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por Ana Marta Martínez

Medicina y ciencias sociales:
lectura obligatoria

«Sociedad, cultura y salud»

El libro Sociedad, cultura y salud resume el material expuesto y discutido durante el seminario que se realizó en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación entre 1994 y 1995 bajo el mismo título.

La Doctora en Etnología y Profesora de Antropología, Sonia Romero, afirmó: «Unos cuantos aspectos humanos y comportamentales del quehacer médico podrían ser mucho mejor trabajados si existiera un aporte más importante por parte de las ciencias sociales».

Señaló que el libro es un comienzo y que hace falta mucho más trabajo en esta área; el Dr. José Portillo, desde una óptica médica, coincidió cuando resaltó lo poco acostumbrados que están los médicos a tener sobre la mesa dos visiones científicas igualmente válidas.

Reunión de ignorantes

La apertura estuvo a cargo del Prof. Dr. Fernando Mañé Garzón, director del Departamento de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina. El Dr. Mañé Garzón destacó, en primer término, las virtudes de la interdisciplinariedad de las cuales el libro era un resultado directo.

Parafraseando a Althusser dijo: «Cuando se ignora algo que todo el mundo ignora, basta reunir a todos los ignorantes, la ciencia surgirá de la reunión de todos los ignorantes».

En su opinión, la armonía de los diferentes trabajos que reúne el libro se encuentra en «la necesidad de establecer una relación en la nutrición de las mentes y en proponer temas de investigación».

Seguidamente repasó las ponencias una por una: «La contribución de la Lic. Sonia Romero, con base en su experiencia en el estudio de la sociología de la hidatidosis, es un estudio de las relaciones biopsicosociales valioso y prospectivo. La de Mario Kaplum sobre las campañas educativas realmente es una visión muy actual y moderna de lo que estamos presenciando en nuestros hogares: campañas de imposición sugeridas donde se venden tanto productos como servicios. El trabajo dedicado a la responsabilidad, también sumamente actual, discrimina entre responsabilidad civil y responsabilidad social. Hilia Moreira hizo un aporte respecto a los modelos de estética corporales, donde resalta esa figura tan simpática en la historia de la Medicina que es Protura. La primera mujer de prestigio médico que escribió un libro aún hoy moderno sobre las enfermedades de la mujer del preparto, parto y posparto. El Dr. José Portillo habla del mito del diálogo médico-paciente, de ese intercambio entre el lenguaje médico y el receptor y la simbolización de ese diálogo de una manera original y valiosa. Después viene otro trabajo de Sonia Romero que centra el valor de este libro y que versa sobre el ámbito asistencial. Éste es para mí muy importante porque es de donde surge ese hábito asistencial y la medicalización progresiva».

Historia del poder médico

El Dr. Mañé Garzón se detuvo en el trabajo de Romero sobre el hábito asistencial: «Hace poco oí un diálogo sobre la vida de un jubilado. Comentaban lo que hacía en esta nueva etapa. ‘Ah, él no tiene problemas, todas las tardes va a Impasa.’ Los norteamericanos lo llaman Doctor Shopping, o sea ir al doctor a ver qué me dice. Todo esto está muy bien tratado en el trabajo, pero me permito discrepar a partir de la inclusión de una cita del historiador José Pedro Barrán: ‘A partir de 1900 la sociedad uruguaya convirtió la salud en un bien supremo. De él derivó un poder absoluto del médico y un sometimiento muy poco expresado pero total del paciente’. Discrepo porque no hace referencia a que ese poder es otorgado por la ley. Ley que surge en un periodo muy democrático, pero que representa una legislación médica compulsiva respecto a la prostitución y a la prevención de la sífilis, entre otras. Sin perjuicio de que el médico en determinados momentos podía hacer un abuso de ese poder».

Según el Profesor de Historia de la Medicina, del libro surgen los tres periodos de la profesión médica. La medicina profesionalizada en el siglo xviii era patrocinada por el Rey o el Pontífice y el médico hacía lo que ellos mandaran. En el siglo xix el médico cambia este colegiado y crea un centro de poder que es el hospital, las academias y sociedades médicas de investigación. El tercer periodo es el actual, en el cual la profesión médica está mediada por terceros. «El médico hace un contrato frente al paciente y comparte su responsabilidad con él y también pueden intervenir terceros como ser la ley. Ya no en aquella relación ‘Ud. cállese, yo mando’ que caracterizó el siglo xix», dijo.

Bancos y reforma de la salud

El representante de la Organización Panamericana de la Salud, Dr. José Fiusa Lima, motivado por las palabras del Dr. Mañé Garzón, recordó las discusiones que surgían a partir de la actuación médica obligatoria: «Nosotros, estudiantes ansiosos de saber si deberíamos escuchar más a la comunidad y tomar las decisiones con base en lo que ésta expresara teníamos dudas. El profesor de sociología no tenía dudas. Usted tiene que intervenir, tiene que aplicar la vacuna independientemente de que la familia esté o no de acuerdo. La salud pública tiene que utilizar su condición de policía sanitaria, no es la cuestión de la persona sino proteger a la comunidad».

En cuanto a la relación médico-paciente, Fiusa Lima recordó las enseñanzas de otro profesor que de manera sarcástica hablaba de la relación médico-dinero del paciente: «Es todo esto que sucede cuando se ha sacado a gente de una cama o de una sala de operación por no haber hecho el depósito correspondiente. Si bien el profesor habla de tres etapas, creo que estamos en una cuarta etapa signada por la entrada de los bancos internacionales en los procesos llamados de reforma del sector salud en varios países de América Latina. Un ministro de Salud de Cuba en una reciente reunión en Washington decía lo siguiente: ‘Me llama la atención que hoy los pacientes son llamados clientes y los servicios de salud ahora son proveedores de salud, quisiera pedir a los bancos que privatizaran también la pobreza’».

Dos opciones igualmente válidas

El Dr. Portillo propuso que el seminario, del cual el libro es la reseña, fuera tomado como un comienzo y continuáramos haciendo actividades junto con el Departamento de Historia de la Medicina: «Quizás alguna mesa redonda con algún tema más puntual y no tan genérico que permita retomar la discusión entre gente de distintas disciplinas, no sólo para discutir, sino para aclarar y ampliar conceptos y términos que muchas veces son mal entendidos».

Por su parte, la Lic. Sonia Romero manifestó que el ocuparse desde la antropología social de temas como la salud tiene poca trayectoria: «Éste es un comienzo satisfactorio por haberse concretado, pero pienso que hay muchos aspectos referidos a la salud en el Uruguay que deberían cada vez más ser tratados en sus facetas sociales y culturales porque es verdad que tenemos una sociedad hipermedicalizada y muchos servicios y que la esperanza de vida es prolongada, pero también es verdad que tenemos enfermedades que no deberíamos tener, dada la dimensión del país. Hay muchos aspectos humanos y comportamentales relacionados con modelos y pautas que podrían ser mucho mejor trabajados si hubiera un aporte más importante por parte de las ciencias sociales. Falta más discusión y más énfasis para llegar a un nivel mayor de excelencia». Coincidió con el Dr. Portillo en hacer todos los esfuerzos para que esta actividad continúe.

El Dr. José Portillo sostuvo que cuando se considera la salud desde la óptica de las ciencias sociales, queda muy claro que hay diferentes puntos de vista: «En Uruguay, nosotros los médicos estamos formados con una concepción mucho más monológica unidireccional, muy poco acostumbrados a tener sobre la mesa dos opciones igualmente válidas desde el punto de vista científico. Este tipo de actividades es por esto muy estimulante y creo que deben ser difundidas a pesar de las dificultades que hay en el ámbito de la Universidad». /