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Ricardo Yannicelli (1906- 1998), despedido con honores de Ministro Médico valiente, funcionario honesto y docente brillante 

El Profesor Emérito Ricardo Yannicelli falleció el viernes 9 de octubre, en Montevideo, a los 92 años. Un día después fue despedido con honores de Ministro, por amigos, colegas y figuras de la vida nacional, en acto oficial que se realizó en el Cementerio Central. Su figura fue recordada por los doctores Benito Amoza, en representación del Ministerio de Salud Pública; Raúl Praderi, por la Facultad de Medicina; Fernando Mañé Garzón, por el Sindicato Médico del Uruguay y el sacerdote Daniel Bazzano.

por Armando Olveira

En representación del Ministerio de Salud Pública y como alumno directo del recordado docente universitario, el Dr. Benito Amoza sostuvo:

«Decir algo de Ricardo Yannicelli no es difícil... tuvo una vida tan prolífica que cualquier cosa que se diga de él cae dentro de los valores que esgrimió durante toda su trayectoria.»

Lo conocí directamente en marzo de 1955, cuando ingresé como interno en el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Pereira Rossell. Entré por el ascensor que da a Bulevar Artigas y don Ricardo al mismo tiempo por el ascensor de atrás; nos encontramos casualmente en el medio de las salas; si hubiéramos sido creyentes -cosa que no lo fue ni lo soy- diríamos que fue un designio de Dios quien nos hizo juntar ese día y a esa misma hora. Desde aquel momento, marzo de 1955, no nos separamos más», afirmó emocionado.

«Con Ricardo pasamos todas. Fundador de la Sociedad de Cirugía Pediátrica, entre tantas cosas, recorrimos juntos el camino de la especialidad. Como interno primero, ayudante de clase después, jefe de Clínica, etcétera, todos los escalones que nos pone a nuestra disposición la Facultad, siempre acompañados y aconsejados por el maestro.»

Son muchas las cosas que puedo decir de Yannicelli. Lo acompañé como asesor cuando fue Ministro, aquí está quien lo acompañó como Subsecretario en aquel momento; ambos designados por el presidente general Gestido.»

...Una noche me despierta a las dos de la mañana y me dice: acompañáme hasta el Pedro Visca. No me quiso decir a qué; llegamos, llama a la nurse y le dice: Mire, viene un camión de papas que compró el Ministerio y yo lo voy a recibir. La nurse no podía creer que el Ministro fuera a recibir ese cargamento. Arrea dos sillas: El doctor se va a sentar en una y yo en otra, y una tijera, le dijo. Seguía la nurse asombrada y sin entender nada, me acuerdo todavía claramente. Cuando llegó el camión le dijo al camionero que las trajera de a una y con la tijera cortó la boca de la primera bolsa. Me dijo: vos poné para ahí las que están sanas, y yo para acá las que están feas. Y así durante tres horas, revisando las papas una por una. Del camión de papas rescatamos una bolsa y media. Le dijo al camionero: con esta el Ministerio se queda pero todas estas, usted se las lleva. El hombre no sabía qué decirle. Pero no se ponga triste porque esta cantidad de papas la puede llevar para los chanchos que se la van a pagar muy bien, pero tenga en cuenta que los niños son distintos. El hombre agachó la cabeza, se subió al camión y se fue.

Un hombre grande, un camionero, que no tuvo valor para enfrentar la valentía de aquel Ministro que le decía la verdad y que con gran elegancia lo trataba de ladrón. Creo que es una anécdota que vale la pena recordar y rescatar porque -repito- está muy de actualidad», concluyó Amoza.

Praderi: «valiente, honesto y batllista»

En representación de la Facultad de Medicina, el Dr. Raúl Praderi definió a Yannicelli como «valiente -muy guapo-. Era honesto, y era batllista... Estoy comprendido en las generales de la ley porque soy su primo. Cuando me pidieron que hablara en representación de la Facultad de Medicina pensé: Muy bien, de su época no queda mucha gente que lo haya conocido.»

Siendo médico fue inmediatamente designado -había sido un gremialista muy activo en la Asociación de Estudiantes de Medicina- delegado de los estudiantes en el Consejo de la Facultad de Medicina, en el año 1934. Ya existía la dictadura de Terra. Yo me crié oyendo hablar de la dictadura, pero Terra no intervino la Universidad. José Alberto Praderi era Presidente y junto con Carlevaro (padre) estaban en el sindicato y Ricardo estaba en la Facultad. Hubo muchos roces y problemas.»

Ricardo había sido interno y fue jefe de Clínica de Cirugía General en el servicio de don Alfonso Lamas y así empezó el contacto con la cirugía y con algunos colegas un poco mayor: Del Campo, Chifflet. Aprendió Cirugía Pediátrica con Prudencio de Pena. Este fue un personaje: la practicó y la enseñó; cuando iban a nombrarlo profesor falleció. Nunca pudo -eso lo dice el propio Ricardo que escribe la semblanza de Prudencio de Pena- leer su discurso inaugural.»

Fue consecuente con sus ideas y posiciones políticas pero tuvo una característica especial: era un hombre muy afable, bueno, honesto y entre sus mejores amigos se contaban, por ejemplo, J.P. Cardoso, J.J. Crottogini, Cruz Goyenola, pero también adversarios políticos, lo cual no influía en su entendimiento y su amistad perdurable. Cardoso fue delegado estudiantil junto con Yannicelli al Consejo de la Facultad de Medicina.»

Ricardo iba a su sala en el hospital y tocaba la guitarra -que lo hacía muy bien- y les cantaba a sus niños internados. Sacaba a pasear en auto a los chiquilines operados que pudieran levantarse y les compraba dulces. Eso era típico de él. Su bonhomía, bondad y honestidad».

Mañé: «pionero de la atención primaria»

En nombre del Sindicato Médico del Uruguay y la Sociedad de Pediatría del Uruguay, el profesor emérito Fernando Mañé Garzón dijo que «en Ricardo Yannicelli despedimos al último representante de una fecunda generación, que no sólo honró a la profesión médica sino también al país. La generación a la que perteneció fue la que sobre esa base de inquietud formal creó en nuestro medio la conciencia social y gremial que ha defendido, caracterizado y particularizado a la medicina uruguaya, a los médicos uruguayos, que recogió el maduro y permanente florecer de esa enseñanza por cierto de una dualidad ingente, social y gremial: Carlos María Fosalba, Virgilio Botero, Juan José Crottogini, Juan B. Gomensoro, Lauro Cruz Goyenola y Ricardo Yannicelli». «Al acceder a la profesión médica en 1935, da un paso para lograr la formación en cirugía, gracias al interés científico despertado por el jefe de Clínica Alfonso Lamas. Se identificó con los ideales del SMU junto a Fosalba, Gomensoro, Crottogini.

Su actuación entre 1930 y 1942 se centró en la crítica a la política laboral seguida por el msp en sus desmanes de arbitrariedad frente a la provisión de cargos, algo que implicó una denodada dedicación y enfrentamiento que dieron como fruto la progresiva dignificación del trabajo médico: igualdad por concurso; acceso a las fuentes de trabajo; facilidades a otorgar a los médicos tanto del interior como rurales.

Recordó que su colega fue un pionero en atención primaria pediátrica. «Demostró que la desnutrición era causa de mortalidad infantil, para la creación de policlínicas, cargos de pediatras, mejoras en la asistencia creando el bureau de cirugía pediátrica de urgencia, el cual integró durante muchos años».

Bazzano: «sabía disfrutar»

La emotiva ceremonia fue cerrada por el sacerdote católico Daniel Bazzano, familiar de Yannicelli.

«Hace unos años fue publicado un libro que, entre otras cosas, traía una entrevista a Ricardo; en uno de los pasajes de esa conversación él hizo mención a sus antecedentes religiosos: que tenía una hermana y una prima monja y un sobrino cura. A ese sobrino cura le había dicho que cuando estuviera viejo y enfermo no le fuera a bendecir nada. Ese sobrino cura soy yo.

»Ricardo sabía disfrutar de la vida plenamente, desde esas pequeñas cosas de los niños que siempre fueron su amor... como hasta las más grandes de su vida profesional y pública».

«Cuando tuvo que cruzar el umbral que lleva a la eternidad -sucede algo parecido a esa anécdota que nos comunicaba el doctor Amoza en el Ministerio- llega toda nuestra vida como un gran cargamento de acontecimientos, momentos vividos, alegrías y tristezas, luchas, frustraciones, generosidad y debilidades. Como ese cargamento de papas, Dios mismo en persona selecciona de nuestra vida, distingue con mano experta, pensando en nuestro bien, lo valioso y lo que es desechable... Nosotros que creemos que esto se ha dado y se está dando, tenemos la confianza de que toda su vida, desde los momentos más pequeños, que sabía disfrutar y atesorar, hasta los más importantes y más grandes quedan ahora liberados de toda limitación, de todo lo que podría haberlo empobrecido, de todas nuestras debilidades para formar una realidad nueva, esa es la que nunca va a pasar. Esa es nuestra esperanza, convicción y al entregar el cuerpo de Ricardo a su tumba, un cuerpo que supo amar, sufrir, cuyas manos supieron curar, sabemos que todo lo que vivió está presente para siempre, porque Dios lo tiene en sus manos», afirmó Bazzano.

 

«Fue un demócrata y gremialista cabal»

El Profesor Emérito Ricardo Yannicelli Praderi falleció en Montevideo, a los 92 años. Fue catedrático de la Clínica Quirúrgica Infantil de la Facultad de Medicina. Fue destacada su actuación a nivel público, primero como Subsecretario de Salud Pública en la década del 40 y luego como Ministro de la cartera en 1967, durante el gobierno de &Óscar Gestido.

Es de su autoría de un proyecto de Seguro de Salud, en el cual por primera vez se reconocía el derecho a la alimentación como un riesgo propio a cubrir. Fue miembro del Consejo de la Facultad, primero como representante del orden gremial y, finalmente, por el docente.

A nivel gremial, integró el Comité Ejecutivo del Sindicato Médico del Uruguay en varios períodos, luego de haber acompañado a Carlos María Fosalba en la fundación del CASMU, en 1935.

«Fue un empecinado defensor de los principios democráticos, los que respaldó con firmeza y vehemencia», recordaría sobre su figura el presidente del SMU, Dr. Juan Carlos Macedo.

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