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La recertificación está sobre la mesa  

 Touyá: "Es el último paso de una medicina global
que haga accesible la Educación Médica Permanente"

Con objeto de aportar información al gremio sobre el tema que recientemente ganó espacio en los titulares de la prensa, el lunes 5 de agosto fue recibida en la sesión del Comité Ejecutivo del SMU una delegación de la Facultad de Medicina, encabezada por el decano Dr. Eduardo Touyá, e integrada por los profesores Larre Borges, Petruchelli, Ruiz Liard, Trotchansky y Algorta.

 

por Edward Stanley

La intervención del Dr. Touyá se dividió en dos partes: en primer lugar informó sobre la refundación del Clínicas (Proyecto Centro Médico), y en segundo lugar se refirió a la recertificación (Educación Médica Permanente o Sistema de Valoración Académica). Ya en el número anterior de Noticias se informaba acerca de la aprobación por parte del Consejo de la Facultad de Medicina y de la Asamblea del Claustro del Proyecto Centro Médico (ver número 81, p.42). También la Comisión Directiva del Hospital de Clínicas y el Consejo Directivo Central de la Universidad están de acuerdo con el plan, cuya denominación oficial es: "Centro Médico. Reconversión del Hospital de Clínicas e inserción en la red sanitaria nacional. Formación de Recursos Humanos para la salud".

 

"El modelo actual terminó, ya no es viable"

Touyá comenzó su informe al Comité Ejecutivo sintetizando los pasos que se han dado últimamente en pro de la concreción de este Proyecto. "Nos hemos reunido con el Ministro de Salud Pública, con el Ministro de Educación y con el Director de la Oficina de Planeamiento. Hemos informado al Rector de la Universidad sobre estas entrevistas, y personalmente estoy procurando la oportunidad de trasmitirle al propio Presidente de la República nuestra visión, porque nos parece trascendental que el país vuelva a tener un hospital universitario adecuado, reorganizado, y con autonomía de gestión." El Decano se refirió a los aspectos básicos de la reorganización de los servicios clínicos en cuatro grandes departamentos, a la puesta en marcha de un sistema de internación por cuidados progresivos, y a la inserción del nuevo complejo sanitario en la red nacional de atención de salud. Aseguró que "el modelo actual terminó, ya no es viable", y desestimó la idea de que el nuevo proyecto sea un elefante blanco aislado de la realidad del país. Dijo que a nivel general, Uruguay en los últimos años ha visto aumentar sensiblemente los costos de salud, "pero sin embargo no hemos producido salud".

 

Etapa de ejecución a partir de 1998

Touyá se extendió en el análisis de un tema que ha pasado a ser motivo principal de sus desvelos, y respondió todas las consultas de los integrantes del Comité Ejecutivo con la solvencia de quien lleva mucho tiempo sopesando los pros y los contras de su proyecto.

Estimó que la financiación del Centro Médico debe procurarse a través de tres instancias: a través de los fondos asignados para gastos educativos; mediante los gastos asistenciales, donde se recibirá el pago por actos médicos cumplidos; y por la prestación de servicios a terceros basada en la alta tecnología disponible. Dijo que las jornadas de trabajo de los profesionales serán de ocho horas, con salarios a nivel de las IAMC, en un régimen que definió como de full time geográfico.

(El Prof. Petruchelli evocó al respecto al Dr. Jorge Dighiero: "Lo que luchó Dighiero por el concepto de full time geográfico fue increíble: aun recibiendo ataques de todos lados, se adelantó treinta o cuarenta años a su tiempo".) Touyá afirmó que en lo que queda de este año y todo 1997 se culminarán las tratativas con el BID, que aportará el préstamo de los casi 70 millones de dólares necesarios para concretar el proyecto. Finalmente, casi como un desafío personal consigo mismo, dijo estar seguro de que la ejecución del programa comenzará en 1998, "a pesar de que ahora llegamos a los momentos más difíciles, que son los de priorizar el proyecto a través de las decisiones políticas."

 

Recertificación: una visión global

Respecto de la polémica suscitada en las últimas semanas en torno a la necesidad o no de crear mecanismos para controlar o evaluar periódicamente a quienes ejercen la medicina, Touyá se mostró deseoso de quitarle "presión". En primer lugar, dijo que él mismo llamó la atención de la prensa porque figuraba en un documento de la Universidad de la República elaborado para enviar al Parlamento con motivo de la última Rendición de Cuentas. "El tema de la recertificación fue ubicado por la prensa en el centro de la mesa, por desconocimiento de la cuestión global. Institucionalmente, ya en 1991 y 1992, el Claustro puso este tema en discusión en forma clara, cuando trabajaba en un proyecto de ley que aprobamos en el Consejo de Facultad en 1993. Fue la primera vez que se habló en la institución de la figura de recertificación. Pero atención, el tema de la recertificación es el tramo final de una medida que posibilite la universalidad de la Educación Médica Permanente. Toda sociedad necesita leyes y reglamentos, pero lo primero que debemos lograr es que todos aquellos que se han acercado a la salud con un sentimiento de servicio y solidaridad puedan satisfacer su deseo de contar con un marco formal que les posibilite la educación permanente. Porque ellos son los primeros interesados. Esta inquietud ha sido tradicional en nuestros profesionales, en los servicios de la Facultad, y en los del Ministerio de Salud Pública, Banco de Seguros del Estado, Banco de Previsión Social, en las IAMC con mayor visión, y fundamentalmente ha sido una inquietud de las sociedades científicas".

 

No se trata sólo de actualización

Touyá dijo que "se apuesta a formalizar y estructurar todas esas acciones, con una doble visión, ya que no sólo se habla de actualización, sino también de establecer estrategias para incidir directamente en las acciones de salud por medio del apoyo a los profesionales que las desempeñan".

Justificó la necesidad de tomar "medidas inteligentes" para influir favorablemente en el desempeño de los 12 mil profesionales de la salud, ya que desde el punto de vista de la Facultad y de la sociedad en su conjunto esto sería mucho más trascendente que ahora, donde simplemente se vuelca año tras año al campo de la salud a unos 400 nuevos graduados y unos 350 especialistas de posgrado.

 

Un cambio cultural que hay que asumir

Más adelante, Touyá señaló su intención de "desmitificar" la inquietud que se genera cuando se habla de recertificación. "Primero está la sociedad, y en el marco de regulaciones de esa sociedad a mí me hacen renovar periódicamente mi permiso de conducir un vehículo. Con todo respeto por mis colegas, porque yo soy médico, pienso que a veces puede llegar a ser más peligroso un médico que el conductor de un automóvil. De manera que no me parece mal que el ejercicio de la medicina no esté solamente librado in eternum a la responsabilidad individual de cada médico, sólo por haberse graduado en la Facultad en algún momento. Yo reconozco sí, que se trata de un cambio cultural importante que hay que asumir. Creo sinceramente que la visión actual es que la educación médica es un único espacio o un único proceso: empieza en el momento en que el estudiante ingresa a la Facultad y termina cuando el profesional se retira o se jubila. En ese proceso, el término recertificación significa simplemente una parte del marco necesario para cumplir mejor con el mismo." Redondeó su visión de este punto asegurando que los mecanismos por establecer deben estar en equilibrio entre los derechos individuales de los profesionales y los derechos colectivos de la sociedad.

 

La universalidad como base

El profesor Larre Borges, director de la Escuela de Graduados, afirmó que el tema se viene analizando cuidadosamente en el ámbito de Facultad desde hace mucho tiempo, y estimó que los procesos de evolución del sector salud a veces se ven acelerados por factores exógenos tales como el interés de la prensa, o el intercambio generado en los encuentros de integración del Mercosur. "La recertificación implica antes que nada la necesidad de una Educación Médica Permanente -y por ello se ha creado el Comité de Educación Médica Permanente a cargo del profesor Petruchelli- y que debe ser la Facultad de Medicina la conductora del proceso. La EMP tiene que cumplir con el precepto básico de universalidad." Se debe favorecer la adquisición de conocimientos para todos, sin excepciones, sea cual sea el subsector al que el profesional pertenezca, o la especialidad que ejerza. Todo aquel que desee pertenecer al sistema de EMP debe tener la posibilidad de lograrlo. Universalidad es apertura sin restricciones al ingreso, y también condiciones favorables para ingresar y mantenerse en el sistema.

 

Sistema de Valoración Académica

Los participantes de los eventos de EMP y los organizadores de los mismos estarán sujetos a un control de calidad por parte de las Unidades Docentes, las que adjudicarán créditos en forma de puntaje a cada integrante del sistema de EMP.

Los créditos serán acumulativos a los efectos de asignar la Recertificación Académica. No se trata de un sistema punitivo, sino de una nueva forma de docencia: un proceso ideado para facilitar la adquisición de conocimientos, y para indicar a quienes los necesiten la mejor forma de obtenerlos. Se trata de un sistema libre de valoración académica conducido por la Facultad. Para quienes no deseen integrarse al sistema, será en última instancia el poder político a través de las leyes correspondientes -y no la Facultad de Medicina- el que determinará si pueden seguir brindando asistencia.

 

Un sistema que gira en torno a un eje docente-asistencial

El profesor Petruchelli señaló las características del Comité que conduce junto a su Asesor Académico, el Dr. Gilberto Ríos: "Es un órgano asesor y planificador que a lo largo de un año de trabajo ha elaborado un documento conceptual bastante amplio donde se analizan contenidos, metodología y evaluación del sistema de EMP, y otro documento concerniente a los aspectos organizativos, administrativos y financieros. De manera que ya tenemos elementos concretos de partida. Tenemos un diseño con un eje docente-asistencial. Por eso estamos ahora afinando el entretejido de coordinación con las estructuras sanitarias del país, siendo la puerta más difícil de roer la de las estructuras asistenciales. Porque les cuesta asumir que la docencia se realiza en los lugares de trabajo, y se termina cuando uno se retira o se muere. Creo que si el CASMU empieza a funcionar en tal sentido, puede dar el ejemplo para que las demás IAMC se sumen. Tenemos una tarea enorme por delante, con carencias tanto económicas como de recursos humanos, pero entendemos que debemos concretarla. Primero porque en todas partes del mundo se reconoce su necesidad, y también la dificultad de llevarla a cabo; y segundo porque podemos aprovechar selectivamente las experiencias ya realizadas en otros lados para avanzar. Nuestro principal compromiso en este caso es atender a la universalidad, como decía el profesor Larre Borges, pero además a la diversidad." El doctor Petruchelli aclaró que una cosa son las diferencias entre los estudiantes que ingresan a Facultad, y otra muy distinta la diversidad del espectro de médicos que abarca factores etarios, generacionales, socioeconómicos y hasta geográficos. Finalizó expresando que esta diversidad exige un análisis mesurado, continuo y profundo a la hora de diseñar el sistema, para no crear inadvertidamente algo que en lugar de ser una ayuda para la adquisición continua de conocimientos se convierta en una trampa.

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