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Mamíferos al final del milenio

Volver a mamar

Aunque la inmensa mayoría de las madres
están en condiciones de dar de mamar a sus bebés, tan sólo 8% son amamantados
hasta los seis meses de edad.
Los problemas más frecuentes provienen de errores en la técnica de lactancia, fácilmente superables con el apoyo correcto.
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por Ana Marta Martínez

Educación del personal de salud, campañas de salud masivas orientadas hacia la opinión pública y actividades de impacto social, como la Semana Mundial de la Lactancia Materna, son algunas de las líneas de acción de la Comisión Nacional de Lactancia Materna (cnlm). La cnlm fue creada en 1995 como respuesta a la preocupante caída de los indicadores de lactancia cuyo pico se registró en 1992. En ese año el promedio de edad al destete (término de la lactancia materna exclusiva) fue menor que los dos meses. La cnlm, que hoy reúne a más de treinta integrantes, comenzó a trabajar con la Facultad de Medicina, el Ministerio de Salud Pública, las distintas mutualistas, Femi y las sociedades científicas, entre otras instituciones. Noticias dialogó con la directora de dicha Comisión, la nutricionista Florencia Cerruti y los doctores Gonzalo Giambruno y Luis Dabezies, representantes de la Sociedad Uruguaya de Pediatría y de la Sociedad de Ginecotocología del Uruguay respectivamente.

Opiniones y números

«En 1995, buscando una estrategia que mejorara los indicadores, decidimos agruparnos todos en la Comisión Nacional de Lactancia Materna», recordó Giambruno.

Cerruti por su parte opinó: «Estamos mucho mejor que en 1992. Hoy tenemos un promedio de edad al destete de 3,6 meses, aunque nos encontramos lejos aún porque lo que se indica es seis meses de lactancia exclusiva y hasta un año de complementaria».

Según Cerruti, si bien en principio se podría pensar que entre el interior y Montevideo existen diferencias, estas no son significativas, y la duración de la lactancia materna exclusiva es muy similar. Tampoco hay una variación pronunciada entre el sector privado y el público. Mientras que en el privado se amamanta por 3,7 meses, en el público las madres dan de mamar 3,2 meses. «Las madres que primero adoptaron la alimentación artificial para sus hijos son las de nivel económico más alto y luego fueron imitadas por las de menores ingresos, que muchas veces copian los modelos. Ahora hay una especie de vuelta a lo natural y esto es comprendido más por aquellas que tienen mayor nivel de instrucción», explicó.

«En el primer mes de vida –continuó Cerruti– sólo 60% de los niños está en lactancia exclusiva, antes que la madre se reintegre al trabajo ya hay 40% que no recibe leche materna. De este porcentaje, 20% no es lactancia exclusiva porque consume agua, jugos o té (que son innecesarios) y otro 20% ya está con leche de vaca o de fórmula. Al sexto mes, cuando según nuestro deseo deberían estar todos, sólo 8% se encuentra en lactancia exclusiva».

Consultada sobre las consecuencias de una lactancia tan breve, Cerruti consideró que esta era «crucial». «Es un niño muy chico que será susceptible a las infecciones y enfermedades. Un niño amamantado tiene veinticinco veces menos posibilidades de enfermar que el que recibe otro tipo de alimentación. Además cuanto más tiempo haya recibido pecho, mayor será la mejoría de su cociente intelectual.»


El Dr. Giambruno, por su parte, resaltó lo concerniente al contacto con el bebé: «El apego es independiente del pecho o la mamadera. Incluso los niños adoptados pueden tener un excelente vínculo y apego pero hay que trabajarlo. La frialdad puede darse tanto con el pecho como con la mamadera. No es que el pecho sea todo y el resto sea nada. Entre las cosas que hemos tenido en cuenta en la cnlm es no generar el todo o nada».

Crisis de confianza
en la madre

El Dr. Gonzalo Giambruno sostuvo que las encuestas demuestran que los grandes problemas están a nivel de lo aprendido. Idéntica opinión manifestó la directora del Programa de Promoción de la Lactancia Materna, nutricionista Florencia Cerruti.

«Cuando nosotros preguntamos por qué se desteta a los niños, encontramos que más de 50% desteta por mitos, porque cree que su leche es mala o no es suficiente.»

Estos mitos se generan a nivel del núcleo familiar, que aconseja y opina sobre la mejor manera de tratar los problemas.

«Ahí –complementó Giambruno– es donde tiene que intervenir el equipo de salud para neutralizar las malas recomendaciones y apuntalar los posibles problemas de la lactancia».

Cerruti afirmó que las abuelas actuales son las madres de la generación del auge de las leches en polvo y esto refuerza los mitos.

La lactancia, según Giambruno, tiene elementos instintivos y elementos aprendidos, pero el punto capital es la voluntad de la madre.

A su juicio los dos conceptos a resaltar son: problemas de la lactancia que hay que solucionar y voluntad que hay que respetar para no generar culpa. «No es que el pecho sea todo y el resto sea nada –repitió–. Es pecho por instinto, pecho por aprendizaje, por solución de problemas y por convencimiento. Es un tema que implica voluntad de dar y que tiene sus dificultades. Antes había una concepción del mismo más sencilla y amamantar aparecía como la única propuesta. Ahora la vida se ha vuelto más compleja, la mujer sale a trabajar, la familia empieza a estar más segmentada, a su vez el médico en algún momento piensa que es lo mismo amamantar que no amamantar. Luego –continuó–, la generación del vínculo madre-hijo no está determinada por darle pecho, lo facilita porque facilita el manejo del bebé pero no se es más o menos madre por amamantar. Tampoco es correcto remitirse al pasado, porque si bien antes era más fácil, también la mortalidad infantil era mucho mayor. En la década del setenta el índice de mortalidad era 50 por mil y ahora es de 16 por mil». «Si una madre –ejemplificó– tiene mastitis o ingurgitación mamaria, hay que solucionarla, porque existe una crisis en la parte alimentaria y también en la confianza de la madre. Estos son los problemas que determinan el porqué la madre deja de amamantar. Además, los mismos problemas que superan a la madre son los que desbordan a los médicos. Por eso, junto con la Semana Mundial estamos planificando un curso del 10 al 12 de setiembre de este año. Se llamará Primer Curso Superior de Lactancia, para pediatras, ginecotocólogos y posgrados en Pediatría y Ginecología. La cnlm y las sociedades científicas de pediatras y ginecólogos ya han hecho varios cursos con una carga horaria de 18 a 24 horas donde se trabaja sobre los problemas prácticos y se explica cómo operar en esas situaciones. Sin embargo, de los asistentes a estos cursos muy pocos eran pediatras o ginecólogos, es decir que no siempre se reconoce que se necesita una formación complementaria en la solución de aspectos prácticos».

¿Por qué se desteta
tan temprano?

La nutricionista Cerruti a continuación habló de los resultados de la encuesta realizada por Equipos Consultores.

«En términos generales, 98% de la población opina que la lactancia materna es la mejor. Los logros de la lactancia materna, al menos a nivel teórico, están en la mente de la mayoría de los uruguayos. Sobre el periodo ideal para amamantar al niño, tanto por sexo como por nivel socioeconómico, sólo 10% considera que es menos de seis meses. Casi 70% se pronuncia por lapsos que van desde seis meses hasta un año, lo cual no condice con la media de lactancia.»

Ante la pregunta de por qué se desteta a los niños, más de 50% desteta por mitos: porque cree que su leche no es buena o que no es suficiente. «En realidad –enfatizó Cerruti– no hay leches malas y la cantidad de leche que produce una madre con una buena técnica y a libre demanda es suficiente. El papel del profesional de salud es importantísimo en ayudar a la madre a aprender a amamantar. Si la madre aprende a amamantar, su producción de leche se adaptará a las necesidades del niño. Ese más de 50% de destete que tenemos actualmente no tendría por qué darse, creo que esa es la razón de que los uruguayos piensen que es ideal amamantar por mucho tiempo pero en realidad destetan mucho antes».

La campaña de publicidad televisiva intentaba desmitificar la lactancia. Mostraba niños que contestaban las preguntas de si era verdad que había bebés que maman con más frecuencia que otros, o que había leches malas, y contestaban que no.

La mayoría de las madres tienen su glándula mamaria pronta para amamantar, precisó Cerruti.

«Nosotros decimos que la alimentación debe ser a libre demanda. Esto implica entender el ritmo del niño. Hay niños que pueden pedir cada dos horas, tres o cuatro, no hay un estándar, y tampoco un niño vacía la mama en el mismo tiempo que otro. Un niño puede vaciarla a los tres minutos y otro a los veinte. Es absolutamente indispensable para la correcta producción de leche que la glándula mamaria se vacíe y que el niño saque la segunda leche, que es la más rica en grasa. Hay niños que por imponerles los diez minutos (antigua recomendación médica que aún se imparte, que es algo totalmente arbitrario), no vacían la mama, no toman la leche que los va a dejar saciados y al dejar leche residual esto inhibe la producción de leche. Entonces se generan los problemas por los cuales las madres concluyen que su leche no alcanza.»

Según Cerruti esto queda de manifiesto cuando se pregunta sobre la modalidad de amamantar. «Sólo 20% de la población opina que hay que alimentar a libre demanda. El resto supone que hay que ceñirse a horarios rígidos y eso se debe a la falta de unanimidad de criterios de los propios profesionales de la salud.»

«Durante mucho tiempo aprendimos poco o parcialmente, por lo que es necesario que los egresados de las escuelas y universidades de la salud se actualicen y además intervenir en el pregrado. Debemos ampliar el tiempo de dedicación a este tema y dar solución a los problemas concretos», afirmó Giambruno. Aunque de todos los problemas que pueden presentarse durante la lactancia, dijo, «solamente 2% no son superables, la formación del médico es tan extensa, las opciones están tan a la mano y el tiempo de consulta es tan corto que muchas veces se resuelven mal».

De esto resulta en parte que ante la pregunta de si toda madre podía amamantar a su hijo, 48% contestó que sí, 40% que no y 12% que no sabía. «Si sumamos los que no saben a los que opinan que no, tenemos que más de la mitad de la población piensa que no toda madre puede amamantar», concluyó Cerruti.

Nueva legislación para la mujer que amamanta

La nutricionista Cerruti informó que además del grupo de investigación permanente que orienta a la cnlm hacia dónde enfocar prioritariamente los esfuerzos, existe otro que trabaja en la formación de clínicas de apoyo a la lactancia al que la mujer puede recurrir y otro que busca apoyo para la mujer que amamanta y trabaja.

«No podemos pretender que la mujer que amamanta no trabaje, porque hay que defender los espacios que la mujer ha ganado en el mercado laboral. Podemos buscar condiciones para que la mujer en el trabajo pueda extraerse leche. En este sentido tenemos una investigación para proponer una nueva legislación y vamos a hacer un seminario en el mes de agosto de discusión del tema, con todos los actores involucrados.»

«Increíblemente –agregó Giambruno–, uno encuentra con muy poca frecuencia la cultura del ordeñamiento. Siempre a la mujer le parece que no va a poder, que le va a doler, y en realidad va a poder y no tiene por qué doler. A la vez, es necesario que haya descansos en el trabajo para que las madres puedan extraerse leche y guardarla».


Mitos más difundidos

Referente a los pechos

La mayoría de las personas hacen una asociación directa entre el tamaño de los pechos y la potencial capacidad de producir leche. También se piensa que el amamantamiento siempre es doloroso.

  • «Los pechos pequeños no producen suficiente leche».
  • «Los pechos muy grandes a veces no producen buena leche».
  • «Los pechos se deforman con el amamantamiento y se ven feos».

Referente a la cantidad de leche

Hay una tendencia bastante generalizada a calificar a las mujeres de buenas y malas productoras de leche y muchas veces se proyecta esta calificación como característica familiar.

  • «Cuando el niño nace muy grande la lecha materna no es suficiente y es necesario el relleno».
  • «Si mi madre no tuvo leche, yo tampoco tendré. Somos de familia no lechera».

Referente a la calidad de la leche

Habitualmente las mujeres ven la primera leche que sale de sus pechos, en particular cuando esta gotea en forma espontánea, y creen que es de mala calidad.

  • «A veces las madres tienen mucha leche, pero no es de buena calidad o es muy débil».
  • «La leche aguada es de mala calidad».

Referente al chupete, la mamadera y fórmulas

Junto con perder la confianza en su capacidad de producir una buena leche, las madres han adoptado la mamadera y la fórmula como una opción moderna para criar a sus hijos. El chupete se ha promovido de tal manera que ha pasado a ser el símbolo del niño pequeño. Además hay costumbres familiares y culturales en cuanto a introducir complementos.

  • «La leche de tarro es mejor, porque le agregan vitaminas, hierro, calcio, etcétera».
  • «Si le doy la leche más concentrada, el niño engorda más».
  • «Es bueno darle chupete para que el niño no mame tan seguido».
  • «Al recién nacido hay que darle agua o suero glucosado mientras le baja la leche a la mamá».
  • «El agüita con azúcar tranquiliza al niño».

(Extraído de Lactancia materna, material educativo editado por la Comisión Nacional de Lactancia Materna del Ministerio de Salud de Chile, 1995.)


La preguntita

¿Tuvo alguna influencia la presión económica de los laboratorios para introducir las leches sustitutas?

Tuvo y tiene que ver –contestaron los doctores Orsi y Giambruno–, pero se ha tratado con mucha madurez y para evitar los problemas es que se aplica el Código de Sucedáneos. Muchas veces no es la empresa la que te quiere vender, sino que es la propia abuela quien dice: «Yo nunca tuve leche, dale la mamadera». En Uruguay, el tiempo de uso de leches modificadas es corto, un mes o un mes y medio, pero no debe usarse al principio y de ninguna manera en el momento del destete.

Resumen del Código Internacional de Comercialización de Productos Sucedáneos de la Lactancia Materna (oms/unicef)

1. Objetivo. «El Código tiene por objeto proteger y fomentar la lactancia materna, mediante la información adecuada y la reglamentación de las prácticas de comercialización y distribución de los sucedáneos de la leche materna.»

2. Alcance. Fórmulas infantiles, otros productos lácteos, cereales, jugos o mezclas de verduras, leches llamadas de seguimiento.

3. Publicidad. El Código no permite ninguna publicidad de los productos arriba mencionados destinada al público.

4. Muestras. No se permiten muestras a las madres y sus familias ni a los agentes de salud.

5. Sistemas de atención de salud. No se permite ninguna promoción de los productos en los servicios de salud, es decir ninguna exposición de productos, carteles, ni distribución de materiales promocionales. No se permite el uso de personal de las compañías fabricantes de dichos productos en los servicios de salud.

6. Agentes de salud. Los fabricantes no pueden dar regalos ni muestras a los agentes de salud. La información que distribuyan a los agentes de salud sobre productos debe ceñirse a datos científicos y objetivos.

7. Suministros. No se permite la distribución gratuita de suministros de sucedáneos de la leche materna a los hospitales y clínicas.


Problemas de lactancia más comunes

El Dr. Luis Dabezies, Profesor Adjunto de Ginecotocología del Hospital Pereira Rossell, e integrante de la cnlm, sin titubear dijo que predominaba la falta de preparación de la paciente para la lactancia. Tanto desde el punto de vista físico de las mamas como desde el psicológico.

«Esto lleva a que en el momento que empieza la secreción láctea se originen trastornos, como pueden ser: problemas en la producción y en la eyección de la leche. Cuando hay problemas de eyección hay una congestión mamaria y esto puede causar dolor y una mastitis (infección) si hay grietas en el pezón. También es muy frecuente que, cuando se produce la bajada de la leche, sobre todo las primerizas no saben manejar las mamas. Por eso son tan importantes las líneas telefónicas que tienen algunas mutualistas donde las madres pueden consultar. La lactancia materna debe comenzar desde la pubertad, cuidando las mamas, y continuar durante el embarazo, preparándola psicológicamente, derribando una cantidad de mitos y siendo positivos hacia la lactancia, y preparando también a la pareja y a la familia. Muchas veces en esto influyen mucho las madres y abuelas con sus experiencias negativas. Nosotros somos quienes tenemos el contacto con la madre en el parto, y si no hubo una adecuada preparación durante el embarazo tenemos que insistir en que lacte. Ver la postura y el ambiente donde se da de mamar, corregir algunos probables defectos técnicos y favorecer el rápido contacto piel a piel de la madre y el niño.»

En agosto, Semana Mundial de Lactancia Materna

La Semana Mundial de Lactancia Materna se celebra anualmente en más de 120 países de manera simultánea. Esta actividad se viene desarrollando entre el 1º y el 7 de agosto de cada año. La impulsa y coordina la organización no gubernamental World Alliance for Breastfeeding Action (waba). Se enmarca en la Declaración de Innocenti (Florencia, 1990), en la que treinta estados y muchas organizaciones internacionales unieron esfuerzos para la protección, el fomento y el apoyo de la lactancia. Para esto la cnlm designa un coordinador nacional. En 1998, la coordinación de Montevideo recaerá en el Dr. Sergio Orsi.

«Se trata de un punto de partida para sensibilizar a las empresas y a la comunidad y tratamos de señalar cosas que golpean fuerte. En este momento tenemos un promedio de edad al destete de 3,6 meses, y cuando comenzamos el trabajo el promedio era de menos de dos meses. Durante esta semana habrá charlas educativas en escuelas, actividades y talleres con madres trabajadoras, lanzamiento de cursos de capacitación de manejo clínico para el personal de salud, inauguración de salas de amamantamiento en empresas y hospitales y diversas actividades de divulgación a nivel comunitario.»

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