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Asociación Médica Mundial se reunió en Montevideo

Grandes temas para Asamblea General de Ottawa

Luego de 29 años, del 16 al 19 de abril, Montevideo volvió a ser sede de una reunión del Consejo de la Asociación Médica Mundial (AMM). El encuentro fue preparatorio de la Asamblea General de Ottawa, que se realizará en octubre, y en la que intervendrán más de ochenta países. Estuvieron presentes los 18 integrantes del cuerpo y delegados de veinte países, los cuales durante tres días reflexionaron sobre bioética, colegiación, finanzas y medicina social.

por Armando Olveira

La 150ª Sesión del Consejo de la AMM tuvo lugar en la sala de conferencias del Victoria Plaza Hotel y nucleó a los 18 integrantes del cuerpo más unos veinte delegados nacionales que formaron parte de los grupos de trabajo. Estuvieron presentes el Dr. A. Azwar, presidente saliente de la Asociación Médica Mundial; Dr. D.H. Johnson, presidente electo; Dr. A. Milton, presidente del Consejo; Dr. T. J. Moon, vicepresidente; y los representantes internacionales Dr. B.B. Mandell, Dr. K. Vilmar (tesorero), Dr. Delon Human (secretario general), Dr. J. Appleyard, Dr. Y. Blachar, Dr. N.W. Dickey, Dr. P. Haehnel, Dr. H.A. Hanekom, Dr. B.L. L'Heurex, Dr. K. Koike, Dr. M. Neumann, Dr. T. Pederson y Dr. P. Wooton. También integra el Consejo el delegado latinoamericano y dirigente del Sindicato Médico del Uruguay, Dr. Valentín Cuesta. Montevideo fue elegida como sede de la reunión en la última Asamblea de Hamburgo, celebrada en 1997, para tratar el contenido de la próxima Asamblea General, que contará con la presencia de más de mil participantes y se llevará a cabo en Ottawa en octubre del presente año. El Dr. Valentín Cuesta cumple con un periodo de dos años (hasta noviembre de 1998) y también forma parte del Comité de Ética de la entidad. Los resultados del encuentro fueron analizados por el representante uruguayo desde dos puntos de vista: «En el aspecto organizativo como integrantes del Sindicato Médico quedamos conformes, ya que se cumplió con todo lo planificado. En el político, se reforzó la imagen institucional y se culminó un proceso de inserción internacional». Cuesta recordó que, en 1985, el SMU había dejado de pertenecer al máximo organismo médico mundial, y, tras aclararse una tensa situación creada por el reconocimiento de la intervención dictatorial, solicitó su reingreso en 1994. El anterior miembro uruguayo en el máximo órgano de la AMM fue el Dr. Omar Barreneche, en 1969, cuando se realizara una reunión similar en Montevideo. El Sindicato Médico es una de las asociaciones afiliadas que ha declarado mayor número de asociados. En 1996 se solicitó un puesto en el Consejo con el apoyo del bloque latinoamericano. La reunión inaugural, que tuvo lugar en el Palacio Legislativo, contó con la presencia del Dr. Raúl Bustos, ministro de Salud Pública, el Arq. Mariano Arana, intendente de Montevideo, legisladores médicos de ambas cámaras, representantes diplomáticos, organizaciones no gubernamentales y entidades oficiales y no oficiales de los países del Mercosur.

Procedimientos

«El resultado del trabajo propiamente dicho debe ser analizado en función de los tres comités: Planes y Finanzas, Asuntos Médicos Sociales y Ética Médica», explicó el delegado uruguayo. De acuerdo con el procedimiento de la AMM, los asuntos tratados ingresan a su Consejo para su análisis y primeras modificaciones. Luego, son puestos a consideración de las asociaciones médicas nacionales, que aportan sus puntos de vista y los devuelven al Consejo para una segunda etapa de tratamiento, previa a la instancia máxima que es la Asamblea. «Si fuera necesaria una mayor discusión, teniendo en cuenta la sensibilidad y dificultad del tema, está prevista la creación de grupos asesores que trabajan con los grupos regulares de discusión. La Asamblea puede aprobar totalmente el proyecto propuesto, aprobarlo con condiciones, o rechazarlo, ya sea para un nuevo estudio o su archivo definitivo. El mecanismo de aceptación de una iniciativa prevé una reunión preliminar del Consejo, la instancia deliberativa central y una evaluación posterior de los consejeros que además elaboran el contenido del próximo encuentro. Sólo después de este complejo proceso la iniciativa vuelve al Consejo para darla por aprobada.»

Armas nucleares y derechos humanos

El Comité de Finanzas envió a la Asamblea General una solicitud de ingreso como afiliado de la Asociación Médica Dominicana. Otro tanto ocurrirá con China, cuya asociación nacional (con más de 30 millones de miembros) verá confirmado su ingreso luego de una serie de reuniones con el Presidente y el Secretario de la AMM. Respecto al tema, Cuesta señaló que «fue necesario un comunicado conjunto de condena a la manipulación y utilización de órganos de condenados a muerte por parte del régimen de Pekín. Luego de conseguir una declaración y un compromiso tan profundos de defensa de los derechos humanos, no hay inconvenientes para la participación china en la Asociación». Se tomó conocimiento, enviando antecedentes a las asociaciones nacionales, del pedido de las corporaciones de Zimbabwe, Bosnia y Colombia. Por último, fue aprobada formalmente la realización de la Asamblea en Ottawa, prevista para octubre, y se dio curso a los aspectos organizativos de la 153ª Sesión del Consejo de la AMM, que tendrá lugar en Chile el año entrante. El Comité de Asuntos Médicos Sociales elevó a la Asamblea de octubre un amplio Proyecto de Declaración sobre armas nucleares y otro sobre la aplicación correcta de los recursos médicos (economía de la salud). También se intentará aprobar una iniciativa de reforma de la Declaración de Helsinki, ya enviada a las asociaciones nacionales para su estudio, que modernizará este instrumento internacional que cuenta con más de cuarenta años de vigencia. Para ser tratados por las asociaciones nacionales, se enviaron algunas iniciativas sobre la relación entre médicos y empresas farmacéuticas y un estudio acerca de las características de un Relator internacional de la AMM para temas de derechos humanos. Este representante se dedicará al análisis de cuestiones que involucren a nivel internacional o regional a las asociaciones nacionales en temas relativos a defensa de derechos.

Pocos médicos participaron en la tortura de irlandeses

El Dr. Alexander Macara es presidente de la agrupación médica más antigua del mundo, la British Medical Asociation (BMA), con sede en Londres. Macara nació en Ayrshire, Escocia. Educado en Glasgow, donde culminó la Facultad de Medicina, se especializó luego en Salud Pública y Epidemiología. Preside el Consejo General de la BMA desde 1996.

¿Cuál es la dimensión institucional de la BMA? ¿Cómo es su funcionamiento?

La Asociación cuenta con 117 mil afiliados en los cuatro países de las islas. Es reconocida como la más antigua de Europa y, por ende, del mundo. Eso, sin dudas, le da mucho prestigio, ya que heredamos la tradición de colegas que ya ejercían en los albores de la propia Gran Bretaña. Está integrada por 17 sedes regionales administrativas que conforman una Asamblea Médica que traslada decisiones al Consejo Médico General que ahora me toca presidir. Nuestros temas principales son derechos humanos, bioética, políticas de salud, desarrollo científico, relaciones internacionales y educación médica continua. Contamos, además, con comités de seguimiento de temas específicos: médicos de familia, relaciones hospitalarias, médicos jóvenes, salud pública y vida académica (directamente relacionada con el trabajo de los catedráticos en las facultades). Cada comité es autónomo y presenta informes regulares al Consejo de la BMA.

¿Cómo funciona el sistema británico de salud?

El Sistema Nacional de Salud (HNS) cumple en julio de este año medio siglo de democrático funcionamiento. De alguna forma es un orgullo para la Asociación haber sido el núcleo ideológico de este plan que atiende por igual a ricos y pobres y que compromete a 90% de los médicos británicos. El otro 10% se dedica al sector privado, tomado solamente como un adicional que se debe pagar muy bien y que a su vez subvenciona al público. Más de 15% del PBI es invertido en la salud.

¿De qué forma recibe el paciente esa asistencia?

No debe hacer nada. Alcanza con estar en Gran Bretaña y necesitar un tratamiento o visitar a un médico. Es absolutamente gratuito. No importa si el paciente gana mucho o poco, está ocupado o desocupado, es nativo o extranjero, si tiene documentos o es indocumentado. Todos tenemos el mismo derecho a recibir asistencia sanitaria.

¿Podemos decir que es salud social?

No lo definiría así. Diría que se trata de algo natural, lógico, en una sociedad democrática. Me lo han preguntado en otros países, pero no puedo decir que tenemos un sistema ideal. Sólo tenemos un sistema humano que no pone el énfasis en lo comercial. Y en este aspecto es muy importante la participación de la BMA para garantizar condiciones éticas, profesionales y económicas.

¿Por qué es tan distinto al de Estados Unidos, país unido a Gran Bretaña cultural, económica y políticamente?

No hay dudas de que en este sentido estamos muy distanciados con los colegas estadounidenses. Ellos ponen más énfasis en las virtudes del mercado y nosotros en el concepto de estado de bienestar por el cual todos los pobladores tienen derecho a satisfacer sus necesidades básicas. Creo que el distanciamiento surgió a partir de la segunda guerra mundial, cuando ellos adoptaron una dimensión política y económica basada en el empresismo monopólico. Apostaron al liberalismo a ultranza y en torno a ese concepto no sólo gira la salud, sino toda la vida del país. En nuestro caso, en cambio, el más liberal de los gobiernos (por ejemplo la señora Tatcher) interviene mucho más que el más intervencionista norteamericano (por ejemplo Clinton). No obstante, Hillary Clinton intentó llevar buena parte de nuestro plan a su país. Por supuesto fracasó, porque ni siquiera sus correligionarios la apoyaron. Pero seguimos en contacto con los asesores de la Casa Blanca.

¿Se anima a interpretar este fracaso?

El problema básico es cultural y económico. Los británicos que ganan más pagan sin problemas sus impuestos y hasta ven justo que se utilice su dinero para auxiliar a los que tienen menos. En los Estados Unidos no es así. El concepto político que se tiene en esa nación premia al que tiene más porque genera más y castiga al que tiene menos porque produce menos. La base ideológica nos separa...

Clonación animal, sí; clonación humana, no Los más famosos casos de clonación animal surgieron, justamente, en Escocia, su tierra natal. ¿Qué opina sobre Dolly?

No puedo menos que apoyar los experimentos realizados por el equipo del Dr. Ian Wilmut en el Instituto Roslin de Edimburgo. La clonación animal se justifica científicamente: sirve para liberar a la humanidad de muchas enfermedades. Gracias a esta técnica se pueden crear ovejas que producen proteínas antihemofílicas. Luego se clona esta célula, utilizando el mismo proceso de Dolly, y nacen ovejas que fabricarán fármacos lácteos con los que combatiremos la hemofilia. La clonación animal permite el desarrollo provocado de enfermedades genéticas para experimentar con fármacos, ya que es ilimitado el número de ejemplares iguales de un mismo organismo que puede introducirse en laboratorio. También se estudian enfermedades genéticas para las que en este momento no existe cura y los mecanismos que las producen. El próximo paso consistirá en usar células cultivadas en el laboratorio y llegar a conocer los cambios genéticos que se originan en esos cultivos. Hasta ahí el procedimiento parece perfecto. ¿Y la clonación humana?

Me opongo totalmente a experimentar con seres humanos. Es una aberración digna de regímenes totalitarios extremos. Mire (nos muestra su piel erizada), me parece tan repugnante como los crímenes de guerra, la tortura o el narcotráfico.

¿Qué dice la BMA?

Seguimos, institucionalmente, una línea de conducta: apoyamos la experimentación con animales y rechazamos cualquier manipulación humana. Somos intransigentes.

Pero, ¿es posible la clonación humana?

Sin dudas. Diría que en poco tiempo se va a informar sobre casos aberrantes. Estén seguros que será tristemente impactante. No falta mucho. Algunos colegas que estuvieron hace poco en Estados Unidos regresaron preocupados por el manejo que se hace del tema en altas esferas de ese país.

¿Qué mecanismos de control interno poseen?

En el Reino Unido hay un organismo que controla exhaustivamente a todos los científicos dedicados a la genética de laboratorio. En los Estados Unidos no existe ese control. Tampoco podemos ser ingenuos, debemos reconocer que es muy difícil controlar a un manipulador de laboratorio que cuente con apoyo político y económico. Nuestras supervisiones son muy fuertes, pero...

Ética profesional y el problema del IRA ¿Cuál es la situación económica y social de un médico británico?

No es mala, aunque siempre hay tiempo para mejorar. Diría que estamos dentro del 30% de profesionales con algunos privilegios que hacen muy apetecible el ejercicio médico. Los mejores pagos están en Estados Unidos, luego venimos los europeos occidentales, japoneses y sudafricanos. Un buen médico percibe ingresos promedio de cien mil dólares americanos al año. En un tercer nivel, a mitad de camino, están los colegas de países en desarrollo con mayor crecimiento y los no tan desarrollados pero con sistemas de salud avanzados. Uruguay es un claro ejemplo de este grupo. Al final, se encuentran los países subdesarrollados, con salarios que no superan los dos mil dólares de promedio anual.

¿Sufren la misma moda de masivos juicios por malapraxis que en otras partes del mundo?

Según las áreas. Los más castigados son los neonatólogos, cirujanos generales y plásticos. No nos sentimos apabullados. En Gran Bretaña no existe una industria del juicio.

¿Qué le ocurre al profesional que pierde una demanda?

Hay tres niveles de perjuicios . Si la malapraxis se confirma, inmediatamente pierde su título profesional de por vida. La decisión depende de las autoridades sanitarias. Allá no tenemos figuras intermedias como la suspensión temporaria. El retiro del permiso es total y definitivo. El segundo, es el perjuicio legal, a nivel civil y criminal, ordenado por la justicia ordinaria. El tercero, y más importante, es el castigo ético, emitido por el Consejo General de la BMA y conocido públicamente en por lo menos tres medios escritos, radiales y televisivos.

¿Son muchos los casos de sanción ética?

El Consejo recibe cada año 1.500 denuncias por malapraxis, de las cuales 1.350 no cuentan con el sustento mínimo para transformarse en procedimiento. De las 150 restantes, se archivan 135 por falta de evidencias y fundamentos. Sólo 15 reciben sanción ética y el correspondiente retiro del Registro Nacional de Médicos.

Un tema muy delicado es la hipotética intervención de médicos en las torturas contra guerrilleros irlandeses del IRA. ¿Cómo enfrentan el problema?

Por suerte, podemos decir que en los últimos veinte años han sido contadas, no más de diez, las intervenciones de médicos en torturas de terroristas irlandeses en las cárceles de extrema seguridad. Los casos han sido muy puntuales, tuvieron mucha difusión y recibieron la condena ética correspondiente. La inmensa mayoría de los médicos de cárceles se han negado a participar en torturas, a pesar de haber recibido presiones. Y esto nos llena de orgullo.

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