Clonación, telemedicina, ética y derechos de los pacientes niños

La medicina mundial aterrizó en Montevideo

por Fernando Beramendi

No clonarás a tu prójimo

Uno de los temas de más actualidad abordados en la 150ª Sesión de la AMM fue el de la clonación. La mayoría de los participantes se pronunciaron por la negativa a utilizar la clonación en seres humanos y varios destacaron la necesidad de afianzar los controles estatales en la vigilancia de los experimentos genéticos en laboratorios. En ese sentido, personalidades como el Dr. Anders Milton (Suecia) y el Dr. Alexander Macara (Gran Bretaña) fueron enfáticos. Existe una resolución previa a la reunión de Montevideo, que fue adoptada en la 147ª Sesión del Consejo, realizada en mayo de 1997 en París, y ratificada en la 49ª Asamblea General de Hamburgo en noviembre del mismo año. La misma reconoce que «recientes avances en la ciencia llevan a la clonación de un mamífero, específicamente una oveja». Más adelante señala que «la posibilidad de que esas técnicas de clonación se utilicen en seres humanos... causa preocupación por la dignidad del ser humano y por la protección de la seguridad del material genético humano». La resolución concluye: «La AMM llama a los médicos que toman parte en la investigación y a otros investigadores a abstenerse voluntariamente de participar en la clonación de seres humanos, hasta que los problemas científicos, éticos y legales hayan sido totalmente considerados por los médicos y científicos y hasta que se hayan establecido los controles necesarios».

Telemedicina, pero con ética

Otro de los debates más interesantes en la reunión del Victoria Plaza fue el que se generó a partir del Proyecto de Declaración de la AMM sobre las responsabilidades y la ética en la utilización de la telemedicina, presentado por las asociaciones de Francia y Estados Unidos. A dicho documento se le han propuesto enmiendas, pero existió, como en la mayoría de los informes presentados (con algunas excepciones, como el de las enmiendas propuestas por EEUU a la Declaración de Helsinki), un criterio aprobatorio del espíritu del mismo. La AMM entiende que «la emergencia de las nuevas técnicas de información y de comunicación en el área de la salud, al facilitar la gestión de los intercambios de información entre los médicos, por un lado, y los médicos y los pacientes, por otro, está en capacidad de producir mejoras en los servicios de salud ofrecidos a la población, en términos de tiempo y calidad. La telemedicina permite evitar, por medio de una relación a distancia y conocimientos compartidos, el transporte inútil, costoso y a veces peligroso de los pacientes».

Aspectos que abarca la telemedicina

Según manifiesta el documento discutido, la telemedicina comprende aspectos diversos: * Teleasistencia. La relación directa con un paciente geográficamente aislado o que se encuentra en un medio natural hostil. Se ha aplicado en forma parcial en Noruega, Canadá y Australia. * Televigilancia. La recolección electrónica de la información médica permite al médico ejercer una vigilancia del paciente, pero implica que este se familiarice con un cierto número de tareas que hasta el momento estaban confiadas exclusivamente a un personal médico calificado. Aplicable a pacientes de edad avanzada o que sufren enfermedades crónicas graves como diabetes, hipertensión, minusvalías físicas graves, y otras. * Teleconsulta. Realizada por un médico a iniciativa del paciente. En el informe se señalan como riesgos de esta práctica la ausencia de examen clínico del paciente y las incertitudes relativas a la confidencialidad de la información intercambiada y a su posible mala utilización. * Teleexperiencia. Consulta a distancia entre dos médicos, uno en la cabecera del paciente, el otro reconocido como particularmente competente en un problema médico agudo. La información electrónica (texto, imagen, sonido) es transmitida por un procedimiento electrónico. En cuanto a consideraciones éticas que hay que tener en cuenta se señalan: el hecho de eliminar un lugar común y el intercambio personal que altera un cierto número de principios tradicionales que regulan la relación médico-paciente. La AMM recomienda a los médicos que su conducta en relación con el uso de la telemedicina se inspire en el interés por el paciente, evaluando los riesgos y ventajas de su aplicación.

Armas nucleares: abstenerse

En la reunión de Montevideo, la AMM reafirmó expresamente su condena a la utilización de las armas nucleares que se realiza desde 1990, y la solicitud a los gobiernos de que eviten el uso de este tipo de armas. El nuevo Proyecto de Declaración indica que «los efectos de las armas nucleares pueden ser incluso más catastróficos, más indiscriminados y duraderos que los de las armas químicas y biológicas. Esto quedó muy claro con las bombas de Hiroshima y Nagasaki en 1945». «Al menos 40% de la población de Hiroshima y 26% de la población de Nagasaki murieron en los ataques nucleares lanzados sobre estas dos ciudades. Las armas nucleares modernas son mucho más destructivas y el número de víctimas sería más elevado.» Según la AMM: «La materia particulada que absorbe la luz solar, generada por los incendios producidos por la explosión inicial, disminuiría la penetración de la luz del sol en la superficie terrestre y cambiaría las propiedades físicas de la atmósfera de la Tierra, lo que resultaría en largos periodos de oscuridad y consecuencias devastadoras en la producción de la agricultura. Ninguna plaga, epidemia, riesgo ambiental y de salud en la historia de la humanidad pueden compararse con los niveles horrendos de destrucción, muerte, irremediable sufrimiento y daño ambiental producidos por la detonación de una sola arma nuclear, de las treinta o cuarenta mil armas nucleares acumuladas en los arsenales actuales».(Este aserto fue calificado de exagerado por la Asociación Médica Americana.)

El derecho de los locos bajitos a decidir

Los niños tuvieron un destacado papel en las deliberaciones de la 150ª Sesión. Se debatió sobre el tema de «Los derechos del niño como paciente» y se acordó con el Proyecto de Declaración propuesto por el Colegio Médico de Chile, que afirma, además del derecho inherente a la vida, aquellos vinculados con la calidad de la atención, la libertad de elección, el consentimiento y la autodeterminación, entre otros. Aparte de los principios generales, que de una u otra forma se refieren al niño en un sentido declarativo como paciente al que se debe garantizar la sobrevivencia y el desarrollo, impidiendo su discriminación, asegurándole una continua atención y reafirmando su derecho a la vida, el Proyecto enumera una serie de principios específicos, en varios de los cuales se subraya la posibilidad de su protagonismo en las decisiones. En cuanto a la atención, se manifiesta que debe asegurarse la continuidad y calidad de la misma y se destaca la formación específica del personal de salud. Se expresa la no discriminación a la hora de elegir niños para un tratamiento especial de aplicación limitada.

Consentimiento y autodeterminación

Afirma el Proyecto: «El paciente niño y sus padres o representantes legales tienen derecho a tener una activa e informada participación en todas las decisiones que afecten la atención médica del niño. Los deseos del niño deben considerarse al tomar dichas decisiones y se les debe dar importancia, según su madurez y comprensión». Más adelante manifiesta: «En general, el paciente niño capacitado y sus padres o representantes legales pueden abstenerse de otorgar consentimiento a un procedimiento o terapia. Aunque se supone que los padres o representantes legales actuarán en beneficio del niño, a veces no es así [...] El niño...tiene derecho a negarse a participar en la investigación o en la enseñanza de la medicina». El documento pone énfasis en el acceso a la información, siempre que esta no contradiga los intereses del niño, y en que se debe entregar de manera apropiada a la cultura y el nivel de comprensión del receptor.