coordinación en la aplicación de tecnologías.

 

¿Cuáles son las metas que se plantea la Comisión en este año?

La primera, concluir con una gran convocatoria nacional para crear la Asociación de Economía de la Salud del Uruguay. La segunda, realizar el Encuentro de Economía y Salud de noviembre, que permita integrar los sistemas de salud del Mercosur y Chile.

Pretendemos que haya más personas preocupadas por el tema. A la jornada de julio asistieron médicos, sociólogos, asistentes sociales y economistas de distintos sectores del sistema de salud. Ahora debemos dar el paso adelante, para que también se comprometan las empresas importadoras de aparatos, laboratorios químicos y otros interesados en que una economía racional de la salud sea realidad en el corto plazo.


Comisión de Economía y Salud

La Comisión de Economía y Salud está integrada por Milton Carro (Miembro Responsable), Félix González (alterno), Pedro Banchero, Marisa Buglioli, Alicia Ferreira, Lilián Guemberena, Rodolfo Méndez Chiodi, Rodolfo Panizza, José Portillo, Mónica Rigby, María del Carmen Tasende y Héctor Veperoni. Asesor económico, Ec. Luis Lazarov.


"Si se actuara racionalmente, el Clínicas debería ser demolido"

El Dr. Portillo señaló con énfasis que "si se actuara con racionalidad económica, al Hospital de Clínicas habría que demolerlo". No obstante, admitió que eso "iría contra algunos principios que hemos defendido históricamente, en favor de una salud pública democrática".

Recordó que "tras reuniones con técnicos como Joaquín Serra y Celia Barbato, se llegó a la lógica conclusión de que el Proyecto Centro Médico es una alternativa interesante para ese vetusto hospital universitario, pero los problemas de fondo seguirán existiendo".

A renglón seguido, definió al Clínicas como "un muy buen paradigma de la salud para una década como la del cuarenta, tan distinta de la actual. Cuando se dice que el Clínicas ‘ya fue’, creo que no se exagera".

Sostuvo además que "en el mundo ya no se construyen hospitales universitarios como los de antes. Tampoco tiene mucho sentido. La tendencia moderna es acreditar a los mejores centros sanitarios ya existentes para otorgarles ese rango. En un futuro no muy lejano, habrá que categorizar a instituciones como el CASMU, IMPASA, La Española o Casa de Galicia, para citar algunas, para ofrecer residencias e internados de la Facultad de Medicina.

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