Palabras de despedida de los Dres. Gerardo Eguren y Jorge Lorenzo

A continuación transcribimos las alocuciones de los Dres. Gerardo Eguren (Vicepresidente de la Junta Directiva del CASMU) y de Jorge Lorenzo Otero (Presidente del Comité Ejecutivo del SMU)

Dr. Gerardo Eguren:

Que difícil no?. Uno puede preparar muchas cosas en su vida. Yo creo que uno puede hablar con la razón, luego me va a tocar hablar con el corazón. Se nos fue un amigo, realmente, un amigo y un consejero. Como decía Ciro, un referente. Cada vez se nos están yendo más los referentes y es una cosa que nos ocurre a esta generación.

Es una pérdida para el Centro de Asistencia, para el Sindicato, para el gremio médico, para el país, realmente. Un hombre con una cantidad de facetas. Eran impensables la cantidad de facetas que podía tener, con esa verborragia. Y hoy hablar, para mí, es un sacrilegio. Barrett, el chino, tenía esa verborragia que podía hablar horas y horas y uno lo escuchaba admirado.

Realmente, para mí, hablar con el corazón en este momento, en nombre de la Junta Directiva, Barrett es un hombre que ha luchado, ha sido un luchador, en su actividad gremial, en su actividad como Presidente del CASMU. A él le ha tocado enfrentar momentos muy duros en esta Junta, en la Junta anterior también. Hemos discrepado, pero en la buena, en una cosa que uno lo siente de adentro.

Ha sido un componedor en estos grupos humanos, que ha sido muy difícil encontrar en otra persona. Quiero ser muy breve porque ya las palabras, en este momento, tienen poco sentido. Barrett una frase que siempre decía "la luz al final de camino". Barrett, ya estás en la luz, te vamos a ver dentro de poco. Gracias.

Dr. Jorge Lorenzo

Compañeras, compañeros, amigas, amigos, familiares de Barrett.
Un 17 de noviembre de hace cuatro años y dos meses, en una aciaga circunstancia, muy similar a esta, el Chino decía "una desgraciadísima casualidad por el cargo que circunstancialmente ocupo, me ha puesto en el transe de que las palabras que nunca hubiera querido oír sobre Juan Carlos, tenga que ser yo quien las pronuncie. No sé cómo hacerlo". Así me siento hoy.

La tristeza es muy profunda para todos nosotros. Por más que fuera un desenlace posible. Creo que acá caben las palabras de César Vallejo, "hay golpes en la vida tan fuertes…..yo no sé…… golpes como del odio de Dios….."
Y este es un golpe, un golpe muy fuerte, pero nosotros tenemos que reivindicar una imagen de Barrett. Una imagen que lo refleje tal cual fue en su transcurso vital. Lo decía muy bien recién Gerardo Eguren, un luchador, un corajudo luchador a lo largo de toda su vida que logró a través de sus actos, a través de su compromiso, trascender ampliamente lo que son las fronteras del gremio médico, de la profesión médica y transformarse en una figura del ámbito nacional.

Creo que nosotros por tenerlo tan cerca, tan próximo a nuestros corazones, no nos damos cuenta, con la fidelidad que nos tenemos que dar cuenta, el enorme alcance de la personalidad de Barret.

Barrett es un uruguayo ilustre. No lo es sólo por su oratoria, que era formidable, basada en una enorme fluidez lexical, un timbre muy agradable de voz, sustentada en una cultura amplísima, humanística, que él cultivó a lo largo de toda su vida en forma metódica; y un pensamiento claro, firme y finalista. Tal vez eso sea lo más obvio de Barrett, pero detrás de eso habían muchas otras cosas, un finísimo sentido del humor, como me obligó a recordar mi querida amiga, Liliy Guemberena. Fundaba el dicurso una inteligencia preclara, una capacidad de análisis exhaustiva de cada acontecimiento, una vocación de escuchar al otro que rara vez se encuentra.

Sin embargo no son ninguna de estas cualidades las que hacen de Barrett un uruguayo ilustre. A Barrett lo transforma en un uruguayo ilustre la unidad que había entre sus objetivos personales y los objetivos sociales que perseguía. Barrett no hizo absolutamente nada que no tuviera una repercusión sobre la sociedad, que no derramara su acción en lo social, ya sea como estudiante como profesional o como hombre perteneciente a su pueblo.
Esa consustancialidad entre los fines personales y sociales es lo que diferencia a un hombre exitoso de un hombre que merece la gloria. Y Barrett, estoy seguro, merece la gloria. En este país de glorias pequeñas, en este país chiquito, Barrett es un hombre glorioso.

Quiero acordarme, para terminar, lo que me decía nuestro querido amigo Enrique Soto: Barrett gustaba de decir a "fulanito le gustaría ahora que alguien, si lo denominara de alguna manera, lo llamara compañero". Me decía Enrique, que el Chino también le gustaría que en su momento lo llamáramos compañero: compañero del alma, compañero.

Decía, finalmente también, Barrett hace 4 años y dos meses "estamos transitando el vértice de la congoja", pero va a haber un mañana para recordar. Termino entonces con sus palabras de aquel 17 de noviembre. Hasta mañana Barrett,

Viva Barrett , Gloria eterna para Barrett. Viva Barrett, viva Barrett!.

/