Prof. Dra. Irma Gentile Ramos

La Dra. Irma Gentile Ramos dejó esta vida en la madrugada de hoy, jueves 23 de marzo de 2006, luego de un largo proceso de enfermedad y aislamiento.

Muchas generaciones de médicos y estudiantes de Medicina recibieron de ella sus enseñanzas en la Clínica Pediátrica. Otros leímos los múltiples libros sobre la especialidad, que se empleaban en su tiempo para rendir esa Clínica. Trabajó incansablemente durante muchos años en la Facultad de Medicina, en el Ministerio de Salud Pública (de la que llegó a ser Jefa del Servicio de Enfermedades Infectocontagiosas, con su pabellón especial del Hospital Pereira Rossell). Produjo numerosos trabajos científicos, recogidos en diversas revistas pediátricas y médicas nacionales y extranjeras. Diversos libros sobre patología del niño, en conjunto con el Prof. Dr. Ramón Carlos Negro, y uno por el que sentía particular orgullo, realizado con Negro y con Joaquín Galiana, sobre Estafilococcias Pulmonares en el Niño. Dedicó clases y cursos a llamar la atención sobre el Síndrome del Niño Maltratado, desde hace más de 25 años. Hoy lamentablemente, una realidad frecuente, que es pesquisada por los pediatras y otros médicos de emergencia, alertados por aquellas primeras investigaciones y llamados de atención suyos, tan valiosos. Publicó trabajos sobre la metodología de las publicaciones científicas, editados por el Sindicato Médico del Uruguay, con el cual colaboró en múltiples actividades. Especialmente en la fundación de la Comisión de Educación Médica Continua, en la década de 1990, con otras reconocidas figuras médicas, donde elaboró el marco de referencia bajo el cual debería llevarse adelante esta actividad, hoy tan jerarquizada en el mantenimiento del caudal de conocimientos de los profesionales. Participó con entusiasmo y consecuencia del Consejo Editorial de la Revista Médica del Uruguay, durante más de quince años, hasta que razones de salud le impidieron continuar.

Desde muy joven se destacó en los ambientes hospitalarios por su inteligencia unida a su belleza, que supo cautivar la atención y admiración de tantas figuras de la Medicina y la Cirugía nacionales. Entre los varones mayores cuando la veía llegar por los corredores, le decían la “Dra. Ahí Viene”…

Su sentido del deber y su nivel de exigencias eran muy altos, y así lo manifestaba en los Tribunales de Concurso que integraba, o en las Comisiones que dirigía. Cierta vez los estudiantes que realizaban el Concurso del Internado, le gastaron una mala broma, afectados por una historia clínica aportada por ella al Concurso, que causó estragos (muchos hicieron diagnóstico de sarampión y era una sudamina). Entonces algunos traviesos avisaron a la Radio Carve (hace más de 40 años) que la Dra. Gentile había fallecido, y a su casa comenzaron a llegar amigos y ofrendas florales. Afortunadamente, la noticia era falsa, pero la broma pesada surtió efecto.

Sembró de amor sus enseñanzas y lo dio a manos llenas a niños y sus padres, que buscaron en ella solución a sus problemas, consuelo o ayuda. No pudo formar su propia familia, pero tuvo su gran amor que lo mantuvo en la mayor discreción hasta la muerte.

Dejó este mundo silenciosamente, con la misma modestia con la que anduvo por la vida.

Siempre le acompañó su simpatía, una sonrisa imborrable, y una coquetería que manifestó hasta sus últimas apariciones públicas. Fue Distinguida Sindical por el Sindicato Médico del Uruguay, al que estuvo desde estudiante vinculada y al que dedicó mucho de su tiempo libre, sobre todo desde su retiro de la Cátedra. Su ejemplo humano, ético, científico y profesional, serán recuerdo y guía permanente para todos sus discípulos, colaboradores y amigos. ¡Hasta siempre, estimada Doctora Gentile!

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