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Dr. Juan Carlos Macedo

«Este es un acto de la memoria»


Discurso del presidente del SMU, Dr. Juan Carlos Macedo,
en el Palacio Legislativo en el homenaje al Dr. Vladimir Roslik, el
16 de abril de 1999. Dr. Juan Carlos MacedoSeñoras y señores:

Esta noche nos reunimos en conmemoración de un hecho trágico. Un hecho insólito, inicuo, triste, luminoso.

Vladimir Roslik fue asesinado bajo tortura el 16 de abril de 1984. Un hombre digno, médico joven, que había abrazado con vocación su tarea de servicio en la comunidad en que había crecido.

Esta muerte increíble, cuando todo señalaba el fin próximo de la dictadura, causó profunda repercusión en la intimidad del gremio médico y en toda la sociedad uruguaya, con alcance internacional. Fue el desencadenante de hechos que tendrían fuerte trascendencia.

En los meses siguientes se organizó la VII Convención Médica Nacional celebrada en julio de 1984. Ésta determinó la creación de la Comisión Nacional de Ética Médica integrada por abogados y médicos, para juzgar posibles inconductas. Esta Comisión funcionó en la sede del Colegio de Abogados, de cuya fraternidad somos deudores.

Juan C. Macedo - Valery Roslik El presidente del SMU, Juan C. Macedo, hace entrega de la distinción a Valery Roslik

El sacrificio de Roslik había expuesto con toda nitidez la vileza de ciertas conductas, más numerosas de lo imaginable, traídas a la luz pública por actos dignos, de otros colegas, cuya coherencia con los principios éticos en situaciones de dureza extrema merece nuestro reconocimiento. Todo esto sucedió en un clima tenso, de presiones, amenazas, agresiones, que destaca a los miembros de aquella Comisión, quienes tomaron con decisión aquella tarea.

Son parte de ese tiempo, la muerte del Dr. Carlos Alvariza, la desaparición del Dr. Manuel Liberoff, la muerte de la Dra. María Antonia Castro. Y la de todos los muertos y desaparecidos.

Cuando hablamos de Roslik no hablamos, sin embargo, de la muerte. No es que su muerte haya terminado. Pero el episodio y su contexto, ubicados hoy, desde esa perspectiva de dolor hacia el futuro, nos obliga a reflexionar sobre la esencia de nuestra condición médica, la ética. El noventa y cinco por ciento de los detenidos durante la dictadura fue sometido a tortura, en muchos casos, con participación directa o «asistencia técnica» por parte de médicos.

Los médicos tenemos con la ética un vínculo genético. «En todas las casas en las que entrare, lo haré en beneficio de los enfermos, manteniéndome lejos de toda injusticia voluntaria, y de toda corrupción...», escribió Hipócrates o alguien de la Escuela de Cos en el conocido Juramento Hipocrático. El sentido de la aprehensión de los valores que es previo a la teoría, fue llamado sabiduría.

Mary y Valery Roslik Mary y Valery. Mirando al pasado y al futuro, reafirmando en el presente la identidad

Es un hecho ya dado; nos funda Hipócrates en el contexto de la Grecia clara del siglo V antes de Cristo. Y nos advierte, primun non nocere, primero no dañar. Esto es anterior a los signos visibles como el Partenón, de una civilización en la que nos reconocemos. Pero más lejos, cuando Hipócrates no había nacido todavía, en la distancia de la antigüedad en la que desde aquí todo parece un mismo tiempo, bajo Clístenes en Atenas, en el 510 antes de Cristo, «queda abolida la tortura judicial para los ciudadanos libres». Queda abolida la tortura como posibilidad de legitimidad en la cultura humana.

La modernidad, es cierto, se caracteriza por la hegemonía de la razón, bien señalada por el triunfo de su producto más notorio, la ciencia y sus prolongamientos técnicos. ¿Tiene la racionalidad técnica alcance suficiente para cubrir todos los aspectos de la vida humana, sobre todo los aspectos éticos? Porque es tan fuerte esta hegemonía que apenas permite que el pensamiento acerca de la vida práctica, que los antiguos llamaban discernimiento (o distinción entre el bien y el mal sin ninguna regla teórica de identificación) se realice en una instancia autónoma.

La ausencia, sin embargo, de la vivencia ética, produce la ruptura de los límites que separan lo humano de lo inhumano.

Foto De una u otra manera todos ellos fueron y siguen siendo protagonistas

La ética es el dominio de los juicios de valor. No trata de la perfección de las acciones o las conductas heroicas. Con Aristóteles, las virtudes éticas son aquellas que se desarrollan en la práctica cotidiana y que persiguen el logro de un fin benéfico, loable. Hacer una buena historia clínica es un fin loable, el respeto por los pacientes es un fin loable, el respeto por los colegas, lo es, el respeto por las palabras que dicen de la necesidad de universalizar en un mismo nivel de alta calidad la asistencia a nuestra población. Y la unidad del gremio médico es un fin loable.

Cuando hablamos de Roslik no hablamos de la muerte. No nos reunimos, hoy, para sumergirnos en las impurezas de un pasado oscuro y convocar a inacabar el sufrimiento.

Este es un acto de la memoria. Un acto que pertenece a la verdad. La verdad es de la memoria. Para que el pensamiento entienda. Para que el afecto asiente y la alegría sepa de donde parte. Para que la utopía sepa donde estamos y cierre los lugares del dolor.

Muchas gracias.

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