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Guía y ejemplo

Mauricio Gajer

Dra. Mabel González Torres

Conocí a Mauricio a principios de la década del 70; organizaba lo que sería el primer centro de cuidado intensivo pediátrico del país y allí elegí una rotación como interna. Desde ese momento hasta el 15 de febrero de este año, cuando me enteré de su muerte, cultivamos una hermosa amistad.

Durante estos años pude apreciar y sentir una gran admiración por su tarea. En el terreno de la Pediatría se destacó por ser el creador e impulsor del cuidado intensivo pediátrico en nuestro país, aunque sin dejar de lado lo que él más apreciaba: ser un gran pediatra.

También supe de su capacidad docente, formadora, sin duda, de muchas generaciones de médicos pediatras y de su preocupación por la investigación, siendo en estos últimos años quien impulsó y desarrolló la Fundación Manuel Pérez.

Su capacidad de dirección lo llevó a ser electo presidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría y también a la dirección técnica de una empresa privada de atención médica, que, sin duda, debe gran parte del éxito a su labor.

No es casualidad que ante su muerte, frente a esta gama de aspectos destacables y muchos otros no mencionados, no haya primado ninguno de ellos como lo más importante, sino que un sentimiento fue el denominador común que nos invadió a todos sus amigos: el sentirnos como «navegantes que perdíamos la brújula». Perdíamos aquella persona con la que contábamos cuando se necesita una guía, un consejo, una palabra de aliento, compartir una gran alegría, ser corregido en los errores sin sentirse humillado. Esta virtud la logran muchos hombres.

El mejor homenaje a Mauricio es comprometernos a que en los momentos de flaquezas o de grandes alegrías pensaremos en él y recordaremos sus sabios consejos, su palabra ajustada, el abrazo fraterno... en fin, saber que seguirá siendo nuestro guía y ejemplo.


Fundador de la medicina pediátrica
intensiva en el Uruguay
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por Armando Olveira

El Profesor Mauricio Gajer, considerado unánimemente como el fundador de la medicina pediátrica intensiva en el Uruguay, falleció el 15 de febrero de 1997, a los 67 años. Como especialista en intensivismo pediátrico fue el creador de la primera unidad de CTI dedicada a la materia, tanto en el área pública como privada.

Gajer se recibió como médico en 1958 y se transformó en el primer profesor de Medicina Intensiva en pediatría de la Universidad de la República. Desde ese cargo altamente especializado se dedicó a la formación de expertos de primer nivel nacional e internacional que lo secundaron en una destacada tarea de pioneros del área.

A partir de los trabajos de Gajer se puso en marcha una actividad que se extendió rápidamente entre jóvenes profesionales que siguieron sus pasos. Para ello viajó a Francia a principios de la década del 70, con el objetivo de estudiar la nueva técnica de asistencia altamente especializada que por entonces recién nacía también en los países desarrollados.

En 1976 fundó el primer CTI pediátrico del país, que se instaló en el Hospital Pereira Rossell. En esa institución fue jefe del Servicio de Pediatría Intensiva hasta que cumplió el límite de edad establecido por el Ministerio de Salud Pública.

En el sector privado desarrolló una intensa actividad que se coronó con la creación, en 1982, del Servicio de Emergencia Médica Móvil (SEMM), en la que ocupó el cargo de Director Técnico. Fue junto a 36 médicos dedicados a distintas especialidades que se dio inicio a una de las empresas líderes en la materia.

También se desempeñó como director del Departamento Pediátrico de IMPASA, del CTI pediátrico del Sanatorio Americano y como consultor en pediatría de la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos. «Gajer siempre fue una fuente de conocimientos que compartía con generosidad y un inacabable sentido del humor», recordarían sus compañeros, en especial los más jóvenes.

El Comité Ejecutivo del Sindicato Médico del Uruguay reconoció a este descente vocacional que desarrolló una de las actividades de mayor crecimiento en los últimos años. Fue, sin dudas, un destacado colega que dejó enseñanzas que permitieron el impulso de los CTI pediátricos».

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